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Javier tiene la palabra

GUAYMAS.- Javier Villarreal tiene la palabra de lo que puede derivar al emprender la posición anunciada con tambores de guerra por la CTM, al terminar su pasada asamblea estatal que tuvo lugar en el feudo del Gándara tricolor, frente a la espectacular bahía guaymense de Bacochibampo.

Contentos todos, sobre todo por el descuento que les hizo el senador en la factura de dos días de trabajo, los cetemistas salieron con pintura de guerra en el rostro para tirarle a todo lo que se moviera, para poner un hasta aquí a problemas con el aborrecible IMSS, el jinetero Infonavit, la pichicata Comisión de los Salarios Mínimos, las empresas de miles de trabajadores que no quieren sindicatos y cosas así, incluyendo el enojo por la presunta evaporación de pensiones estatales.

Lo acordado está en marcha. Medios estatales lo confirman y tras pedir que los dineros estatales tengan el mejor uso posible, ahora el IMSS es el escalón que pisan para que el servicio mejore, petición añeja nunca atendida, pero ciertamente, son otros tiempos y ni esa institución ni la organización gremial otrora todopoderosa, pueden darse el lujo de ignorar demandas sociales, so pena de tender a la extinción.

Plausible, pues, este tipo de posicionamientos que nos conducirá hacia el país que queremos y que no es ni por mucho, el que ahora tenemos.

Dentro del cetemismo también, noble el gesto de Villarreal al agradecer el trabajo de promotor deportivo Jesús Rivera. Sobre todo, porque trabaja al 100% en su encomienda pese al problema de salud que pudo haberlo incapacitado, pero esa palabra no existe en voluntades así.

Ponen orden

Empalme no tiene remedio, dicen muchos, en eso de la seguridad pública, criterio que puede modificarse ahora que las fuerzas armadas resolvieron estar detrás de operativos policíacos y demostrar que una de las prioridades en las consignas militares, es mantener la legalidad.

El alcalde de la vecina comunidad otrora tranquila y colorida, Héctor Laguna, nunca encontró la puerta. Cambió de jefes policíacos y la cosa iba bien, pero la soberbia pudo haber intervenido para que las balaceras reaparecieran cual pirotécnica decembrina.

Hoy, los ciudadanos celebran el hasta aquí puesto por los militares a un grupo descubierto por labores de inteligencia, ubicados y hasta se habla de la detención de un capo. Que eso sirva para establecer el nuevo orden de cosas y devolver al castigado pueblo su estatus previo, el de la tranquilidad que incitaba a visitarlo.

Para irnos, vale reconocer los desvelos de funcionarios que diseñan el gasto del Ayuntamiento para 2014. Dirigidos por el tesorero Manuel Ibarra Salgado, crean ingeniería financiera para que el magro recurso municipal no se vuelva errático y al final, costoso, en lugar de ser motor de desarrollo de un Municipio que puede dar –y ya está dando-- mucho más.

Además, ya son varios los regidores que han entendido a qué se va al Cabildo. Se alejan del comodino estatus de pasadas administraciones donde levantar el dedo implicaba un beneficio material, sin importar la comunidad. Aún quedan de esos, pero sepan que deben seguir ejemplos como el de Malena Ortega, o de Martín García, el edil cercano a nuestros hermanos yaquis y quien pone de su bolsa para apoyar a la gente.

Y no me sorprendió que Martín dijera que en Pótam y otros puntos, hay obras anunciadas como terminadas en el pasado trienio, pero no existen. Ya buscan aclaraciones a esas comunidades.