Banner

El atentado contra David Guirado

HERMOSILLO, Son.-  CONDENABLE,  por  cualquier  arista que  se  examine el temerario atentado a la propiedad ---automóviles y esas cosas, del resorte material, obviamente recuperables con el tiempo--- de mi hijo David  Guirado Moreno; no  es  el  punto toral, sin embargo.

David, mi hijo, tiene su familia y quienes instauraron el acto criminal --bajo  efectos  del  alcohol  o  de alguna droga facilitada por el o autores intelectuales-- pudieron alzar la mira y atacar, con lujo de violencia, a sus seres queridos.

Los malhechores vulneraron la Majestad del Hogar y hubo oportunidad de cometer una acción criminal de proporciones insospechadas. El mismo David Guirado, periodista, estuvo evidentemente expuesto al enojo innoble de detractores y en posición de padecer agresión de la canalla a quienes, lógicamente, trastocó intereses... dolieron comentarios de su columna “Tras el  Biombo” publicados en Semanario Político NUEVO  SONORA y en “La  Opinión”, dirigida por mi nieto David Omar Guirado Vázquez.

Autoridades correspondientes tomaron cartas en el asunto y, por supuesto, atienden líneas de investigación que conduzcan al paradero de quienes con lujo de vileza consumaron el atentado amparados  en la penumbra.

Supongo que el alcalde de la ciudad de Navojoa, Raúl Silva Vela, escenario de la agresión; y la gobernadora Claudia Pavlovich, tienen interés en aclarar el suceso. Porque sus respectivos gobiernos manejan el propósito central de proteger a la sociedad y al través de sus representantes policiales velar por la seguridad ciudadana.

Conocemos capacidad e integridad profesional del Procurador de Justicia del Estado, Rodolfo Montes de Oca y del Secretario de Seguridad Pública Adolfo García Morales. A ambos preocupa y ocupa la tranquilidad ciudadana.

Y, claro, están comprometidos, porque además es obligación insoslayable.

Integrantes de Comisión Estatal de Derechos Humanos, están atentos. Navojoa, entrañable Perla del  Mayo, es de nuevo noticia y provocada por la innobleza de la canalla, desde la penumbra de la noche.

Hace un par de meses, abominables manos criminales atentaron contra la propiedad de una respetable dama: la señora Yépiz de Molina fue la víctima. Le incendiaron el automóvil en céntrico sector. Su hija Elda Molina Yépiz, importante funcionaria del Gobierno del Estado, sufrió momentos intensos de la angustia, temor e incertidumbre de su señora madre.

El condenable suceso repercutió en su estado de ánimo. Y fue devastador. No dan aún con él o los criminales y el atentado, permanece impune.

Hoy agraviaron a mi hijo David Guirado Moreno y a su familia. Y a la libertad de expresión.

Ahora fue en ámbito material. Pudieron alzar la mira insisto y consumar una agresión física y quizá de proporciones trágicas. Reflexionemos en ello.