HERMOSILLO, Son.- Esta es el discurso ofrecido por el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, en su encuentro con el priìsmo sonorense que tuvo lugar en esta ciudad:
Queridas amigas y amigos; compañeros todos.
Les quiero pedir que piensen por un momento a qué sabe la victoria.
Cómo nos sentimos cuando ganamos.
Pues eso vamos a sentir la noche del domingo 7 de junio de 2015, cuando ganando el PRI, gane Sonora.
Pero ese triunfo, compañeras y compañeros, nunca ha sido ni será casual. Tras el triunfo hay que ir con determinación, cuando definimos a dónde queremos llegar, nos ponemos de acuerdo, lo hacemos en familia en este gran equipo que ha trabajado siempre en un clima de unidad.
Me da mucho gusto ser un testigo cercano de la vitalidad del priismo sonorense, un priismo que ha conocido las duras y las maduras; un priismo que a veces le ha tocado echar cohetes y otras recoger varas, pero siempre fiel a los principios, fiel al proyecto de país; el PRI nacional expresa esta mañana reconocimiento, respeto, solidaridad absoluta con el priismo batallador de vocación victoriosa que es el que vive en el corazón de los priistas de Sonora.
A ustedes y a las generaciones que les han antecedido nadie les ha regalado nada. Han vivido venciendo adversidades; las dificultades climáticas, las grandes extensiones territoriales y han conquistado la tierra.
Cinco presidentes de México, Zuluaga, De la Huerta, Álvaro Obregón, Abelardo Rodríguez; especialmente el fundador del Partido Nacional Revolucionario: Plutarco Elías Calles.
Tierra de reformadores que, como lo dijo aquel cuyo nombre ya gritaron aquí mismo, tierra de reformadores a la que nadie, en donde nadie ha recibido regalos, expresión de la cultura del esfuerzo y nunca del privilegio, les hace merecedores legítimos de un orgullo que hace que desde Sonora se construya México.
Hace 20 años creyeron que con la muerte de Colosio se acababa un proyecto; lo que nadie supo o no entendieron estos, es que lo único que verdaderamente mata a las personas es el olvido; por eso Colosio vive y vivirá siempre en el corazón y en la mente de los mexicanos. Honremos a Colosio hoy, en 2014.
Qué bueno que nos estamos alistando para el triunfo; hemos atestiguado la renovación del sistema nervioso priista, de quienes con legítima representación hoy hacen cabeza en todos los rincones del estado de Sonora. Lo hacemos a tiempo porque queremos llegar juntos y oportunamente a una cita de la historia política y social de Sonora.
Vamos a ganar porque estamos construyendo el triunfo; vamos a ganar porque estamos construyendo una plataforma escuchando a los sonorenses; vamos a ganar porque aquí se hace política, por supuesto con la cabeza, pero muy importantemente con el corazón.
Estoy muy entusiasmado por ver que aquí se ha aguantado el franco embate de adversarios que no conocen la fuerza de la política y le apuestan equivocadamente a la política de la fuerza. No van a pasar con nosotros.
Ustedes lo saben, lo conocen porque lo padecen: un gobierno desvergonzado y cínico; un gobierno que está generando la ruina financiera, una mala gestión y un gobierno francamente corrupto. Ya queremos que se acabe esta gestión y que a fuerza de votos vayan a donde deben, que es a la calle.
Que grave es que parezca que lo que adoptaron es el refrán de “echando a perder se aprende”. Que echen a perder lo suyo y no la expectativa legítima de los sonorenses.
Nuestro siempre presente Luis Donaldo Colosio, entre muchas expresiones afortunadas, nos regaló una que parece que la hubiera hecho para el tiempo presente del estado de Sonora. Dijo Luis Donaldo: es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, la corrupción y la impunidad; por eso, es la hora de recuperar Sonora para los sonorenses.
Y lo vamos a hacer a punta de votos, porque tenemos vocación democrática; lo vamos a hacer con planteamientos inteligentes y con una gran organización. Por eso, hoy se abre un nuevo capítulo en la historia política sonorense en el camino de la victoria, y lo hacemos bien equipados, reivindicando, justificando que el proceso reformador en el que ha estado nuestro país hace poco más de año y medio, se debe al impulso y al compromiso de un gobierno de extracción priista.
Las reformas transformadoras le están quitando el freno al desarrollo y van a apretar el acelerador tan fuerte como se necesite. Se trata no sólo de ser más competitivos, sino de competir para ganar. Para eso son las reformas queliteralmente en cuestión de pocas horas van a concluir para darle paso al periodo instrumentador, a la operación concreta, porque ya nos urge el crecimiento económico. Un crecimiento que multiplique empleos, que ofrezca educación de más calidad, que aumente la infraestructura, que multiplique las opciones de salud pública; en síntesis, que justifique que el Estado mexicano está para servir a los mexicanos.
Estamos a punto de lograrlo con el protagonismo legítimo de las legisladoras y los legisladores del PRI. Esta es una buena oportunidad para expresar reconocimientos. En la Cámara de Senadores, Sonora está muy bien representado; Claudia Pavlovich ha hecho muy bien su trabajo; Ernesto Gándara ha hecho un esmerado trabajo y hoy mismo no está presente porqueestá participando en una de las comisiones del sector energético que tiene a su cargo la dictaminación de un asunto que la siguiente semana subirá al Pleno. A Claudia, a Ernesto y a los compañeros senadores del PRI, nuestro afecto y nuestro reconocimiento porque hacen bien su trabajo.
Y los diputados federales no se quedan atrás. Los diputados federales, Toño Astiazarán, Flor Ayala, Faustino Félix, presentes, y quien siendo primero entre sus iguales coordina en actitud fraterna a todos los diputados del PRI, a mi amigo, querido y respetado, a un sonorense de talla nacional, desde su tierra, todo el afecto y el respaldo de su partido a Manlio Fabio Beltrones.
Y aquí en la capital -y capital significa cabeza-, cabeza de la organización política y administrativa sonorense está la dirigencia estatal. Me da mucho gusto, porque nadie me platica de ello, ver una gran armonía, una buena articulación entre senadores, diputados federales, diputados locales bien coordinados por Samuel Moreno; todos ellos, los presidentes municipales y ahora los comités municipales, vinculados en propósito y en acción política por Poncho Elías y Natalia Rivera, grandes dirigentes del partido en Sonora.
Les quiero invitar a que nos hagamos cargo del contenido y el alcance de las reformas. Son nuestras, para los mexicanos. Nadie está pensando en el dividendo político cortoplacista; estamos pensando en cómo transformar radicalmente la vida de las personas. Pero para hablar de ellas, hay que conocerlas, hay que difundir sus beneficios, sus ventajas, sobre todo en la mejoría sensible en los bolsillos de los mexicanos que ya nos urge. Y lo tenemos que hacer para impedir que algunos, con verdades a medias que acaban siendo mentiras completas, quieran sorprender a otros.
En las reformas hubo audacia, riesgo, se invirtió capital político y se necesitaba no sólo un hombre que administrara, sino un político audaz, con la franca convicción de que debía mover a México. Por eso Enrique Peña no sólo es el presidente, es nuestro líder y quien lleva a buen puerto la gran nave de todos que se llama México.
A Enrique Peña su partido, nuestra organización política lo ha de seguir respaldando sin reservas, porque cuando ganó la Presidencia, no triunfo sólo una persona, sino un proyecto de país. Y hay muchos pendientes y tenemos que cumplir para tener legitimación y cara con la cual seguir pidiendo el voto de los mexicanos.
Porque la política se da por episodios, vamos a entrarle fuerte, vamos a hacer lo que se debe para ganar el 2015 y no sólo la gubernatura de Sonora y ocho más, sino para tener la mayoría de la Cámara de Diputados para que el Congreso de la Unión tenga en esta expresión de la representación popular una instancia solidaria y eficaz, para tener un buen presupuesto que haga justicia a los mexicanos, que distribuya con mayor equidad el dinero que es de todos. Y para que eso ocurra hay que hacer muchas cosas.
Yo quiero retomar una de las expresiones centrales del discurso de Poncho: hay que seguir construyendo la unidad; no la unidad pasiva que se limita a no atentar contra el partido, sino la unidad activa en la que todos contribuimos y hacemos nuestra generosa participación para que a todos nos vaya bien.
Parte de esto mismo que comento significa el cierre de filas, y esta mañana, en mi condición de presidente del CEN, quiero subrayar destacar presencia como expresión de solidaridad y de unidad de Don Samuel Ocaña y de Armando López Nogales, que han tenido la oportunidad de servir a esta noble tierra.
Quiero también subrayar la presencia de servidores públicos del ámbito federal, que han sido invitados por su calidad de administradores eficaces y gente honrada y proba a acompañar a Enrique Peña en la administración pública federal.
Y quiero, porque por ahí voy a entrarle a los temas de los que voy a hablar ahora; quiero decirles que ustedes, yo, todos, necesitamos encontrar el espacio que vamos a asumir como de nuestra responsabilidad para lograr el triunfo del año próximo.
A cada quien que se le asigne su parcela, que la cuide, que la cultive, para que en su oportunidad, con legitimidad también la coseche.
Qué bueno que hay muchas personas que han expresado su rubor su intención de ser consideradas para algún cargo de elección popular el año próximo. Me preocuparía que tan poco atractivo tuviera la posibilidad, que tuviéramos que ir a tocar las puertas de su casa para que se animen a participar. Si hay muchas y muchos deseosos, actitudinalmente listos para entrarle, es porque saben que podemos ganar.
Y el interés de los medios, de la sociedad civil se manifiesta cubriendo los eventos del partido, y las trabas que algunos nos han querido poner para llevar a cabo eventos como estos, el maltrato y el desdén lo que dibujan es el tamaño del miedo que tienen de que el partido gane en las próximas elecciones.
Las aspiraciones de los cargos de elección popular son todas legítimas y bienvenidas. Nadamás que el partido también tiene tiempos y formas, y no por mucho madrugar amanece más temprano.
Vámonos pues primero respetando, vamos a mantener la actitud fraterna, porque al final somos compañeros. Vamos a seguir trabajando legítimamente para que la gente nos conozca más y tenga buena impresión de cada uno. Para que las encuestas y las muy diversas maneras de pulsar la opinión pública favorezcan a quien lo merezca; pero ahorita, no son causas personales, ahorita es la causa del partido; ahorita, es Enrique Peña Nieto.
Termino diciéndoles que el CEN va a seguir muy cerca del priismo sonorense; no porque lo necesiten ustedes; porque lo necesitamos nosotros. Porque un estado de este calibre, de esta importancia geográfica, demográfica, económica y política es un estado prioritario para el CEN, es un estado que no sólo queremos, debemos ganar, y para lograrlo, hay que trabajar.
Vamos a hacerlo ahorita que podemos alinear los elementos en torno de un proyecto de país; vamos a aprovechar la presencia de Enrique Peña Nietro en el Ejecutivo Federal, sin suponer que tenemos ninguna ventaja.
Nuestro timbre de orgullo será el éxito y el acierto reformador de Enrique Peña Nieto; lo demás, le corresponde al PRI: organización, tarea de campo, campañas de aire, planteamientos inteligentes, detección de liderazgos honrados y prestigiados y obviamente la siempre fiel militancia priista que es la clave del éxito en este empeño electoral.
A mí no me cabe duda: vamos a ganar, pero esto lo tenemos que construir para que nos hagamos merecedores de esta experiencia única e inigualable con la que empecé mi intervención, para que saboreemos la victoria, para que entendamos que al ganárnosla, nos la merecimos; y que lo hicimos como las grandes cosas de la vida, en equipo, en familia.
Termino expresando apego, consideración y respeto a mis compañeras y compañeros sonorenses, y voy a darme el lujo de hacer una referencia a una canción bien conocida por ustedes: que gusto volver a Sonora querida tierra consentida de dicha y placer, extrañaba su suelo y cifraba mi anhelo en volverla a ver.
¡Que viva Sonora!