Desde que llegaron a Silao, Guanajuato, los seguidores de la Iglesia La Luz del Mundo fueron mal vistos por la jerarquía católica de la entidad
SILAO, Gto., febrero 27 de 2012 (Tomado de PROCESO).- La intolerancia de algunos grupos católicos contra asociaciones como La Luz del Mundo –cuya Torre de la Fe se erige en un predio cercano al santuario de Cristo Rey del Cubilete, uno de los principales centros de peregrinaje religioso del país– adquiere dimensiones preocupantes ante la próxima visita del Papa Benedicto XVI.
Inaugurado el 11 de septiembre de 2011 por el apóstol Samuel Joaquín, cabeza de la iglesia fundada por su antecesor Aarón Joaquín en 1926, el monumento se construyó en las inmediaciones de la Expo Bicentenario, donde Benedicto XVI celebrará una misa para cientos de miles de feligreses que son esperados para fines de marzo, de acuerdo con la agenda proporcionada por el Vaticano y la Conferencia del Episcopado Mexicano.
El ministro Isaías Gutiérrez Munguía, encargado del templo adjunto desde hace cinco meses, relata que él y otros integrantes de La Luz del Mundo han sido agredidos por los lugareños, quienes provocaron un incendio en los pastizales aledaños y lanzaron piedras contra el edificio de 60 metros de altura. Pese a las animadversiones contra la asociación, Gutiérrez Munguía y el obispo Gilberto García Granados dicen que no se van a salir de Guanajuato.
Construida a petición expresa de Samuel Joaquín en un predio localizado a 17 kilómetros del santuario del Cubilete, a un costado de la autopista Guanajuato-Silao (Proceso 1728), la torre “obedece a las necesidades de los miembros de nuestra iglesia en la región” y sirve para la realización de ceremonias multitudinarias a las que suelen acudir los 4 mil adeptos de la entidad, así como invitados de otras iglesias, incluida la que lidera el propio Samuel en Guadalajara, explica García Granados.
Dice que él se encargó del proyecto y de las obras de construcción de la torre, coronada por una lengua de fuego metálica y una luz láser que alcanza 80 kilómetros de radio y que se enciende durante las fiestas más importantes de la iglesia: 9 y 10 de junio, cuando celebran la muerte del apóstol Aarón Joaquín y el ministerio que en su lugar asumió Samuel Joaquín; 14 de agosto, la Santa Cena, y 31 de diciembre, Día de Acción de Gracias.
Entrevistado por la reportera en diciembre de 2009, cuando se inició la construcción de la torre, García Granados comentó que la contigüidad del monumento con el santuario católico del Cubilete no significaba una provocación para la jerarquía y la grey católicas.
Pero hoy recapitula: “Yo lo negué porque no lo había visto así. Estamos en un país libre. El terreno fue adquirido por el apóstol Samuel Joaquín, con todo en regla y según las necesidades de nuestra comunidad”. Dice que lamenta que las cosas no concuerden con el mandato de ley para la libertad y el respeto entre religiones, pues las muestras de intransigencia han sido varias.
Relata que justo cuando los miembros de la propia comunidad religiosa iniciaron las obras, un grupo de personas que se identificaron como católicas se presentaron ante él y le pidieron suspender la construcción y marcharse del lugar:
“Vinieron algunas personas, principalmente de la Iglesia católica romana, a decirnos que estábamos invadiendo su espacio, que aquí en la parte alta –dice, apuntando hacia el Cubilete– hay una representación muy grande para ellos, y que estábamos invadiendo espacios”.
¿Y ustedes qué respondieron? –se le pregunta.
–Contestamos que no es así; que gracias a Dios estamos en un país libre; que la Carta Magna avala que se puede profesar el credo que mejor convenga, y que no les estábamos faltando al respeto.
Asegura que constató que ese ambiente de hostilidad fue alimentado por algunos sacerdotes católicos, particularmente de Silao: “Nos trajeron unos volantes que repartió un sacerdote donde decía: Católico, cuida tu fe, no abandones la herencia de tus padres. Por ahí está una secta (llamada) Luz del Mundo; no te acerques a ellos, no les recibas, defiende tu fe”.
García Granados reitera: “Han venido personas a lanzar piedras a nuestro templo; rompieron un vidrio; han quemado los pastizales alrededor en cinco ocasiones…y con las amenazas que hemos recibido, creemos que estos incendios han sido intencionales; nos preocupa que con la venida de este señor (Benedicto XVI) se enciendan los ánimos de algunos fanáticos y se quiera tomar alguna represalia en nuestra contra”.
Los ministros muestran a Proceso un ejemplar de una revista de circulación local en cuya portada aparece una fotografía de la Torre de la Fe, y en su interior un artículo en el cual se rechaza la presencia de Luz del Mundo; incluso se mencionan supuestas “sugerencias” de católicos para que el inmueble “sea cubierto” durante la visita papal.
Por ahora, la zona donde se ubica el templo es patrullada por unidades de la Policía Municipal de Silao, a solicitud expresa de los ministros al gobierno municipal, y por intervención de funcionarios del gobierno del estado a quienes pusieron al tanto de las amenazas y los actos vandálicos que han sufrido.
“Pedimos que haya vigilancia en esta zona para evitar que ocurra algo. Y que se incremente particularmente en el tiempo en que el jefe de la iglesia católica romana esté aquí”, comenta García Granados.
La conversión en tierra cristera
A pesar de la hostilidad contra los seguidores de La Luz del Mundo, la asociación se ha extendido en la zona. “Mucha gente nos está recibiendo en sus hogares”, aseguran sus representantes. Hoy, dicen, suman más de 4 mil bautizados, todos mayores de 16 años, sin contar a los niños.
La asociación religiosa extiende sus actividades a través de los templos que tiene en Silao, León, Celaya, Villagrán y San Francisco del Rincón
¿Y cuál es su posición ante la visita de Benedicto XVI a México, específicamente a Guanajuato? –se le pregunta a los dirigentes de La Luz del Mundo.
–Para nosotros la venida del dirigente de la Iglesia católica no representa nada, porque no lo reconocemos como el vicario de Cristo; tampoco lo aceptamos como el sucesor del apóstol Pedro. Además, de alguna manera afecta la economía de México, porque tengo entendido que estas visitas son financiadas con fondos del erario federal, con el dinero del pueblo. Creo que eso no es correcto –dice el obispo García Granados.
E insiste: “Tendría que ser la Iglesia católica romana la que sufrague los gastos de esta visita, y no todos los mexicanos, porque no todos somos católicos”.
En un recorrido por el interior de la Torre de la Fe, García Granados y Gutiérrez Munguía muestran a Proceso las dos pilas bautismales ubicadas a los costados del sitio principal del predicador. En ellas se practica la inmersión completa para mayores de 16 años; “un bautizo de adultos, como lo hizo Jesucristo”.
El templo tiene tres niveles: una base de 35 por 35 metros con cientos de sillas; una segunda planta para ceremonias especiales y un tercer nivel con un elevador para subir a la parte más alta de la torre, donde se opera el rayo láser, que sólo se ha instalado en unos cuantos templos, como el de Guadalajara, que es el principal, el de Tijuana y algunos más en Estados Unidos.
Los miembros acuden todos los días. “Aquí se tiene programado hacer eventos especiales similares a los del templo de Guadalajara; bautizos, que ya se están haciendo, o reuniones con jóvenes, porque la mayoría de los miembros son de 35 años para abajo, así como pláticas y estudios de acuerdo a la necesidad de los hermanos de la iglesia”, detallan los ministros durante el recorrido.
¿Han recibido a católicos que se convierten a esta religión?
–Por supuesto. Estamos recibiendo mayormente católicos. Hace unas tres semanas bautizamos a 50, y en un par de semanas tendremos otro evento similar –asegura el García Granados.
¿Cómo o por qué dan ese paso los católicos?
–Posiblemente porque ven que la doctrina de La Luz del Mundo satisface sus necesidades espirituales y porque ven una diferencia ante la doctrina que tienen ellos y las reglas predicadas por Jesucristo.
Además de que en esta agrupación religiosa no se aceptan imágenes –“No podemos adorar ni honrar imágenes”, según los principios de Jesucristo–, los ministros son casados, como lo establecieron las Sagradas Escrituras… “Sabemos que en la Iglesia católica no se aplica esta norma apostólica. Hoy vemos que por no ser casados todos los desórdenes en los que han caído”, sostienen los entrevistados.
Y aseveran que ante tal descrédito el católico ve más llenas sus expectativas espirituales en La Luz del Mundo, agrupación que se unió al Movimiento México Laico para rechazar las modificaciones al artículo 24 constitucional, relativo a la libertad religiosa.
Éste “es un tema de mucha importancia nacional, para que se tome en cuenta la opinión de todos los sectores en lugar de legislar en lo oscurito y sin escuchar siquiera a las propias asociaciones religiosas en el país. Nos interesa el tema porque todas las iglesias que no pertenezcamos a la mayoritaria vamos a tener problemas”, expresa García Granados.
¿Cuáles son sus temores? –se le pregunta.
–Se pretende que en los planteles escolares se dé educación religiosa; en eso no estamos de acuerdo. La educación religiosa se da en casa y corresponde a los padres; o en los templos, y corresponde a los ministros. Pero sabemos que Benedicto XVI tiene programado un encuentro con el presidente de México para formalizar acuerdos en ese sentido.
En un pronunciamiento que La Luz del Mundo divulga en su portal www.ilm.org, lamenta que con la reforma constitucional “se pretenda sepultar la obra de Benito Juárez y la de los hombres de la Reforma, cuyo legado ha contribuido decididamente a fortalecer nuestro régimen de libertades, la educación laica y la cultura de los derechos humanos. Por tanto, las pretensiones clericales a que responde tal reforma van en detrimento del Estado laico y, en consecuencia, afectan las libertades de los grupos religiosos numéricamente minoritarios del país”.
Temen que de manera subrepticia o dirigidos de manera abierta , los cambios –que aún no se discuten en el Senado, aunque la fracción del PAN tiene agendado el tema– “tengan como trasfondo cumplir las exigencias de la jerarquía católica, cuyos dirigentes, enarbolando una sesgada interpretación de la libertad religiosa, busquen resucitar antiguos privilegios: instrucción religiosa en las escuelas públicas; participación del clero en política electoral; instalación de capellanías en el Ejército y la Marina; subsidio estatal para sueldos de los ministros de culto, además de la posesión y control de medios de comunicación electrónicos, entre otros”.
Con todo, dicen que confían en que los senadores no cometan el error de aprobar la reforma a la Constitución. Para ellos, las enmiendas serían un regalo al dirigente de la Iglesia católica cuando venga.
Los dos representantes de Luz del Mundo consideran que las autoridades deben reforzar la seguridad en el entorno donde se encuentra la Torre de la Fe para evitar que algún fanático católico entre en las instalaciones o haga daño o los seguidores de esa asociación religiosa.