+ Turista recupera su bolso perdido; reconoce que en México hay más gente honesta que en su país
GUAYMAS, Son., 18 de de Abril de 2011.- Hay una historia consignada por varios medios nacionales y que ha significado orgullo para los sonorenses y los guaymenses.
Se trata de una turista estadounidense que bajó de un buque crucero de placer para conocer el centro de la ciudad con sus edificios neoclásicos y su extenso malecón turístico, y en algún sitio dejó su bolso de mano con su cartera.
La historia divulgada en todo el país es ésta:
Cuando Livy decidió bajar del Crucero “Zaandam” atracado en el Puerto de Guaymas el pasado jueves, para conocer esa ciudad, jamás se imagino que pasaría una de las aventuras más inolvidables de su vida. Ella y su esposo deseaban recorrer las calles típicas de Guaymas, buscar artesanías, comprar discos de música de la región y conocer un pedacito de México.
Justo estaban en el Malecón de Guaymas, que siempre se viste de fiesta y folclore para recibir a los cruceristas, cuando se percato de que no traía consigo su bolso de mano: Pensó en todas las dificultades que le seguían a esta pérdida; por alguna razón cargaba todos los cheques de viajero, dinero en efectivo, los papeles de ella y su esposo y hasta las tarjetas para abordar nuevamente el crucero. Quizá estas serian las peores vacaciones de su vida.
Livy se quedo en el malecón tratando de encontrar su bolsa, recordando cada uno de sus pasos y buscando en todos los rincones mientras su marido regresa a la terminal portuaria a reportar ante las autoridades del crucero el hecho. No muy lejos estaba Pablo Lizárraga, quien encontró la bolsa y al ver que era de turistas de procedencia norteamericana, pensó que tenía relación con el crucero que ese día engalanaba el Puerto, y se dirigió hasta la terminal para encontrar a los dueños.
Pablo trabaja de chofer de camión urbano hace poco mas de 25 años, tiene dos hijos y dos nietos a los que ha sacado adelante con mucho trabajo. Pensó en su familia en cuanto vio el dinero, y pensó en la familia que lo había perdido y en todo lo que Guaymas y Sonora perdían si esto se hiciera público.
“De por sí, México tiene mala fama y mala imagen, tenemos que proteger a los turistas y hacer que regresen, que hablen bien de nosotros”, pensó.
Justo al llegar al muelle, a unos metros del crucero, Pablo escucha a un preocupado crucerista preguntar por ayuda a unos jóvenes, y se acerca porque sabe que alguien estaba buscando ya ese bolso. Efectivamente cuando lo ve lo reconoce y casi llorando le agradece, juntos salen a buscar a Livy para darle la buena noticia, quien la recibe sorprendida “Hay más gente honesta aquí que en mi País” exclamo agradecida.
Y es que un grupo de jóvenes ya estaban prácticamente barriendo el malecón para encontrar la bolsa y habían organizado grupos para caminar por toda la ciudad preguntando por él y ofreciendo una recompensa, misma que sin solicitar se le dio a Don Pablo Lizárraga.
Livy y su esposo se subieron nuevamente al Zaandam con la tranquilidad de saber que tienen todo para gozar de unos días buenos en un recorrido por otros puertos mexicanos, que seguramente los recibirán también de la mejor manera.