La palabra contra la violencia en México, titula a su artículo Ángeles Castellano, en EL PAIS, con una cruda descripción de lo que a su juicio está pasando en México a partir de publicaciones que genera la propia comunidad. Así lo describe:
"Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación (...) Hay que devolverle la dignidad a esta nación".
Son palabras referidas a México, y las escribe, en la revista Proceso, Javier Sicilia, poeta mexicano y padre de Juan Francisco, de 24 años, asesinado y torturado junto a un grupo de seis amigos, uno de los últimos casos de violencia extrema que ha conmocionado al país. El caso de Sicilia ha provocado tal estupor que hoy, de manera simultánea, hay convocadas manifestaciones de repulsa en 20 ciudades del país, pero también en Barcelona, París o Nueva York.
Desde que comenzó el mandato presidencial de Felipe Calderón, alrededor de 40.000 personas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, han muerto o desaparecido a manos del narcotráfico o el Ejército. Sicilia contestó la muerte de su hijo con un poema que leyó en público. El último. Lo acabó así: "El mundo ya no es digno de la palabra, no puedo escribir más poesía... La poesía ya no existe en mi". Pero no todo el mundo piensa como él. Otros, como la escritora Lolita Bosch (Barcelona, 1970), nacida en Cataluña pero vinculada al país desde hace años, cree que más que nunca los mexicanos tienen que levantar la voz. Y ella lo ha hecho a través de un blog, Nuestra Aparente Rendición, "un espacio en el que convocar todas las voces de México sin vinculación política y sin instituciones detrás", según nos cuenta ella en una entrevista telefónica desde Barcelona. "La cosa nació para tener una plataforma que genere diálogo y que nos ayude a pensar entre todos qué está pasando en el país. México se ha ido a la mierda, la gente está aterrorizada. Nos ganó el miedo, así que sólo nos queda la palabra".
El blog nació de una carta que ella envió a sus amigos escritores e intelectuales latinoamericanos y españoles, una llamada de auxilio, un "tenemos que hacer algo", después del asesinato, en Tamaulipas, de 72 inmigrantes centroamericanos en agosto de 2010. Su hacer algo, en lugar de ser escribir, fue editar los textos de otras personas. "Primero escribían amigos, pero empezó a llegar otra gente: víctimas, familiares de víctimas, sicarios, militares, cantantes de narcocorridos, adolescentes...", explica ella. "Sólo borramos lo que es ofensivo y genera aversión", explica. "Cualquier persona que esté trabajando por la paz en México tiene cabida; el blog no tiene posición ideológica". La cosa fue creciendo, y en cuatro meses, el blog recibió 100.000 visitas, fundamentalmente desde México, pero también desde otros lugares del mundo donde se interesan por estudiar la violencia y lo que está ocurriendo en este país. "No queremos sólo anécdota, queremos textos que nos ayuden a pensar qué está pasando. Qué es el miedo, por ejemplo". El miedo, explica, ha logrado paralizar a la sociedad mexicana, ha cambiado sus costumbres y es necesario recuperar el pensamiento, la palabra. "La idea fue: vamos a pensar en esto juntos".
Contar muertos y tomar las calles
"Empezamos a hacer un conteo de muertos", explica, porque muchos llegaban al blog preguntando por los desaparecidos por la violencia. La iniciativa se convirtió en algo habitual. Cada semana, un voluntario diferente pone nombres y apellidos a las cifras de asesinados. "Queremos que quede la memoria de todos los caídos, así que buscamos marcas que los puedan identificar, rastreamos la prensa local..."
Nuestra Aparente Rendición también se hace eco de iniciativas como la de esta tarde, la que sacará a más de medio país a las calles a revindicarse. "Hay un grupo de chicos, en Chihuahua, que han decidido recorrer todas las noches en bicicleta su ciudad. Lo hacen con mucho miedo, pero necesitan sentir que la ciudad sigue siendo de todos", explica. "Así que nosotros difundimos la convocatoria y luego les pedimos que nos envíen fotos y reportes". O cómo los padres de adolescentes, en el DF, se organizan por las noches para esperar a sus hijos a las salidas de las discotecas y fiestas, para que todos puedan volver sanos y salvos a casa.
"Esto no es exagerado", interrumpe. "El miedo no es exagerado, no es exagerado estar estupefactos, es todo verdad. México está atravesando un periodo terrorífico y la respuesta que necesita es urgente, no exagerada. Es muy feo que la prensa internacional, incluida EL PAÍS, con todo respeto, esté dando la imagen de que en México hay una guerra contra el narco. No hay buenos contra malos, hay mucho más que eso".
El blog ha crecido tanto que llegó a oídos de la secretaria de Estado del país vecino, Hillary Clinton que, inmersa en una ronda de reuniones con organizaciones civiles para tratar la violencia, pidió un encuentro en febrero con los organizadores de Nuestra Aparente Rendición. Pero la oferta fue rechazada a través de una carta que fue hecha pública en el blog en la que Bosch explica que la intención del blog es mantenerse desvinculado de las instituciones. "Nuestra tarea es que los mexicanos sean capaces de hablar de lo que les pasa", explica Bosch.
La respuesta ciudadana a esta iniciativa ha sido tan desbordante, que Nuestra Aparente Rendición está en proceso de transformarse en portal web, con un equipo de 12 voluntarios permanentes, con blogs o secciones fijas de periodistas y expertos comoLydia Cacho, que lleva años investigando sobre el abuso a menores y tráfico de personas, y que por esto vive amenazada de muerte.
La iniciativa crece, las voces se unen desde diferentes lugares del país, pero la violencia no cesa. Cada semana se cuentan entre 250 y 300 víctimas mortales de la violencia. Y las previsiones, según Bosch, van a peor: "Estamos en El año de Hidalgo", dice refiriéndose a que este año termina el mandato presidencial, "y todo el mundo se quiere llevar algo. Los años de fin de Sexenio son los más violentos. Matarán a muchos y callarán a millones. Pero nos queda la indignación moral, que es lo único que tenemos, y se tiene que escuchar".