HERMOSILLO, Son.- Dice Jesús Enríquez Burgos: “El secretario particular del gobernador Biébrich me llamó a eso de las dos de la mañana y me dijo: Regrésate de inmediato en el primer vuelo que encuentres, aquí en Sonora las cosas han cambiado y el gobernador necesita hablar urgentemente contigo”.
Era Genaro Encinas, secretario particular del gobernador Biébrich, el que le llamaba en plena madrugada.
“Yo estaba hospedado en el Hotel Casa Blanca, y tenía ya varios días en la Ciudad de México tratando de ver al secretario de la Reforma Agraria Félix Barra, para tratar lo relativo a los problemas agrarios que recientemente habían hecho crisis en el Sur de Sonora”.
“El avión se retrasó por la neblina del aeropuerto, y aterrizó en Hermosillo al filo del mediodía. Me dirigí de inmediato al palacio de gobierno y acudí directamente al despacho del gobernador, al que encontré de pie, recargado con su mano derecha en una esquina del escritorio, que lucía vacío, ya sin papeles encima, y el despacho, sin cuadros en la pared y sin libros en los estantes que alguien seguramente había retirado ya”.
“Renuncié”, me espetó Biébrich lacónicamente. “Choqué con el presidente de la República y en estos momentos se discute en el Congreso el texto de mi renuncia”, y enfatizó: “Creo que hay resistencias, y no la quieren aceptar los diputados, pero ya les mandé decir a través de Rubén (Díaz Vega), que la acepten y le eviten un mal mayor a Sonora” (ese mismo año el Senado había desaparecido poderes en Hidalgo y Guerrero).
Con marcadas huellas de desvelo y cansancio reflejadas en el rostro, Biébrich reafirmó: “Ya viene en camino el senador Alejandro Carrillo Marcor, que más tarde habrá de rendir la protesta como gobernador sustituto en el Congreso. “Este es solo un tropiezo en mi carrera política, nada más, así lo veo”, cerraba la plática Biébrich en ese tenso momento.
“Ahí te encargo, dijo Carlos Armando: “gracias por tu eficaz colaboración. Me gustaría que el traspaso del poder fuera tranquilo y no se paralizara la administración pública, por ahora me retiro a la casa de gobierno”.
“Háblale a Jorge (Ayala) que en estos momentos se encuentra en Phoenix en la reunión de la Comisión Sonora-Arizona, para que se regrese y haga lo conducente”.
“Lo acompañé —dice Enrique Burgos— a salir —por última vez en su calidad de gobernador— de la Oficina del Ejecutivo del palacio de gobierno por la salida lateral, tomando la escalera que baja directamente por la Tesorería, y da a la calle Doctor Paliza. Abajo y ya en la banqueta platicamos brevemente, y con un sentido abrazo nos despedimos”. “Biébrich soltaría con un dejo de ironía: ‘Fíjate nada más Cuyo: Muchos, a partir de ahora se irán a sus casas, y pensándola bien, yo ni casa tengo aquí’ (vivía en la casa de gobierno)”. “Le hizo señas a su chofer 'Chencho' Hurtado y abordó un muy usado Ford LTD gris que enfiló con rumbo a la casa de gobierno”.
Eran los momentos finales del último día de Carlos Armando como ocupante del palacio, donde había permanecido apenas 742 de los 2190 días que comprendía el sexenio. Toda una experiencia histórica para una nueva generación política en Sonora: Biébrich entonces de 36 años, Enríquez Burgos de 39. ¿Qué seguía para ellos y para Sonora?
Biébrich había nacido en Sahuaripa, un 19 de noviembre de 1939. Sus padres Don José y Doña Alejandrina, buscando lo mejor para sus nueve hijos (Carlos Armando el tercero de ellos) no dudaron en educarlos y enviarlos a la capital Hermosillo, donde Biébrich se graduó con honores como abogado en la Universidad de Sonora en 1962. Antes se había fogueado como líder juvenil en el PRI, como impulsor de la candidatura al gobierno del ex rector de la Unison Luis Encinas y como sub campeón nacional de oratoria.
En 1961 había aceptado la invitación de Faustino Félix Serna para colaborar como Secretario del Ayuntamiento de Cajeme para el período 1961-1964.
Al finalizar el gobierno municipal, el gobernador Luis Encinas lo invita como Secretario auxiliar del gobierno. Ese año, el candidato a la presidencia Díaz Ordaz le ofreció ser diputado federal, pero se dieron cuenta que no llenaba el requisito de la edad y es hasta 1967 que es elegido diputado federal a la XLVII Legislatura por el distrito con cabecera en Navojoa, donde formó parte de la diputación sonorense junto con Francisco Villanueva Castelo, Ignacio Guzmán y Guillermo Núñez Keith.
Tuvo una destacada actuación como diputado federal, sumándose al grupo de legisladores jóvenes —Ignacio Pichardo Pagaza y Fausto Zapata entre otros— que manifestaron inconformidad por los sucesos violentos de 1968.
En esa legislatura que encabezó Luis M. Farías hizo muy buenas relaciones con el entonces secretario de Gobernación Luis Echeverría, que desde entonces lo ubicó como un futuro colaborador, primero como orador en su campaña presidencial y posteriormente, ya en el gabinete, como subsecretario de Gobernación, donde permaneció desde 1970 hasta principios de 1973.
En enero de 1973 fue postulado candidato al gobierno de Sonora por el PRI, posteriormente se sumarían el PPS y el PARM. Tenía apenas 32 años de edad y hubo de reformarse la Constitución local que exigía 35 para acceder al cargo de gobernador del estado.
Fue elegido en julio de ese año y gobernó del 13 de septiembre de 1973 hasta el 25 de octubre de 1975, que presenta su renuncia, “Para no ser obstáculo en el esclarecimiento de los hechos” que habían derivado en violencia en los predios agrícolas San Isidro y San Ignacio del Valle del Yaqui”.
Lo que siguió después, tanto la persecución, su salida del país, los litigios las demandas y su exoneración por el Poder Judicial de la Federación se narra a detalle en los libros: Biébrich: Historia de una infamia de Jesús Blancornelas ; Biébrich: He vivido con dignidad del propio Carlos Armando y en el texto de Raúl F. Cárdenas Responsabilidad de los Funcionarios Públicos, donde el abogado Miguel Ángel Cortés Ibarra hace una destacada y amplia narrativa jurídica del caso, sus orígenes y desenvolvimiento.
Ya sin el peso de la persecución y los litigios, Biébrich dio clases de Derecho Constitucional en la UNAM, campus Acatlán, y desempeñó labores partidistas cuando Luis Donaldo Colosio dirigió el CEN del PRI.
Posteriormente sería director Jurídico de la Secretaría de Energía, subsecretario del Trabajo y Previsión Social y diputado federal de nuevo, ahora en la LX legislatura del Congreso de la Unión.
En los últimos años de su vida se dedicó de lleno a labores académicas en el campo del Derecho Constitucional.
En la presentación de su libro el 2 de diciembre del 2014 en la Sociedad Sonorense de Historia, con la mirada fija y la atención del público, familia y amigos presentes, afirmó; que los dos momentos que marcaron una parte de su vida política para siempre fueron: “Que Mario Moya Palencia no hubiera sido el candidato a la Presidencia en 1975, cuando el PRI postuló a José López Portillo, y el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994”
Carlos Armando Biébrich Torres, ex gobernador de Sonora, creador del Colegio de Bachilleres y de los Tecnológicos de Hermosillo y Nogales —entre otras obras visionarias para Sonora—, murió hoy 14 de enero a las once de la mañana en Hermosillo. Cumpliría 82 años en noviembre. Descanse en Paz.