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Recuerda a Emile Griffit

+ Fue “un grande” del ring, dice Polo Corona

GUAYMAS.- Ahora litigante, Leopoldo Corona Estrada no sabía que murió Emile Griffith.

“Polo” Corona fue un trotamundos del boxeo desde iniciada la década de los 60; llegó a California donde conoció a Griffith, nativo de las Islas Vírgenes, y se unió al establo que lo entrenaba en Los Angeles, por eso en una de sus defensas, el virginiano recibió la ayuda del guaymense que a los 16 años ya se hacía carrera entre los grandes.

La rápida entrevista con Corona Estrada pactó posterior charla más extensa, para hablar de su carrerea, iniciada en la antigua arena Carta Blanca cuando se acercaba a los 10 años, en 1955, y fue tan bueno que a los 16, ya había `barrido´ con todas las figuras regionales de la época.

Por eso decidió probar suerte en California, pues “le toman más atención al deportista, pagan mejor y son los mismos golpes”.

Así llegó a Los Angeles y “cayó” al Gimnasio de la Calle Maine, donde entrenó al lado de “Mando” Ramos, Raúl Rojas y otras figuras de relieve mundial dirigidas por Jackie Sherwe, a quien consideró siempre “mi manager”, sin serlo en realidad.

“Creo que como a muchos, a mí me faltó un manager, pero siempre me ayudó y por eso reconocí así a Jackie”, recuerda Polo.

Fue una época donde el magistral manejo de su izquierda impactando hígados y rápidamente subiendo al maxilar, le hacía acumular puntos y ganar peleas por amplias decisiones. Por ello fue que Jackie un día le llamó y le dijo que lo buscaba otro legendario, George Parnassus, para hacer un combate de alto calibre.

“Yo peleaba, no veía con quién; así somos los boxeadores, y acepté”, expresa. El rival sería ni más ni menos que Paul Fuji, un hawaiano-japonés entonces reconocido como el pegador más fuerte del mundo y por ello llegó al campeonato mundial welter ligero.

Fueron 10 rounds de intercambio donde los jueces dividieron la decisión y desde allí, Corona se sintió en las nubes. “Me llamaban de todos lados”, recuerda.

FUE UN CABALLERO

Pero la entrevista no era de su carrera, si no de su impresión del “gran Emile”, como le llama, para lamentar su deceso.

Lo trató, “era un buen hombre, serio, honorable, no creas que era un ´bocón´, nada de eso”, destaca, al señalarlo como un boxeador notable, muy técnico, estético, y combinando su `punch´”, muy efectivo”.

Polo estaba en Los Angeles cuando le pidieron ayudar a Griffith como “sparring”, porque pronto se enfrentaría al cubano Bernardo “Benny Kid” Paret. Recuperaría su título welter ligero y todavía habría un tercer combate donde la desgracia subió al ring, pues airado por la expresión del cubano de “eres un maricón”, Emile golpeó al antillano de manera tal que aquel moriría 10 días después sin recuperar el conocimiento. Neumonía, dijeron los médicos.

Corona Estrada no vio el pleito. Sabe de él pero dice que a eso se expone el boxeador y no ve una intención de daño cuando se lanzan los golpes.

Retirado desde los años 70, Corona mira con ojos de nostalgia al hablar de Griffith y “lo grande que era”. Si figura era parte del Salón de la Fama del boxeo mundial y su deceso a los 75 años de edad ocurrió el 22 de julio en Nueva York, pero su carrera y brillante desplazamiento en los cuadriláteros, quedó en segundo término. Todos lo recordaron por la tragedia de 1962.

Así es esto, dijo su “sparring” de entonces, Leopoldo “Polo” Corona estrada.