CD. DE MEXICO.- A la campaña ciudadana de Baja California para pedir su independencia de México se ha unido Chihuahua, en protesta por la reforma aprobada por la Cámara de Diputados para homologar al 16 por ciento el IVA en la zona fronteriza.
El medio de comunicar su deseo separatista han sido las redes sociales y a este carro ya se subieron los senadores “fronterizos” Javier Corral de Chihuahua y Héctor Larios de Sonora; ambos del PAN.
La lucha que inician los legisladores les será de provecho, pues los reflectores apuntarán hacia ellos a quienes ya se les ve como los posibles héroes de la película, donde los afectados son los ciudadanos y las empresas de la frontera norte y sur, porque sus cercanos competidores manejan un IVA más bajo y mejores mercancías.
El balón está ahora en la cancha de los senadores, a estos corresponde trabajar para de tirar la reforma que ya aprobaron los diputados en el pleno; aunque muy a pesar de los priistas de BC encabezados por Chris López Alvarado, quienes a pesar de votar en contra y hacerle un berrinche al coordinador Manlio Fabio Beltrones no lograron más que quedar como los derrotados del episodio reformista.
Los panistas malinchistas
Los bajacalifornianos dicen que la campaña para separarse de México no es en serio, sólo una protesta; aunque los panistas chihuahuenses sí la toman con seriedad; les conviene, ya que gobernar la entidad no han podido y pagar más impuestos no quieren.
Sobre todo porque del lado gringo el IVA es del 8 por ciento y las mercancías son de mejor calidad y más baratas. Bajo esa realidad han anunciado que de prosperar la homologación del IVA al 16 por ciento, comprarán los productos estadounidenses. Con tal acción fortalecerán la economía del país vecino, como cuando gobernó el albiazul que impulsó la importación y abandonó al productor nacional. Una medida que los ubicará, en caso de no lograr tirar la reforma para homologar el IVA, como los malinchistas de la película porque de ningún lado le van a perder.
Los perredistas en círculos concéntricos
Como una vez lo dijo acertadamente el coordinador del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones; los perredistas no necesitan de nadie para dividirse, se dividen solos. Y así es en prácticamente todos los temas con una única excepción: el petróleo.
El caso es que los perredistas del DF, del Comité Ejecutivo y la secretaría general que encabeza Enrique Vargas, ya levantaron la voz para llamar a cuentas a los diputados federales amarillos que votaron a favor de una reforma hacendaria que impulsa más impuesto e incrementa los ya existentes.
La cuestión es fácil, los diputados por el DF Fernando Belauzarán, su tocayo Fernando Zárate y el propio coordinador de la bancada Silvano Aureoles, ya se adelantaron y respondieron que votaron por más impuestos porque con éstos se va a mantener la pensión universal y el seguro del desempleo, entre otros programas sociales. Respuesta que quién sabe si satisfaga a sus opositores al interior del PRD.
Y es que tan desunidos están los perredistas que incluso en la propia Cámara de Diputados se han reorganizado y en vez de ocupar las curules que les corresponde según el estado que representan; se han cambiado y rehecho grupos según las tribus: los chuchos con los chuchos;y los IDN con sus iguales; Foros Nuevo Sol con sus semejantes…
Las comparecencias ya no son circo sino institucionales
De las seis comparecencias que se han celebrado en la Cámara de Diputados con motivo del análisis del primer informe presidencial ha sido notorio cómo han dejado de ser un circo, con en la pasada legislatura, donde la oposición crítica, pero también grosera, volvió una Troya en llamas el salón de reunión entre el funcionario en turno y los diputados.
Esta vez en el cambio de sexenio han limado asperezas Legislativo y Ejecutivo, y eso se ha reflejado en las propias comparecencias de los secretarios de Gobernación, Miguel Osorio Chong; de Sedesol, Rosario Robles; de la SEP, Emilio Chuayffet… y la que se celebró este lunes con el titular de la Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, quien respondió a las preguntas en un ambiente de respeto y entendimiento entre las partes.