GUAYMAS, Son.- La oficina de Control Urbano del Ayuntamiento debe impedir que se reabran chatarreras de áreas residenciales, como comienza a ocurrir paulatinamente ante la presión de las familias que viven de la compra venta de material reciclable.
Consideraciones como el derecho al trabajo y la necesidad de ingresos para la subsistencia, no deben ser motivo para crear problemas que esa dependencia no ha querido dimensionar, ni aun cuando el director, un gordito barbado que reside en Cajeme, debió actuar por orden del alcalde y ahora se deja ganar la lucha de chatarreros que tiene respaldo legal y cabildeo de mucha gente, no necesariamente capaz de entender los problemas a terceros.
Esos negocios son foco de infección social y material. Tienen basura alrededor, fierro viejo bajo el cual hay maleza y alimañas; llegan sujetos de todos tipos a vender todo y es común tarea industrial para procesos previos a la entrega de metal. La Policía actúa, pero como no pasa nada, prefiere dejar de crearse problemas que un dueño de esos negocios les provoca con solo llamar a un funcionario o regidor en turno.
Cumplir la ley es lo correcto. Pero Control Urbano, Imagen Urbana y el Jurídico, no saben aún qué hacer contra ese problema que hace tres meses obligó a clausurar esos negocios. Su reapertura se condicionó a cumplir reglas, pero todavía no las cumplen.
Si la oficina de Ecología habla de intervenir, es solo la foto que quiere en los medios el titular, residente en Hermosillo. De nuevo, el alcalde tendrá que intervenir para exigir el resultado que desean los guaymenses: orden. Imagínese las viviendas adjuntas a chatarreras y piense si sus residentes quieren esa reapertura.
Error de promoción
Oralia Sánchez cometió un error en su intento de promoción personal. Me sorprende, pues su labor social reconocida no necesita ganarse uno de esos premios nacionales “al mejor funcionario”, en este caso como Síndico.
Lo recibió en la capital del país, ya tarde para dar marcha atrás al saber que la organización a cargo de entregarlos, no es ejemplar. De hecho, es tratada con rudeza en estados donde reconoció a varios alcaldes y síndicos, lo cual le hizo ganar millonaria suma al promotor, un técnico que asesora al Centro Fox oriundo, imagínese, de Guaymas, de donde salió hace tiempo, estudió en Guanajuato y se quedó allá, por eso es poco conocido aquí donde también a pocos conoce, cosa común entre los que se van.
Quizá por situación similar ayer que me saludó Vicente Sagrestano, de visita para supervisar sus negocios personales, no saludó a guaymenses tan conocidos como Pedro Romano o la regidora Carla Neudert. Tampoco a Ricardo Woodel, Sergio Martínez o Carlos Azcona, lo cual le acarrearía votos en contra si se decidiera buscar posiciones en el 2015.
Ah, y Carla Neudert cree que erró al criticar lo que considera protagonismo del Contralor Héctor Hernández, quien lo mismo aparece posando en lujoso hotel de la ciudad de México que dando declaraciones políticas en programas informativos nacionales. Ahora el contralor la “empapeló” exigiendo comprobar lo que le dijo, pero legalmente, como él procedió con personal oficial y costo al erario, como si Tesorería tuviera mucho dinero.
Finalmente, quiero enviar mi abrazo solidario a la familia Claussen, principalmente al alcalde Otto Guillermo Claussen Iberri, por la tristeza y dolor que llenó sus corazones al ver partir a la gloria eterna de su señora madre, doña Alicia, dama muy estimada a quien tuve el privilegio de conocer y tratar. El Creador atenue esa gran pena.