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Todo por no detenerse

GUAYMAS, SON.- “El kiriki” llegó temprano al poder, por eso al volverse secretario general de un poderoso sindicato obrero en Empalme, le pusieron un “asesor” para hacer el trabajo mientras él se dedica como la india María, a disfrutar las delicias del poder.

Carlos Enrique Gómez Cota llegó temprano también al otro poder, el que le da fuero al convertirse sabe por qué cosas de la vida, en diputado local. Son la misma persona, joven, inexperto, fácil de intentar sentirse con una “A” en el pecho y una capa roja ondeando al viento.

Reconozco a los policías, pero difícilmente mis extremidades superiores tocarían el fuego por ellos, sobre todo cuando la adrenalina los hace actuar por encima de los límites legales. Entiendo a lo que se enfrentan, no es fácil ver que de pronto, un auto oscuro, de vidrios polarizados, se detenga y surjan ráfagas de metralla, idea que los hace equivocarse a veces, como ocurrió con “El Kiriki”.

El secretario de Seguridad Pública, Ernesto Munró, pidió disculpas por este escándalo, pero debió hacerlo el alcalde, Alejandro López Caballero, pues son municipales los involucrados, pero éste es menos político.

Sin embargo, defender al legislador es difícil. Si hubiésemos estado allí, quizá comentaríamos que Gómez Cota quiso medir fuerza, fue omiso ante el silbato del agente, los “bicos” de la patrulla luego, más tarde la sirena y el escándalo subsecuente.

Total, como le dijo alguna vez su compadre “El güero” a mi apreciado amigo el periodista Antonio Duarte: “Mi `Toño´, tener el poder y no usarlo, es como no tenerlo”.

Lo demás ya se sabe. Dos cosas buenas salieron del “atropello”: se analizarán los protocolos de operación para los agentes policíacos a fin de garantizar mejor trato a la población, y mejor procedimiento para protección de la propia policía.

Una tercera sería que el legislador por Empalme nos confirmara por qué no se detuvo cuando la Policía se lo pidió y no nos deje la idea de que fue por su fuero de diputado y porque en ese momento, sábado por la tarde, se dirigía a una pachanga.

Volviendo a Ernesto Munró, ayer se llevó al gobernador Guillermo Padrés al acto donde atestiguaron, orgullosos, el egreso de jóvenes agentes de la Policía Estatal Acreditable, proyecto que como en otras áreas, nos vuelve líderes en el país en materia de seguridad.

Munró Palacios recordó cómo llegó al cargo, pensando aceptar o no. Aceptó. Hubo quienes dijeron que ni policía era, pero otros dijimos que no se necesita ser policía para saber cómo cuidar a la gente. Acertamos los segundos.

Con la gente, pese a todo

Padrés Elías se jactó de logros como ese, por ello Sonora mejora. Eso sí, pasó apuros para explicar los impuestos que la entidad cobrará en 2013, con la tenencia regresando más fuerte y agresiva, luego de que los diputados dieran el sí, pero así de facilito, al paquete fiscal que se les envió.

Lo que pasa es que los tiempos son malos y a nadie nos gustan los impuestos, pero vistas las cosas, los legisladores, sobre todo sus pastores en el Congreso, se persuadieron de que hay necesidades y para que Sonora no se atrase se optó por este resultado que grava a los que tienen. El pueblo no tiene carro.

Solo Carlos Navarro se posicionó como siempre, en contra, dio amplia explicación y resta que hagan lo mismo PRI y su asociado PVEM; y el PAN, de obvia posición.

Ahora debe verse que con el presupuesto llegue un cortaúñas a los alcaldes. Ya vio usted cómo le fue a Guaymas en el pasado trienio. Ese es el problema, no pagar impuestos.