Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, SON.- Tomar el toro por los cuernos nunca es fácil y siempre hay reacciones de quienes ven afectados sus cotos de poder o medios de prosperidad material a veces por encima del bienestar general.
Pero cuando se deben hacer las cosas, los políticos demuestran de qué están hechos.
Ayer, Guillermo Padrés Elías se dirigió a los sonorenses que ha querido –al parecer lo está logrando—dirigir con tino hacia ese salto que durante años espera Sonora para empatarse en desarrollo con sus vecinos.
Su frase “o cambiamos o dejamos las cosas como están”, es advertencia obvia de lo que ocurre cuando se intentan nuevos derroteros, más afines a todos, a modificar estructuras de ineficiencia probada.
Porque dejar las cosas como están no es lo correcto en un mundo en revolución constante. Las cosas deben cambiar. Hacerse, como dijo el Gobernador, mediante la transformación total y profunda de la administración pública. Vamos pues, hacia lo que nos prometieron.
Su mensaje comenzó con las escuelas. Aplaudí cuando adelantó el inicio de “un gran proyecto de Transformación Educativa facilitador”, que de entrada, prohíbe –ojo, comerciantes de sociedades de padres de familia-- el cobro de cuotas escolares en educación básica.
México ofrece educación básica gratuita, pero la voracidad la disfraza de “cuotas voluntarias” en perjuicio de los que menos tienen, por eso no pagan y enfrentan la venganza que los aleja de los planteles y alimenta la marginación o, peor, la delincuencia.
Eso ve Padrés al confirmar su anuncio, que acompaña con la oferta de 3 mil millones de pesos para rehabilitar y mantener 4 mil 600 escuelas, porque “los padres de familia no deben financiar el funcionamiento de los planteles”.
Está cantado el tiro: “los sonorenses no volverán a pagar desde hoy y para siempre, ni un solo peso por cuota escolar en educación básica. La educación es gratuita y así permanecerá”.
Ya cumplió con los uniformes escolares gratuitos, que ayudan a no diferenciar a quienes pueden o no comprar más, ahora sigue lo integral. Se empeña Padrés en hacer la verdadera diferencia, los cambios radicales para transformar Sonora, dejar atrás viejos, gastados esquemas que nos atoran en el pasado.
Y por si alguien no lo ha entendido aún, dijo que “nadie va a impedir que le demos agua al que no tiene. Nadie va a impedir que le demos agua al que la pide porque tiene sed. Nadie va a impedir que le demos agua al que sabe trabajar la tierra”.
Dar agua a todos es crear condiciones para hacer una sociedad mejor. No se vale dar un río a uno y un desierto a otro. Es injusto. Pero quien se apropia el río difícilmente acepta que no es suyo. Hacerlo entender sin embargo, no debe ser represivo y la muestra es ese paso a paso del mandatario de la reconciliación, para que las cosas se pongan por sí solas en su lugar.
Meditemos sin embargo en esto: “Seguiremos tomando las decisiones que beneficiarán a las mayorías y lo vamos a hacer en contra de los intereses de unos cuantos”.
Habrá más, pues, y en esos pasos estará el apoyo de las mayorías, porque un gobierno es para administrar e intentar defensa de los intereses de esas mayorías, porque los fuertes, los que tienen todo, se pueden defender solos.
HA CUMPLIDO
José Luis Marcos León Perea no ha dejado claro por qué ganó las posiciones que ha ostentado. Es fácil deducirlo cuando se analiza su qué hacer en política y descubrir que su trabajo no está en la oficina o el café, sino en el campo, en los barrios, en el sitio donde se requiere labor social para hacer la vida más justa.
Por eso cuando fue a esos sitios, la gente le dio el voto sin pensarlo y ahora sabe que tuvieron razón, porque el legislador demostró con su informe del pasado viernes en el puerto, el sábado en Moctezuma y el domingo en Empalme, que ha cumplido.
Claudia Pavlovich, cabeza priísta de Sonora, acudió a darle el espaldarazo junta con gran parte de la plana mayor tricolor. Tuvo lleno completo el diputado y demostró que sin grandes dotes oratorias se puede rendir cuentas claras para satisfacción de los representados. León hace crecer cualitativamente la oferta priísta.
Finalmente, me dicen que en Guerrero no ganó o perdió Aguirre o Añorve, sino Marcelo Ebrard, su mentor Manuel Camacho y Enrique Peña Nieto, metidos hasta el cuello en una elección que sólo debió ser de los guerrerenses.