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Capitalismo sí, abuso no

MONTERREY, N.L.- Queridos amigos:

Cuando hace ya casi dos años acepté ser candidata al Senado por la llamada "izquierda", una de mis principales motivaciones fue, como lo digo en mi libro "Perfume y pólvora", la "esperanza para incidir en...el aparato neoliberal de los últimos 30 años, productor de injusticias mediante el cual unas cuantas familias de empresarios nacionales y extranjeros, líderes sindicales corruptos y por supuesto de gobernantes, se benefician extraordinaria e impunemente a costa de la miseria de millones".

Quienes se extrañaron de que con mis apellidos asumiera un discurso de apoyo a las víctimas del neoliberalismo, no entendieron que mi visión acerca de la generación y distribución de la riqueza viene del capitalismo que conocí a través de mis abuelos y padres, emprendedores que al crear compañías importantes buscaban, además del obvio beneficio económico, hacer un aporte al bienestar social de su ciudad y su país, ya que en su ideología quedaba claro que es imposible lograr un sano crecimiento económico si en éste está ausente la justicia social y las oportunidades de desarrollo real para los trabajadores y sus familias. Aquellas personas que conocen la historia de la industria en Nuevo León, sabrán a qué me refiero.

La humilde lucha que busqué dar con mi debut y despedida en la política fue motivada por el horror que sentía, y aún siento, ante el esquema neoliberal que ha puesto a nuestro país y al mundo entero al borde del colapso económico, ecológico y humano; ese esquema depredador que ha olvidado los fundamentos propios del capitalismo que conocíamos hasta hace poco, y ha puesto a la ganancia y el lucro como motores únicos de la actividad económica, o peor, como fines en sí mismos; de lo cual es un magnífico ejemplo la cruda y controvertida película "El lobo de Wall Street", que está ahora mismo en cartelera.

Es por estas razones que me impactó mucho el documental que ahora les comparto, "Los cuatro jinetes", en el que se retrata la ruta apocalíptica en la que las corporaciones multinacionales nos han envuelto, en su afán de crecimiento y acumulación sin límites.

A propósito, en estos días Enrique Peña Nieto presume haber "logrado" "traer" de la cumbre económica de Davos, 7 mil 350 millones de dólares de inversión para México, de los cuales, 5 mil provienen de PepisCo, que como sabemos, se especializa en la producción y venta de bebidas y alimentos chatarra, los cuales vendrán a agravar los de por sí serios problemas de salud pública que ya padece nuestra población, en medio de un sistema de seguridad social quebrado e inoperante.

Igualmente "presume" el inquilino de Los Pinos, que con esa inversión en los próximos años PepsiCo generará 4 mil puestos de trabajo, lo cual equivale a ¡1 millón 250 mil dólares por cada empleo!, y habrá que ver qué salarios corresponderán a quienes obtengan estos puestos, en una industria altamente automatizada. ¿Esta es una inversión para ayudar al desarrollo de México, o es un capital que viene a explotar a su población?
Recomiendo mucho tomar nota de los especialistas que dan sus puntos de vista en esta cinta, ya que todos ellos son reconocidas autoridades en la materia, tales como Noam Chomsky, en primer lugar, o John Perkins, quien trabajó como "sicario financiero" para el gobierno de Estados Unidos, chantajeando o amenazando de muerte a diferentes presidentes centroamericanos.

Otro de los participantes en este brillante documental nos devuelve la esperanza al decir: "La crisis que enfrentamos hoy fue creada por humanos, y lo que es creado por humanos puede ser cambiado por humanos. Todos podemos transformar el mundo", y el realizador concluye con estas fuertes palabras: "Entender realmente algo, es liberarse...el mayor enemigo de un capitalista depredador, y el mayor aliado de la humanidad, es el individuo auto-educado, que ha leído, comprendido, posterga su gratificación y camina con los ojos bien abiertos".
Este es un video largo, pero que bien vale la pena, si es que aspiramos a ir por este mundo "con los ojos bien abiertos".
Me dará mucho gusto conocer la opinión de todos ustedes.
Un abrazo sincero,
Cristina Sada Salinas.