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Vicente Romo, 40 años del Juego Perfecto

GUAYMAS, Son., 10 de Enero de 2011.- Ya escribí del tema, pero en la anterior, hice algunas imprecisiones por falta de espacio, en la crónica respecto al Juego Perfecto de Vicente Romo, aquel cinco de enero de 1971, por lo que ahora plasmo el contenido íntegro.

Tuve dos lapsus memus, citando que se cumplían 38 años de la hazaña, cuando son 40. Tampoco fue en1972, sino un año antes. Así que a petición de algunos aficionados, aquí está.

Recordar, es volver a vivir.

Y nada como un exquisito platillo beisbolero que disfrutó aquel reducido grupo de aficionados el 5 de enero de 1971, en el  parque Abelardo L. Rodríguez, el entonces nuevo escenario construido en la hoy Unidad Deportiva Julio Alfonso, tras ser demolido el antiguo parque del mismo nombre, enfrente del Gimnasio Municipal.

Se cumplieron 40 años del juego perfecto lanzado por Vicente “Huevo” Romo, de los yaquis de Ciudad Obregón, frente a los Ostioneros de Guaymas.

Una fría mañana, describe en su crónica el ilustre maestro y mejor amigo, don Alfonso Araujo Bojórquez, quien narró las incidencias del histórico partido vía ondas hertzianas a Ciudad Obregón y hasta el Valle del Yaqui, donde un servidor, de apenas 14 años de edad escuchaba con vivo interés.

Ni por asomo pensaba, en esa época, que un día conocería y entrevistaría a Vicente Romo Navarro, así como al brillante historiador Alfonso Araujo Bojórquez.

Los yaquis de Ciudad Obregón alinearon en ese partido con Leon Brown, como jardinero izquierdo y primero en el orden al bate; segundo, Dusty Baker, cubriendo la pradera central, ”El Pequeño Halcón” John Lowestein en las paradas cortas, como cuarto en el orden y en la inicial Harold Breeden, en tercera base Luis Lagunas, el michoacano Francisco García (QEPD) en el jardín derecho, en la receptoría Francisco “El Chino”Márquez, en la intermedia Carlos Casas y el lanzador Vicente “Huevo” Romo, quien además bateaba, pues no existía el bateador designado.

Por los Ostioneros de Guaymas saltaron al terreno Ramón “El Abulón” Hernández, segunda base; “Tawa” Lizárraga, jardinero derecho; Jim Driscoll, segunda base; Gregg Sims, patrullero central; Francisco “Cisco” Campos, jardinero izquierdo; Jesús Bustamante, primera base; Domingo Rivera, tercera base, el cátcher Vicente Peralta y el pitcher zurdo José Soto.

Gracias a la disposición y colaboración de Rubén “Negro” Estrada, quien anotó el partido y nos facilitó el score original para la elaboración de esta crónica-

Fría mañana del cinco de enero de 1971;  tremendo frío y poca, muy poca asistencia, al escenario. Ni por asomo pensó alguien, pudiera darse la joya de pitcheo.

León Brown, primero en el orden por parte de la tribu inicia con elevado de foul al receptor, Dusty Baker es ponchado y John Lowestein roletea a la intermedia para que el zurdo Pepe Soto retire en riguroso orden la primera alta.

Vienen al cierre los Ostioneros y “El Abulón” Hernández es retirado con rola a primera, “Tawa” Lizárraga eleva al izquierdo para el segundo tercio y Romo poncha a John Lowestein para sacar la primera ronda, también en riguroso orden.

Los visitantes anotan en tres ocasiones en la segunda alta, mientras que los Ostioneros vienen con Gregg Sims, quien roletea al lanzador para el primer out, al igual que Pancho Campos y Bustamante eleva al izquierdo, terminando la segunda entrada.

Los Yaquis no traen nada al plato en la tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima ronda.

Vicente Romo comienza a tejer fino y domina a Mingo Rivera con elevado al izquierdo,  poncha a Peralta y el pitcher Pepe Soto roletea a las paradas cortas, para llegar Romo a nueve retirados en forma perfecta.

En la cuarta León Brown es dominado con fly al izquierdo, “Tawa” Lizárraga con rola al campo corto y Driscoll con rola a segunda base. En la quinta Simms entrega el primer tercio con elevado al derecho, Campos rola al shortstop y Bustamante eleva a la pradera derecha, terminando el episodio.

Viene la sexta vuelta y Rivera saca rola al parador en corto, Peralta vía uno-tres y Soto termina el capítulo con otra rola al seis. En la séptima León Brown eleva al izquierdo, al derecho Lizárraga y Driscoll con rodado a segunda.

Obregón desata poderosa artillería y anotan una en la octava y racimo de ocho en la novena.

Mientras tanto, Vicente Romo sigue en forma sublime y poncha a Sims en la octava baja, Campos entrega el segundo tercio con elevado al central y Bustamante muere con rola al parador en corto.

Viene la novena entrada y Mingo Rivera entrega el out 25 con elevado a segunda, Salvador “La Bullanga” Sánchez viene a batear de emergente por el cátcher Peralta y también roletea a segunda, para que caiga el out 26 y todo termina cuando  Rubén Soqui, quien tomó el lugar por el lanzador José Soto eleva al izquierdo, donde atrapa el moreno Leon Brown y así se consuma la gran hazaña.

El marcador termina doce carreras a cero.

Estuvieron en cabina Rubén “Negro” Estrada, como anotador oficial del partido, el cual comenzó Francisco “El Gallo” Rodríguez (QEPD), pero tenía turno a las tres de la tarde en Pemex y se fue a trabajar; Julio Alfonso Alfonso se retiró por tener un hijo enfermo, también estuvo el locutor local Jesús “Chile” López, el maestro Alfonso Araujo Bojórquez, también se fue José Luis Enriquez Valle (QEPD) y F. González (se borró el nombre en el score).

El  encuentro inició a las 12: 38 y terminó a las 15: 08 horas.

Hoy, cuando se toca el tema de los aficionados que estuvieron presentes en el partido y desde 1975 que me inicié en el periodismo deportivo, he platicado con no menos de dos mil personas y sin excepción, todos estuvieron allí.

Nota del autor: si omití algunos detalles del partido, mil disculpas; me basé en el score inscrito a lápiz, por lo que al paso de los años el manuscrito original que obra en mi poder tiene algunas partes borradas.

Y desde luego, la anécdota, para despedirnos: Por muchos años, Jorge Enríquez Valle tuvo en ”La Grande de Guaymas”, la XEDR, un muy gustado programa dedicado a los pescadores, donde hacía un viaje imaginario por la Bahía e integraba la tripulación con una serie de amigos y  variaba ésta, todos los días.

En este viaje imaginario, Enríquez Valle describía todos los paisajes marinos a su paso.

Cierta ocasión, antes de comenzar el programa, llegó corriendo una señora, bolsa en mano y le dijo: “señor, mi viejo se quedó varado en la Isla San Pedro Nolasco y ayer escuché que usted pasó por allí. De favor, le podría entregar de pasada ¡este lonche que le preparé!

Hasta la próxima.