+ El periodista empalmense desapareció hace ya 16 años
HERMOSILLO, Son., 8 de diciembre de 2021.- Mientras señala la cama donde Alfredo Jiménez Mota dormía, su padre recuerda que el último día que estuvo en su casa de Empalme, fue un miércoles y que desde entonces no volvió a saber de él.
La casa que espera a Jiménez Mota desde hace 16 años guarda fotografías, reconocimientos, su cama, rincones donde le gustaba situarse para contarle a su madre sus anécdotas como periodista y en especial una silla amarilla, donde se sentó a conversar con sus padres por última vez.
“En esa silla le gustaba sentarse a platicar con su mamá. La última vez que lo hizo fue un miércoles. Hablamos de lo difícil que era el periodismo”, dijo en entrevista con Luis Alberto Medina, Alfredo Jiménez, padre del reportero.
Alfredo Jiménez se negó a ser ferrocarrilero como su padre y partió a Culiacán, Sinaloa, para estudiar periodismo y empezó a trabajar en la nota roja. Alfredo, su padre, aún tiene presente cómo le advirtieron sobre lo peligroso que podría resultar escribir “fuerte”, pero su osadía y gusto por la prensa escrita no le permitieron declinar, comentó.
“Yo era ferrocarrilero y él no quiso. Estaba enamorado de su trabajo y no le importaba otro. No quiso. Sí me acompañaba a mis viajes, pero hasta ahí. Su vida era el periodismo y el periodismo se lo llevó”, contó.
Durante las semanas previas a la desaparición, un ambiente de preocupación imperaba en la familia Jiménez. A raíz de una persecución que Alfredo Jiménez vivió en Hermosillo, su madre lo cuestionó sobre su trabajo periodístico con temas del narcotráfico y le pidió que abandonara ese trabajo, detalló el padre.
“No me importa si me matan”, dijo con énfasis Alfredo, según su hermana Leticia Jiménez. “Fue muy enfático en que eso era lo que a él le gustaba”, aseguró.
“Esa pregunta que le hizo su mamá vino a raíz de un evento, que lo estaban esperando en la Cruz Roja; lo siguieron y él huyó. Habló a las autoridades. Traía el radio. La policía no le hizo caso, le dijeron que estaba paranoico, que eso no ocurría en Hermosillo. Fue dos meses antes de su desaparición. Se refugió en EL IMPARCIAL”, narró el padre del reportero.
A pesar del hostigamiento, su padre se recuerda confiado, “no creía que fuera a suceder algo así”, explicó.
El periódico llamó a sus familiares preguntando por él, acudimos a EL IMPARCIAL y luego a Fiscalía de Sonora a interponer la denuncia por la desaparición, es lo que más recuerda el padre de Alfredo Jiménez de los primeros días de su ausencia.
Para que el nombre de Alfredo Jiménez perdure, por el bien de los comunicadores y la familia, el perdón será otorgado hoy al Estado, expresó el padre del periodista. (Proyecto Puente)