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Casa de la Cultura con titular inculta

GUAYMAS, Son.- La titular del Instituto Municipal de Cultura y Arte en Guaymas, Yadira Cota Lugo, dio el "VoBo" a un evento denominado "Hikikomori Fest", el cual está dirigido a personas aficionadas a la cultura japonesa, principalmente a las historietas (manga), dibujos animados (animé), juegos de rol (RPG), disfraces de personajes (cosplay), entre otros géneros de entretenimiento provenientes del país del sol naciente.

Este tipo de eventos son muy comúnes en México y en muchas partes del mundo, debido a la gran expansión y popularidad de la cultura del entretenimiento japonés por el mundo en las últimas dos décadas.

Sin embargo, en este texto, más allá de analizar este interesante fenómeno de globalización cultural, voy a centrar mi atención en el nombre del evento que se realizará en la Casa de la Cultura en este puerto y que refleja el desconocimiento de Yadira Cota, quien como máxima responsable de la promoción, difusión y apoyo a la cultura, ignora completamente la cultura japonesa.

¿Qué tiene de malo el nombre? ¿Por qué es oportuno analizarlo?

HIKIKOMORI es un término japonés cuya traducción al castellano abarca las palabras "apartado", "alienado", aunque también podrían caber palabras como "marginado", "segregado", "ajeno" e incluso "aislado".

Esta palabra posee un contexto sumamente negativo y preocupante para la sociedad nipona, principalmente en el entorno familiar.

Y es que HIKIKOMORI, hace referencia a un trastorno psicosocial que se ha convertido ya, en un problema de salud pública para el gobierno de ese país.

Este trastorno ha afectado en los últimos años, a por lo menos un millón de jóvenes varones japoneses que estudian en preparatorias o en universidades.

En síntesis: Qué sucede con los jóvenes hikikomori?

Los hikikomori son jóvenes de familias clase media, con cierto nivel de comodidades como cuarto propio, televisión, computadora, internet, etc, que se sienten abrumados por los convencionalismos sociales de la actualidad y recurren a un aislamiento radical que puede durar desde meses hasta años.

El hikikomori se encierra literalmente en su habitación, donde se siente seguro y protegido del voraz mundo exterior, sin embargo, el nivel de aislamiento es tal, que ni siquiera permite que sus padres, amigos o parientes entren, llegando a reaccionar agresivamente si le invaden su espacio vital.

El transtorno del hikikomori resulta devastador, pues en Japón, los jóvenes estudiantes son el máximo orgullo para sus padres quienes centran todas sus expectativas en el desarrollo académico y profesional.

La conducta del hikikomori es muy dolorosa para los familiares, ya que, debido a su aislamiento, dejan de comunicarse por completo, además de que su aseo personal es nulo y su habitación se convierte en un basurero porque ni lo limpia ni permite que alguien entre a limpiar.

Debido a que para los japoneses la honorabilidad es vital en la conducta social, los padres de un hikikomori ocultan su crisis familiar para evitar la deshonra.

Por lo regular, la madre de un hikikomori es la que llega a tener un mínimo contacto con el enfermo, ya que es la que le provee de alimento y algunas otras comodidades, sin embargo, la comunicación verbal por lo general es nula.

Pocos casos de hikikomori han podido ser documentados, uno de ellos, el de un joven que se recluyó desde los 19 años y salió hasta los 27 de su habitación. La reacción de sus padres al verlo por primera vez en tantos años es dramática por el cambio físico evidente.

El término Hiikikomori, como podrán comprender, se asocia con un grave problema de salud mental que tiene en jaque a millones de familias japonesas.

Imagínese a usted mencionando la palabra hikikomori en una reunión familiar, en una cena con amigos o en un evento social. ¿Cómo cree que reaccionarían las personas a su alrededor? De ese tamaño es la magnitud del fenómeno.

Yadira Cota, al permitir que este evento cultural se llame "HIKIKOMORI FEST", incurre en una falta de respeto a la cultura y sociedad japonesa, es como si en Japón hicieran un evento cultural mexicano donde los jóvenes mexicanos sean encasillados como cholos drogadictos admiradores del Chapo.

La palabra más adecuada para este evento hubiera sido "Otaku" la cual es la que hace referencia a toda aquella persona que es aficionada al entretenimiento japonés.

Si lo que se pretende es "culturizar" al puerto, hay que hacerlo bien.