CD. DE MÉXICO, 8 de julio de 2012.- A una semana de los comicios donde Acción Nacional perdió la Presidencia de la República, inicia la disputa interna por el control del partido.
Dirigencia nacional y las futuras coordinaciones parlamentarias en el Congreso de la Unión se enfrentan con dos protagonistas centrales, como son los allegados al presidente Felipe Calderón y los del líder nacional, Gustavo Madero, los primeros buscando votos para destituir a Madero, debilitar a su grupo y quedarse con las coordinaciones legislativas.
Los maderistas, por mantener su hegemonía. Luis Alberto Villarreal, uno de ellos, se perfila como fuerte aspirante a encabezar la futura bancada del PAN en San Lázaro, y otros nombres como el senador Rubén Camarillo y José González Morfín, amigo del presidente Felipe Calderón.
En el Senado, mano derecha del Presidente, Ernesto Cordero es mencionado como fuerte candidato de ese grupo; Héctor Larios sería propuesta del maderismo pero aún se espera saber si le alcanzan las cuentas para estar en este mando.
La próxima bancada en la Cámara de Diputados ve el nombre de Luis Alberto Villarreal, maderista quien jugó un papel relevante para conservar la gubernatura de Guanajuato ante el avance de un amenazante PRI.
Rubén Camarillo como coordinador nacional de la campaña federal en 2012 ganó críticas y eso sería una debilidad que provoca divisiones.
Los maderistas tienen más de la mitad de los 381 integrantes del Consejo Nacional, órgano que puede destituir a Madero.
Las declaraciones de Miguel Ángel Yunes reflejan el sentir del grupo de Madero: Roberto Gil Zuarth debe renunciar a su posición plurinominal en el Senado, porque es el único responsable de la derrota presidencial del PAN. El y su equipo diseñaron y manejaron dinero, estrategias, espacios televisivos y toda la estructura del partido para apuntalar a Josefina Vázquez Mota.
Los maderistas ganaron posiciones en Nuevo León, Baja California, Baja California Sur, Estado de México, Guanajuato, Veracruz y Nuevo León, con los candidatos decididos por el CEN, donde Gustavo Madero operó para el triunfo. El resto de los estados tuvo poco margen de operación.
En Estado de México la candidatura de Luis Felipe Bravo Mena para la gubernatura dio al PAN 580 mil sufragios, y fue coordinada por los calderonistas; en 2012, Ulises Ramírez coordinó la campaña en la entidad y el PAN obtuvo un millón 255 mil 500 votos en la elección presidencial.
Pero los calderonistas acusan que como presidente nacional del PAN, Gustavo Madero es el responsable único de la derrota de este 1 de julio.
El cabildeo centra que de acuerdo con el artículo 49 del Estatuto General del PAN, se requiere de las dos terceras partes de los presentes en la sesión plenaria del Consejo Nacional para una destitución, y hasta el momento, de los 381 integrantes del Consejo Nacional, Gustavo Madero cuenta con el respaldo de 129 de los 254 que se requieren para la mayoría calificada.
Primero para que lo ratifique como presidente nacional del partido. Esos 129 simpatizantes impiden que los calderonistas junten las dos terceras partes que requieren para destituirlo.
Panistas consultados dicen que la disminución natural del poder presidencial, por su inminente final, lastimará los afanes de los operadores que acostumbran a presionar a los consejeros que son empleados del gobierno federal para que voten por posiciones que presuntamente impulsa Felipe Calderón en el interior del partido.
¿Qué hacer con Fox?
El martes en Los Pinos una veintena de líderes panistas se reunieron con Calderón y tocaron temas diversos.
Entre los asistentes se logró el consenso sobre el tratamiento que se debía dar al caso del ex presidente Vicente Fox, pero de entrada surgió la lapidaria expresión de Diego Fernández de Cevallos, llamando a no enredarse en este asunto, porque “lo que Fox quiere es que lo expulsemos”.
De ahí derivó el alegato de que “él solito ya se excluyó del partido”.
Surgió la propuesta del futuro senador Ernesto Cordero de impulsar a Rogelio Carbajal como próximo secretario general del PAN.
En Los Pinos, el presidente Felipe Calderón convocó para hacer un reconocimiento a Josefina Vázquez Mota. Fue una catarsis del anfitrión, quien regañó por los resultados electorales y errores de la campaña del PAN.
Hubo 18 asistentes a la encerrona del 3 de julio y Calderón ventiló su intención de adelantar el relevo de Gustavo Madero, aunque terminaron con el acuerdo de sólo renovar la estructura del Consejo Ejecutivo Nacional del PAN. Y comenzó la pugna por las riendas del partido.
Por la redefinición del partido y sus principales cargos, se realizan reuniones que la noche de jueves y tarde de viernes encabezó el Presidente, otra vez en Los Pinos, con menos panistas, los más cercanos. Ya no fue convocado el dirigente del PAN.
Vázquez Mota sí recibió invitación pero declinó, pues este sábado inicia vacaciones familiares.
Otras corrientes de no calderonistas definirían este fin de semana su postura y negociar desde este lunes con directrices que sugirió Calderón en la encerrona del martes.
Ese día, según testigos, el Presidente le propuso a la ex candidata presidencial panista asumir la próxima dirigencia del blanquiazul, asumiendo el proceso de recomposición del partido, pero Vázquez Mota rechazó la oferta, pero la negativa sostuvo la intención del Presidente de seguir la tradición del PAN: cambiar el liderazgo cuando hay saldo crítico en las urnas.
Sugirió dos prospectos y apareció el nombre de su hermana, la ex senadora y ex candidata al gobierno de Michoacán, Luisa María Calderón, y Salvador Vega Casillas, ex secretario de la Función Pública, y senador plurinominal.
La comida duró casi tres horas y también hubo reclamos de Josefina, quien acuso las ausencias de ex dirigentes del PAN e integrantes del gabinete en ningún acto de la campaña. Se mencionaron los casos de César Nava y Germán Martínez.
Calderón estaba enojado por la derrota, presuntamente. Su partido se fue al tercer lugar y regañó a su ex secretario particular, Roberto Gil Zuarth, el coordinador de la campaña, porque lo que se hizo, “estuvo mal”.
A Madero le reclamó que pusiera en la lista de diputados plurinominales a su secretario particular, Jorge Villalobos, desplazando al ex alcalde de Tijuana Jorge Ramos Hernández y el presidente subió el tono al tocar los resultados del PAN en el Distrito Federal y el Estado de México, dejando una presencia casi nula.
También, por perder dos delegaciones, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, en el Distrito Federal. Calderón mostró pesar, definió la situación como un desastre y cuestionó la gestión de Mariana Gómez del Campo.
Cuestionó luego a los gobernadores Emilio González, de Jalisco, y Marco Antonio Adame, de Morelos, donde el PAN también se fue hasta el tercer sitio, pero el consuelo de que en el Senado les había ido bien, molestó más al Presidente y reviró que donde el PAN ganó es porque el PRI y el Verde no había ido en alianza.
Tal vez en el gobierno cometimos algunos errores, dijo.
La estrategia será ahora afinada por Cordero, Luis Felipe Bravo Mena, Germán Martínez, César Nava, Luisa María Calderón, Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano. En la lista aparecen el cuñado del Presidente, Juan Ignacio Zavala, su hijo del mismo nombre y María Fernanda Caso.