MONTERREY, N.L.- Lo vemos con toda claridad: viene un rompimiento muy claro entre el sector privado mexicano y el Gobierno (evocando la era echeverriana) que resultará sumamente dañino para el País.
Una vez destruido el puente de la comunicación y el entendimiento entre el sector productivo y el sector gobernante es muy difícil de reparar, toma tiempo y esfuerzo.
Recientes publicaciones y declaraciones de organismos privados como la CAINTRA rechazando en su totalidad el nuevo esquema fiscal y, sobre todo, recriminando al Presidente su negativa a escuchar al sector productivo, el que aporta el 22 por ciento del PIB nacional, dejan más que clara esta brecha que se ha formado entre los peñistas y el sector privado.
Es evidente que el Gobierno del Presidente Peña Nieto no ha demostrado el menor interés en desplegar hacia el sector productivo del País ni diálogo ni respuestas.
Hay quienes piensan que este rompimiento es intencional -vengativo incluso-, ya que para Peña Nieto, que todo lo tiende a ver con tintes políticos, los empresarios "son pro panistas", entonces darles en la mera chirimoya es algo que no sólo lo tiene sin cuidado, sino que le pudiera agradar.
Al mismo tiempo, el presidir él un Gobierno hinchado de lana que le permita aplicar "planes sociales" que lo fortalezcan (a él y a su partido) con las grandes masas, lo complace y dentro de su esquema siente que le ganará popularidad, asegurando la permanencia del PRI en el poder.
Éste su H. servilleta piensa que en este despliegue de posiciones existen de parte del Gobierno algunos errores de cálculo, y de parte del sector privado cierta falta de unidad que lo ha debilitado al grado de que ya "ni lo pelan", siendo que en ellos, sus integrantes, está la capacidad de hacer sentir -legítimamente- su peso, el cual está ligado a su capacidad de generar empleos, producir, exportar y generar bienestar.
Algo de lo que el Gobierno es totalmente incapaz, incluso antes al contrario.
Ahora que, habiéndose perdido el respaldo del sector privado, el que seguramente se siente traicionado por un sector gobernante que no lo toma en cuenta, no atiende sus LEGÍTIMOS reclamos y que adoptará medidas SUMAMENTE DAÑINAS para la economía en su conjunto, se desencadenará en México una serie de eventos que llevará a que se desinfle el potencial de nuestra economía.
Con el nuevo y confiscatorio esquema fiscal, con tintes terroristas fiscalmente hablando, habrá en el País fuga de capitales, fuga de talento humano, freno a las inversiones, las cuales se trasladarán a otros destinos que cuentan con leyes fiscales orientadas hacia el estímulo a la producción, se generará DESEMPLEO, crecerá el sector informal de la economía, habrá más incentivos hacia la evasión, incrementará el incumplimiento y se fortalecerán las actividades ilícitas del crimen organizado, que tendrá ahora nuevas formas -vía incentivos económicos- de penetrar en la sociedad.
Si en el Senado de la República los "patriotas", como Manlio Fabio Beltrones, o los "cuasi rebeldes", como Ernesto Cordero, le dan el vo.bo. al bodrio fiscal que aprobaron los Diputados habrán contribuido de una manera determinante a forjar para México un futuro desastroso.
Uno en el que nuestra economía no crecerá, en el que más mexicanos que nunca abandonarán el País -algunos con todo y sus empresas y capital-, en el que no habrá inversión, en el que abundarán las oportunidades para la corrupción y en el que un gran sector de la población se sentirá defraudado por la democracia, llevando a la disidencia social no pacífica.
Tienen la palabra, señores Senadores: ¿son hombres y estadistas o son dóciles borregos? (Tomado de El Norte)