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CRÓNICAS DESDE LA TRIBUNA

El debut espectacular de Cimarrones en Guaymas nos dejó a los aficionados impacientes y ansiosos por volver a vivir la pasión el fútbol en el Estadio de la Unidad Deportiva Municipal.

Cuántas veces hemos visitado la Unidad Deportiva? Cuántas veces hemos corrido y jugado en aquellos campos de tierra? Muchísimas, sin embargo, una sensación muy especial se percibía en esta ocasión, algo completamente distinto.

Llegué al estacionamiento, caminé hacia la zona de ingreso y capturé mentalmente esa primer imagen de un rectángulo verde con líneas perfectamente rectas, banderines en los tiros de esquina, publicidad en los laterales y sonido ambiente. Los cinco sentidos activaron ese chip que me dice: Aquí se va a jugar fútbol profesional.

Era una tarde de "Clásico joven" en la máxima categoría del balompié nacional, pero eso no importó, a poco menos de dos horas del cotejo, la gente ya se concentraba en la puerta de acceso al estadio.

En un abrir y cerrar de ojos, esa tribuna que durante años vimos vacía ya lucía abarrotada, los vendedores caminaban sin respiro de un lado a otro, las frituras, la cerveza, el refresco, el olor a la salsa de las chalupas. Ahora sí, me dije, ya huele a estadio.

La escena cobró más vida cuando el cuarteto de árbitros, vestidos con traje y corbata caminaban lentamente reconociendo el terreno de juego.

Terminaban los equipos de calentar y regresaron a los vestidores. Unos cuantos minutos pasaron y de pronto, una tonada en las bocinas hizo callar a la gente. El Himno de la FIFA resuena y marca la salida de las escuadras en ese protocolo que los guaymenses solo habíamos visto por televisión. Aquí me cayó el veinte: el fútbol mexicano había vuelto a Guaymas.

Como en el Mundial, como en la Champions, los jugadores en dos filas avanzan al centro del campo y el árbitro dirigiendo el protocolo del fútbol espectáculo. Desde aquí se genera la magia que mueve a las masas de este deporte.

Finalmente rueda el balón en el Puerto.

La primera acción clara fue para Cimarrones, con un remate al poste (el primero de varios) encendió las primeras emociones en la tribuna y con ello la promesa de un partido vibrante.
Poco tardamos en descubrir el planteamiento del Monterrrey, presionar los primeros 15 minutos para sorprender y dedicarse el resto del encuentro a defender.

Y así fue. Al minuto 6, el visitante Óscar Talancón, aprovechó un tiro libre estrellado en la barrera para contrarrematar con un potente disparo de pierna izquierda que se incrustó en el ángulo superior derecho del arco local.

Yaudel Lahera, cubano, alto, corpulento y potente, fue capaz de controlar "pedradas", recepcionar de espaldas y de una zancada dejar atrás a dos rivales.

Raí Villa es, en definitiva, el "exquisito" del equipo, al minuto 17, un balón al área que controla con el pecho y en una fracción de segundo, el número 58 contorsionó su cuerpo en una media tijera sacando una linea que interrumpe una mano defensiva. Penalty para Cimarrones que él mismo convierte con disparo razo a la izquierda del portero, inalcanzable.

El segundo tiempo se antojaba ideal para buscar la ventaja al quedar la visita con un hombre menos por expulsión, sin embargo, una jugada circunstancial fue nuevamente aprovechada por Talancón al minuto 52, intercepción, punterazo y gol de Monterrey.

A partir de ese momento, Monterrey renunció al fútbol generoso y se atrincheró en su área. Yaudel, Villa, Hernández y Ríos Gastelum pusieron a temblar el arco rival, pero la puntería falló por distancias que solo se entienden con la nanotecnología.

El ultimo tiro de esquina llevó a todos los Cimarrones a buscar el empate, el arquero Espinoza, alentado por la tribuna, se fue al remate buscando vestirse de héroe, pero no hubo tiempo para más.

Cimarrones puso el fútbol, puso el corazón, pero Monterrey puso los goles.
Los locales no dejaron ir a la gente con las manos vacías, sacaron la casta y se impusieron en la tanda de penales por 5-4 con un atajadón de Espinoza.

La afición de Guaymas reconoció el esfuerzo y la propuesta futbolística, los aplausos al final del encuentro q fueron un claro mensaje para el equipo: aquí estaremos apoyando el próximo 5 de marzo cuando Cimarrones reciba al Santos Laguna.