La visita de Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados levantó polémica porque su evento fue “censurado” por el canal del Congreso, ya que no se trasmitió al aire ni a través del circuito cerrado; según denunció ante el pleno cameral la diputada Laura Itzel Castillo de la bancada del Partido del Trabajo.
Y es que las cámaras del canal con el que cuenta la cámara baja para dejar registro del desempeño de los legisladores dentro del salón de sesiones como de su trabajo en comisiones, además de otros actos protocolarios, no estuvieron presentes la mañana de este jueves en las reuniones que sostuvo el tabasqueño con el presidente de la Cámara, Carlos Ramírez Marín, ni en la reunión que celebró con diputados del PT, Convergencia y PRD.
La denuncia de la diputada petista fue poco relevante para el grueso de los legisladores. Y tuvo por respuesta de presidente de la mesa directiva un: No se grabarán eventos que no tengan que ver directamente con el proceso legislativo. De tal suerte que la visita de gobernadores, embajadores y otros personajes no serán trasmitidas ni por circuito cerrado, apuntó el priista en medio de la sesión ordinaria.
Así, mientras el vice-coordinador del PAN, Alberto Pérez Cuevas opinó en otro momento que Andrés Manuel López Obrador sigue en campaña y sólo buscaba los reflectores, de ahí que con cualquier pretexto sale a manifestarse a las calles; desde la bancada del PRD, la diputada Leticia Quezada corrigió al presidente Ramírez Marín al señalar que no corresponde a la Mesa Directiva dar línea al Canal del Congreso sobre qué eventos trasmitir y cuáles no.
La cuestión es que Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Regeneración Nacional, llegó al palacio legislativo de San Lázaro y entregó a la autoridad del órgano cameral, Carlos Ramírez, una propuesta de reforma laboral a favor de la clase trabajadora y no a favor de los empresarios, como la iniciativa del PAN y PRI, expuso.
Y como hace cinco años, el ex candidato presidencial insistió en un discurso por de más acertado sobre la situación lamentable y de miseria que se vive en México; precisamente porque el poder está en manos de una “minoría rapaz”, que sólo ve por intereses personales en detrimento de la colectividad.
Un discurso prendido que permite a los oyentes reflexionar sobre el devenir –de mal en peor—de este país; y que se concreta a través de reformas como la que se cocina ahora en el seno de la Cámara de Diputados como es la reforma laboral.
Salarios menores, menos derechos laborales, más flexibilización en los contratos de trabajo a través de la legalización de los outsourcings o empresas sub-contristas de personal, menos oportunidades para formar asociaciones gremiales, etc., elementos que caracterizan las propuestas del PRI y PAN para “modernizar” la ley federal del trabajo.
La movilización social sigue siendo asimismo la forma de manifestarse del tabasqueño que ha ido de municipio en municipio del país a dar cuenta de cómo una élite de los hombres que constituyen los grupos de mayor riqueza del país, compran legisladores para que éstos aprueben leyes que favorecen a la oligarquía.
Y que perjudican no sólo a la clase trabajadora del país, sino que a la vez, la situación ha provocado una inestabilidad social y mayor pobreza, que comienza a rebasar los límites de la tolerancia ciudadana.
Las manifestaciones pacíficas son el recursos de Andrés Manuel López Obrador desde hace muchos años y se ha abocado a encabezar movimientos sociales, que a lo más que aspiran es a hacer conciencia entre los mexicanos.
Un paso loable, el de la concientización; pero no puede ser lo único que pueda o deba hacer la ciudadanía y los pocos políticos comprometidos con un México mejor. Esperamos más de todos.
Aunque por el momento no se haya visto más que marchas y manifestaciones sociales independientes, como la registrada este miércoles en la ciudad de México en contra de la violencia e inseguridad en el país.