+ Subir en las preferencias, el requisito
GUAYMAS, SON.- Se escuchó por casualidad, pero a fuerza de oírlo varias veces, se vuelve verdad.
Antonio Astiazarán estaba a principios de año en su cubículo en el Congreso federal, cuando recibió la visita de un personaje sin nombre, pero engrandecido tras bambalinas por la representación que trae consigo en este tipo de asuntos.
Era un enviado de Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación, pieza importante en el engranaje con el que mueve al país Enrique Peña Nieto. El mensaje luego de las presentaciones de rigor y obligada síntesis, es que si el ex alcalde guaymense y actual diputado federal quería estar en la final por la gubernatura de Sonora, debería crecer.
Citan las fuentes que poco a poco filtran la historia del momento, el mensajero del aparente “número 2” del país, le hizo saber a Astiazarán que no había problema con César Camacho. El presidente del PRI nacional sabe quién es el guaymense y lo que ha hecho, pero también que en ese momento requería “subir un poco” y no estaría mal demostrar, por ejemplo, que en el semestre en marcha tuviera unos 20 puntos en las preferencias pre-destapes.
En resumen, el mensajero del grupo compacto mexiquense habría resumido: subes en las preferencias a 20 puntos, o no estarás en la contienda por la candidatura a gobernador de Sonora.
Perfectamente entendido el objetivo, quien se presenta como “El toño”, luego de crecer física y políticamente desde que en el “puerto de puertos” se le conocía como “El toñito” –término que denota el cariño que se le tiene al personaje cuyo ejemplo es el trabajo—, redefinió su estrategia previa, que según sus compañeros en la misma ruta, le daba apenas 4 o 5 puntos.
El esfuerzo creció, fortaleció su estrategia de abaratar el costo de la luz y pasea por la entidad confirmando su meta generadora de energía para venderla a la CFE y repartir el beneficio en al menos 10 mil familias sonorenses. Crece, dicen los conocedores, los encuestadores que lo plasman en sus trabajos.
Toño ahora está más identificado por ejemplo, en el norte, donde tiene meses visitando repetidamente sitios donde no había llegado. En el Sur, es pieza resaltante –ojo: es el sur el que más votos otorga en Sonora—y en el centro, ni se diga, pasea incansable con sus “tumbawatts” y sus gestiones de mejora por 39 municipios que componen el Distrito 04 que representa en el Congreso.
Hermosillo lo ve seguido. Sabe que picar piedra en el centro nervioso de Sonora es vital y él anda por allí, sin descuidar a Guaymas, que le dio la mayor parte de los sufragios para ser de nuevo legislador de este Distrito, como lo fue antes de ser alcalde bien recordado en el puerto, donde es innegable y espectacular su obra material a la vista.
Ahora, dicen los electoreros y algunos datos los filtran acuciosos columnistas hermosillenses y cajemenses, presuntamente los mejor enterados del Estado, Toño tenía entre 7 y 10 puntos de preferencia en 2010; 12 puntos de aceptación alcanzó en 2013; hace 15 días el anuncio le daba más de 16 puntos. Nada mal, 4 puntos, en tres meses de actividad, lo cual indicaría que al terminar junio próximo, podría completar los 20 puntos buscados para colocarse en medio de las dos principales figuras priístas rumbo a ese cargo: Ernesto “El borrego” Gándara y Claudia Pavlovich.
Pero como siempre hay quienes hablan de encontronazo entre ambos, lo cual dificultaría la decisión para volverla salomónica. Si es verdad que Astiazarán ha estado reportando resultados ante el propio escritorio de Osorio Chong, entonces no sería lejano pensar en ese tercero en discordia, salido de los números. Los 20 puntos de Toño serían el camino para calmar ánimos y hacer un candidato confiable al grupo en el poder. Y un gobernador conciliador, pero firme. O firme, pero conciliador.
Y los priístas siempre sentencian al tocar el tema: el grupo en el poder pondrá al candidato de Sonora. Solo falta precisar quiénes son y si tienen contrapesos capaces de frenarlos.