CD. DE MÉXICO.- Expertos en materia de aviación, administradores de Boeing e intermediarios de la contratación de estas adquisiciones, sostienen la misma tesis respecto al avión presidencial mexicano “José María Morelos y Pavón”.
Es un avión Dreamliner 787-8 construído bajo los exigentes estandares de la industria, en precio, con resultados como se esperaban en su uso y rendimiento.
Para Boeing, la constructora de la nave, fue un avión más y “no hay nada que comentar” respecto a las versiones encontradas entre los activistas políticos mexicanos. Los cuestionamientos también se evaden entre intermediarios y agentes comerciales.
“No son esos los cuestionamientos que se deben exponer, sino otros, pero son de índole política en lo interno, allá en México”, sostuvo una fuente de una empresa en Houston que presuntamente intermedió la construcción y entrega en arrendamiento financiero del avión..
Entre tanto, ha comenzado a cobrar forma por la inducción presidencial, el verdadero cuestionamiento, aunque debiera manejarse en plural, cuestionamientos, respecto a la nave, para reducir el activismo político y avanzar en decisiones que impidan seguir atajando la marcha nacional.
Algunos cuestionamientos que brotan:
1.- ¿Quién es la persona o las personas, que sugieren, analizan y aprueban la compra del avión?
2.- ¿Cuál es el nombre del consejo, comité o dependencias y su titular en cada caso, que está representada entre esas personas?
3.- ¿Cuánto costó el avión y qué equipo contiene, para que se utiliza en cada caso, y cuánto cuesta un avión para uso normal?
4.- ¿Por qué ahora hay tanto cuestionamiento y no los hubo en aquella época?
5.- Destino final sugerible desde el punto de vista técnico y administrativo.
¿DE QUIÉN ES EL AVIÓN?
En estos momentos, los mexicanos no saben de quién es el avión.
Quién más se acerca a la respuesta común, es que la nave pertenece “al gobierno”, pero pedir una explicación de lo que entienden por “gobierno”, crea un muro en medio de una miurada de desconcierto.
¿Y la factura del avión?
Hay una tarjeta informativa en redes enviada por la empresa ensambladora que toca el tema. Dice textualmente:
“Al noble pueblo mexicano:
Boeing Ltd, les manifiesta que el avión conocido como Presidencial Mexicano José María Morelos y Pavón TP-01 actualmente está bajo un régimen de arrendamiento al Gobierno Federal Mexicano, el cual fue establecido bajo el mandato constitucional del Sr. Felipe Calderón Hinojosa. El tratado de renta es por 25 años, durante el cual debe pagarse puntualmente una renta ya fijada, y bajo el concepto de confidencialidad, aunque a solicitud expresa de las partes pueden ser mostradas a escrutinio público.
Existe cláusula de rescisión de contrato, la cual conlleva a ambas partes a penalizaciones prestablecidas. La aeronave no puede, bajo ningún concepto, ser enajenada a un tercero (subarrendada, vendida, rifada, donada, etcétera) antes del período de vencimiento de los 25 años ya indicados. La aeronave, al término del contrato de arrendamiento, podrá ser adquirida a un precio residual basado en la depreciación del aparato, o también puede ser tomada a cuenta para un nuevo vehículo, según la conveniencia de las partes.
Agradecemos su atención
Lars Van Dykkensen Heinz
Chairman of the Board, Global Headquarters
No hay, pues, factura que marque la posesión, la cual permitiría resolver el futuro de la nave. No es correcto anunciar su venta, renta o acciones similares. Ni rifarlo, claro. No se puede. El avión, técnicamente, no tiene dueño en este momento.
Si el Gobierno de México da uso al tema para desviar la atención de otros realmente importantes, entonces aparece el interés político del cual ni la ensambladora ni los intermediarios de la adquisición hablar. No es de su competencia.