Banner

Se `aguó´ la fiesta en San Carlos

GUAYMAS, Son.- Apenas iban a brindar por el éxito del campeonato nacional de pesca deportiva, cuando la metralla agregó problemas a la de por si problemática situación que enfrenta San Carlos, que en su tranquilidad, precisamente, ha intentado centrar la escasa promoción que le permitió su pleito con autoridades corruptas por fortuna ya idos.

La tarde dominical esta comunidad poco a poco abandonada por residentes extranjeros --precisamente por convencerse que la falta de servicios existente, luego la seguridad amenazando, está por complicar sus vidas--, se alteró por un ataque con armas de alto poder.

El rumor atemoriza respecto a lo que ocurre en el mundo oculto de San Carlos, así que vale preguntarse qué pasa en el sitio para obtener una respuesta similar.

Veamos: el turismo extranjero deja de llegar, se habla de policías saqueando casas, cesó la venta de inmuebles que abundaba entre estadounidenses y canadienses. Falla la limpieza, la luz, ¿ahora la seguridad? Y el ataque fue precisamente un día después del recorrido la fuerza policíaca estatal con su impresionante operativo del cual se enteró la Dirección de Seguridad Pública cuando ya se iban.

Urge que la autoridad turística se centre en soluciones, pues anunciar que todo está bien y el turismo satura San Carlos, es falso. Esa política avestruz lo pondrá peor.

Ojalá el nuevo director de Fomento Económico y Turístico del Ayuntamiento, Walter Decima, haga equipo con Javier Tapia, responsable estatal de la tarea. Urge dejar de jugar a que trabajan, cual hizo el pasado Ayuntamiento y hagan su parte.

Voces autorizadas que entienden la difícil situación que se vive, son el creador de San Carlos, Rafael Caballero, o el desarrollador Octavio Llano quien ya hizo denuncias claras de las fallas en el esfuerzo por rescatar la zona de espantosa caída. O pregunte usted a los constructores como Ramiro Páez, para que confirme cuántas casas nuevas hay o cuántas se ofertan a precio de remate.

Si a todo esto se agrega la seguridad amenazada por hechos como el ataque dominical a elementos de fuerzas armadas –un capitán de navío, entre ellos--, será la puntilla para un destino acostumbrado a la tranquilidad y a generar 5 mil o 6 mil empleos bien remunerados.

Un alcalde negociador

Otto Claussen hizo valer su presencia, su palabra. El peso específico del personaje, no el Ayuntamiento, devolvió a la mesa de la negociación a Alberto Jordán Madrid, gerente de PASA y desde el domingo –Alberto se adelantó un día a su promesa—los camiones de la concesionaria de recoger la basura, hacen su tarea.

No hay dinero, pero hay lo que le faltó a los idos: talento, respeto a los demás, responsabilidad para miles de guaymenses que en tres años vieron hundirse toda actividad y la imagen general de Guaymas.

Ya se ve menos basura en la calle. Resta limpiar lo demás. De paso, el sector Salud debe sumarse, pues tanto animal callejero podría justificar casos de ricketsia que hace bien la Secretaría de Salud en mantener bajo reserva, pero existen, y eso es lo malo.

Y ya es hora de nombrar jefe policiaco. Confirmen a Francisco Vidaurrázaga, es bueno; o a José Bolaños, capaz y confiable; pero ya, pues el entorno policíaco se complica con el proselitismo de quienes, dicen ellos, llegaron enviados por Hermosillo o Ciudad Obregón para ocupar la plaza y se promueven con carnes asadas o desayunos.

En cuanto a eso de ser enviados, Otto Claussen lo descarta: Se escogerá a quien defina el perfil, no la presión de nada o de nadie. Créale. Hay inteligencia y pantalones en el alcalde de Guaymas.