+ Recuerda que México se perdió de tener un gran presidente en el 2000… “y podría volver a pasar”.
CD. DE MÉXICO, 25 de Junio de 2018.- Rocío Isabel Labastida Gómez de la Torre escribe sobre su experiencia en política.
Concretamente, de aquella época cuando su padre, el político sinaloense Francisco Labastida Ochoa, incursionó en el camino que le llevaría a la Presidencia de la República pero fracasó.
Así lo describe:
“Recuerdo que eran las 3 de la tarde cuando en las oficinas generales del PRI se supo de una llamada del Presidente Zedillo pidiéndole a mi padre, Francisco Labastida, que aceptara la derrota del 2 de julio del 2000; todavía la gente estaba votando y no se habían cerrado las casillas. Si hubiera hecho lo mismo, pero a favor del PRI la gente habría hablado de fraude, pero no se quejaron, pues habían estado siendo mentalizados por los medios de difusión de lo conveniente que era un cambio”.
Vicente Fox, con su simpatía y sus tonterías, había estado convenciendo a los electores de “sacar al PRI de Los Pinos”, y de que iba a acabar con las víboras prietas y las tepalcatas (quien sabe que será eso). Recuerdo muy bien uno de los debates donde Fox prometía que iba a hacer muchas, muchísimas cosas por la gente, casi como promete ahora el mesías del suroeste. Mi padre, que es un economista muy preparado, inteligente y mesurado le preguntó: “¿cómo vas a lograr tener más dinero en las arcas para repartir?”, “¿subirás impuestos, cobrarás más por la gasolina, o de donde van a salir los excedentes para realizar estas promesas?”, a lo que Fox sólo se quedaba callado, o contestaba con un chiste o con un ataque personal, pues no tenía argumentos, y desconocía los más elementales principios de la economía.
Pudieron más los dichos que la experiencia, los chistes que la sabiduría, las denostaciones en lugar de las propuestas coherentes.
A la gente se le convenció de que se iba a arreglar Chiapas en 5 minutos, de que las cosas se podían hacer sin planeación alguna: hoy, hoy, hoy. Que por arte de magia iba a sacar al PRI de Los Pinos, e iba a acabar con las víboras prietas y tepalcatas, así como ahora otro mago promete acabar con la corrupción con su sola llegada al poder.
La vida no es tan fácil y las soluciones no son fórmulas mágicas, mi padre podría haber ganado si hubiera jugado ese juego, pero uno de sus principios fundamentales en la vida es NO MENTIR.
“Prefiero perder la presidencia -nos decía a su familia y colaboradores más cercanos- que mentir.”
Pero a la gente le gusta la mentira, les gusta ser engañados, estamos acostumbrados a crear fantasías desde niños para soportar el duro peso de la realidad en nuestra vida: Santa Claus, los Reyes Magos, el ratón de los dientes, hadas y duendes.
Pocos somos capaces de ver la realidad y lidiar con ella.
Y ahora: otra vez las mentiras, las ilusiones, los cuentos falsos, otra vez las promesas que NO se pueden cumplir a menos que se suban los impuestos.
Pero la gente no sabe de economía y cree que el gobierno tiene dinero ilimitado, eso es lo que dicen los que prometen, los que mienten: lleve su pomada que sana todo, aunque luego no sirva.
Buenos, pues 18 años después: ¿de qué sirvió que sacara Fox al PRI de Los Pinos, si los del PAN robaron de la misma manera o peor?
Las tropelías de Marthita, los escándalos de sus hijos, la estela de luz, etc.
Pero además los gobiernos del PAN tuvieron la suerte de un barril de petróleo a 120 dólares, lo que significó una cantidad enorme de ingresos a Hacienda, 5 veces más que en el sexenio de Peña que lo tuvo a 25 dólares por barril.
No estoy defendiendo a Peña, cada quien que pague lo que hizo y se haga justicia con las malversaciones de fondos de los malos gobernantes. Lo que me sorprende es que el pueblo NO APRENDE.
Otra vez les llega un merolico, otra vez les prometen regalar dinero, otra vez acabar con la corrupción y ¿otra vez vamos a escoger a un ignorante sin preparación sólo porque nos divierte lo que dice?
Si no estamos escogiendo un payaso, estamos escogiendo un Presidente.
En su momento no había nadie más preparado que mi padre: tres veces Secretario de Estado, Gobernador, Embajador, con una trayectoria profesional intachable, buena reputación, grandes resultados y un amor inmenso a su Patria.
Ahora en la boleta tenemos un hombre tan preparado como él: con estudios, capacidad, experiencia, mesurado, 5 veces Secretario de Estado, con profundo amor a México, y un excelente ser humano, esposo y padre de familia.
¡¿De veras preferimos las mentiras, las bromas y las tonterías?!
¡¿Seremos tan tontos de volver a cometer el mismo error..?!
O es que no hemos madurado y seguimos creyendo en los Reyes Magos.
Abran bien los ojos y voten por el mejor, no por el bromista o el simpático, que está en juego el futuro del país, y eso no es ninguna broma.
Analicemos y pensemos bien nuestro voto, por el bien de México.
Gracias.