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El PRI revive en su cuna

GUAYMAS, Son.- Ver al PRI a través de su ya ruinosa edificación, tal vez sea equivocarnos un poco, según comenta la dirigente Susana Corella, muy entusiasmada por cierto, sobre la mejora física que arrancara ni más ni menos con un acto a encabezar por el dirigente nacional César Camacho Quiroz.

Aquella meta de 1985 de crear una sede para retirar al otrora invencible del Mercado Municipal, se cumplió gracias al ejemplar apego a las siglas de Manuel Ibarra Legarreta, su entonces dirigente –apego poco visto en estos días--, apoyada por supuesto por el alcalde de la época y a la fortaleza económica y generosidad del cooperativismo pesquero.

Desde entonces nadie ha mejorado el inmueble. Al contrario, hay quienes bromean con presunta demanda de “prescripción” al ocupar por años y pacíficamente el lugar reclamando propiedad. Tal  vez haya razón, pues seguido llegan improvisados que agreden a los priístas de, por decirlo así, carrera.

Pero el prólogo viene al caso por el anuncio de Susana, contenta porque proyecto y parte del dinero los tiene, pero la nueva es la promesa del mexiquense de estar aquí, en una gira por Sonora para amarrar cosas y no dejar ir la envidiable posición actual ante el electorado.

También, porque la charla de la lideresa tricolor fue secuencia de un encuentro con los priístas de biberón, enfrascados en una labor de la cual surgirá este sábado el líder que sustituirá a Iván Pérez Caballero, cumplido su lapso representativo.

Esa elección, y sentar a todos en una mesa, es parte de lo que sigue, afirma, para exhibir cómo se trabaja ahora, en unidad. Confirmado eso, para lo cual falta tiempo, ciertamente, el PRI arrollaría.

Por lo pronto, apunta camino al triunfo por trabajo y cercanía a la chavalada, Karla Pérez, Hija de aquel legendario líder, Víctor de lo mismo, quien confirma aquello de “hijo de tigre…”.

Karla lleva como compañero de fórmula a Eduardo Gaxiola, hijo del secretario particular del alcalde, lo cual mueve a suspicacias, por lo cual no deberá andar Gianco Urías o parientes del jefe policíaco Francisco Vidaurrázaga, en acarreos o presiones este sábado, o todo el ejemplar trabajo tricolor de los chamacos irá al caño.

Se acercan

Bernardo Campillo vino al puerto a reforzar campaña contra el dengue, como lo hará en junio con la “Ricketssia”, y aprovechó para acercarse a Otto Claussen Iberri.

El mensaje es, la cercanía que buscan el jefe municipal y el gobernador Guillermo Padrés, pues no se puede gobernar sin el apoyo mutuo. Lo aplaudo, el pleito si se genera es piramidal pero en la base no se entienden las cosas como en la cúspide.

Además, no resulta seguir arrancando programas importantes en Empalme, ante el escaso poder de convocatoria del alcalde Moisés Laguna, a quien hasta los bailongos le están tronando, no se diga cosas más serias como el orden de una comunidad que no siente lo duro, sino lo tupido mientras los anteojos rositas siguen intentando tapar el sol con un dedo.

De vuelta en este puerto, ya están por aquí ejecutivos de PASA, la concesionaria que le bajó dos rayitas al pleito de no recoger la basura para que les paguen. Traen facultad para actualizar acuerdos y adecuar a la época el contrato al modo que tienen, por culpa de los irresponsables “lizarraguistas” que hundieron todo, con indecencia brutal. Buena nueva. Todo el circo, por fin, finalizará.

Y esto escuché ayer: ni alcalde ni secretario, tendrán teléfono abierto en las madrugadas para que funcionarios o sus familiares –regidores, sobre todo--, resuelvan asuntos policíacos en los que se meten amparados en el presunto poder que poseen. Ya era hora.