+ Alfredo Ortega puede lograrlo; Pedro Romano, ahora o nunca
GUAYMAS.- Alguien me lo comentó por ahí; está muy flaca la caballada en el PAN, rumbo al próximo proceso electoral, en torno a quienes se manejan por la presidencia municipal y no prenden; definitivamente, no prenden.
En análisis frío, aunque somero, el Agente Fiscal Lorenzo De Cima Dworak piensa que se la van a venir a ofrecer y que con ello ya la tiene ganada. Nada más falso. Si bien es cierto no tiene carga negativa o como dicen en el argot político, “cola que le pisen”, su trabajo hasta hoy, si es que lo ha realizado, ha sido tibio, lento y pasado entre lo azul y buenas noches.
A un año de saber quienes serán los candidatos, Lorenzo De Cima aparece muy bajo entre las encuestas de su propio partido, por ello tendrá que redoblar su esfuerzo, si la quiere.
De Manuel Villegas Rodríguez se dicen tantas cosas y como la harina La Rosa, son puras verdades.
El funcionario del gobierno del Estado no ha podido quitarse la etiqueta de priísta, por mas que se esfuerce en sonreír y bailar con las doñas. Le temen, eso sí, por su vagancia y oficio político. Tendrá que trabajar mucho para convencer al “consejo de ancianos” del PAN y luego convencer de que ya no es priísta, ante todo.
Más atrás aparece Alonso Arriola Escutia, funcionario del gobierno del Estado y exsecretario del Ayuntamiento de Guaymas en el tormentoso gobierno municipal panista reciente, quien hace lo suyo, muy por debajo del agua. Tampoco levanta, en la encuesta panista.
De pronto, salta a la palestra en el comentario, no en afán personal de figurar, el abogado y Notario Público Alfredo Ortega López, quien perdiera en forma ajustada la diputación local con el hoy alcalde Otto Claussen.
Con una trayectoria sana, limpia, podría ser la alternativa para el PAN por la presidencia municipal. Sabe y conoce el oficio, cuestión de padrinaje, pues activos, los tiene.
No den tanto brinco, pues, estando el suelo tan parejo.
Podríamos decir lo mismo, por el lado del PRI, con el aún joven ingeniero Pedro Romano Terrazas, quien ya es hora de que se suelte el pelo diciendo al menos “aquí estoy”.
De una familia de trabajo y esfuerzo, Pedro ha caminado bastante dentro del PRI, pero el hecho de disentir y decir lo que siente, sin seguir la corriente a la gente que nos mandan de Hermosillo, lo ha mantenido marginado.
Nunca como hoy para definirse y buscar una candidatura, ya sea por la alcaldía o diputación local. Su capacidad y talento lo puede ubicar, sin pierde, en alguna de las dos posiciones.
El PRI tiene buenos activos en su propio entorno, pero el exinvencible sigue con el síndrome de La Malinche; traer candidatos, hacerlos gobernantes, se hartan los bolsillos y regresan a donde han vivido todo el tiempo.
Digo.