+ Un drama transitar por Sonora; el acoso a Gómez Cota
EMPALME.- Al pasar por esta plaza con rumbo sur, es fácil arrepentirse de viajar por ejemplo, a Los Mochis, lo cual podemos platicar largo y tendido yo, o el señor Rogelio Rogel, quien expuso vía Facebook su odisea que he padecido varias veces.
Enoja el desprecio con el que el gobierno mexicano trata a la gente que constitucionalmente –al menos en teoría-- tenemos el derecho de transitar libremente por las carreteras del país. Nos cobra por ellas como si fueran autopista, plagadas de retenes militares y policíacos y casetas de cobro con empleados maleducados e infraestructura tercermundista.
Alguien le tiene mucho cariño a algunos apellidos notables y les regaló Caminos y Puentes Federales de Ingresos (Capufe), y allí están, esquilmando a quien pase sin forma de detener ese hurto. El director general se llama, dice el dificultuoso portal de internet, Benito Neme Sastré, cuyo correo electrónico es Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla y sus teléfonos (777) 329-2100 (777) y 329-2800 Ext: 2001 a 2004, y (777) 329-2101. Falta ver quiénes son los `dueños´ del Consejo.
Quienes gobiernan no toman en serio el cansancio de la ciudadanía contra los funcionarios irresponsables que solo piensan en la forma de esquilmar a la gente, carentes de conciencia, y olvidan la política, que es servir, para concretarse a los negocios.
Este diciembre preferí viajar al norte. Veo por qué se nos fue el turismo. Se percibe ese maltrato. Ah, si usted trae dólares, no pasa; tiene que regresarse aún cuando esté atrapado en la caseta. Esta vez los baños en la que opera al norte de Hermosillo estaban limpios y tenían agua tibia. Me sorprendí. No es costumbre que las empresas del país nos traten bien.
Por favor, señores políticos, ya párenle. Han ido demasiado lejos y hasta el presidente Enrique Peña Nieto lo resiente al no poder controlarlos. Tarda generaciones recuperar la mentalidad positiva de la gente y no veo que comiencen.
Este aporte por el nuevo año lo hago con la mejor intención. Ojalá logre algún resultado positivo, como una mejor carretera, mejor servicio, más vigilancia, más orden y hasta turismo vendría, una vez recuperada la confianza que había antes de que los servidores públicos fueran desplazados por los comerciantes y la autoridad se desentendiera de sus obligaciones.
MÁS PRESUPUESTO
Como estaba en Empalme al redactar “estas líneas” por primera vez en el año, dos cosas resalto: el procurador de Justicia debe resolver la denuncia por lesiones y abuso de autoridad cometida por cinco agentes de la Policía Estatal Investigadora. No ha sido atendida, por eso víctima y familiares ahora tomarán las calles.
También me di cuenta que el alcalde Carlos Enrique Gómez Cota deja buen sabor de boca entre la gente de a pie al promover tarea social y unificación entre los empalmenses para aprovechar todo lo que se viene, que es mucho. Son inversiones cuantiosas en industria diversa y hay que cortar frutos de esa gestión de años que cristaliza.
Y del acoso cetemista, su sector, sobre el señor Gómez Cota. Sí, la CTM vía Rolando Corral, quien se posesiona del sindicalismo maquilero y su proyecto no incluye el retorno del ahora alcalde cuando termine su mandato el 2018.
El interés es –botín, llamémosle--, principalmente, controlar a unos 10 mil trabajadores que la industria diversificada atraerá al terminar obras ya en marcha. Lo peor para el señor Gómez, es que Rolando dice tener el apoyo del dirigente estatal cetemista Javier Villarreal, lo cual pone nebuloso su futuro político.
Empalme es una ciudad pequeña y entra a 2016 con 171 millones de pesos para su ejercicio fiscal, 19 millones más que en 2015; triste el caso de Guaymas, donde la depredación y la cleptomanía del ex alcalde Otto Claussen Iberri y pandilla traída de no sé donde, causaron estragos que durarán décadas –es literal—y por ello cayeron esas cifras en 8 puntos porcentuales, cuando debieron ser al alza. A eso súmele rezagos y la cuantiosa deuda heredada.
Para irnos, le comento que el alcalde guaymense Lorenzo De Cima Dworak, cuyo principal pregón fue un “yo no me voy a ir a Guaymas” y por eso ganó la elección pasada, me confirmó charlas la mar de interesante con empresarios de muy alto nivel que quieren revivir el béisbol en Guaymas. Que así sea, pues en el pasado, tener este espectáculo unía a la gente por las mejores causas, en lugar de andarnos peleando unos con otros perdiendo grandes oportunidades de desarrollarnos.
Tengan un muy feliz 2016. Inténtelo de veras y lo lograrán.