La frontera norte del país engloba una realidad distinta a la del resto de las entidades del país, y a pesar de tener un dinamismo propio, está olvidada por una soberbia centralista que no privilegia a los estados fronterizos.
Reunidos con integrantes de la Comisión de Asuntos Fronterizos Zona Norte, que preside el senador panista Jaime Rafael Díaz Ochoa, catedráticos y alcaldes coincidieron en que la zona norte del país está prácticamente abandonada por el centralismo gubernamental.
Díaz Ochoa dijo que la realidad de particularidades y el dinamismo bajo el que se desenvuelve la frontera norte, motivó que “abriéramos un espacio de reflexión sobre los temas medulares y estratégicos de la región”, como migración, medio ambiente, economía y desarrollo social”.
Lo anterior --añadió-- para formular un plan de trabajo legislativo que coadyuve en el impulso y desarrollo que demanda la frontera norte, en pro no sólo de sus habitantes sino de todo el país.
Destacó que en materia migratoria resulta claro este interés, que se ratifica con la reciente aprobación de la Ley de Migración, fruto del trabajo conjunto del Legislativo, el sector académico y la sociedad organizada, que beneficia a todos los migrantes que viven o transitan por el país.
Respecto al tema ambiental, para el legislador es notorio que el incremento de la población y la industrialización de la región han incidido en el manejo inadecuado del agua, en la generación de recursos urbanos peligrosos, pérdida de la cubierta forestal, deterioro del medio ambiente y los impactos en el hábitat y la biodiversidad.
Todas estas causas repercuten negativamente en la región e implican graves problemas de salud pública, subrayó.
A su vez, Javier Urbano Reyes, catedrático universitario y experto en migración, dijo que buena parte del movimiento migratorio que se desarrolla hacia el norte lo integran personas con alto grado de analfabetismo y bajos niveles escolares y de oficio.
Ello representa un gran reto para el Estado porque aquí se configura buena parte de lo que se conoce como migración de rebote, que es aquella que llega a los estados del norte y, después de varios intentos por llegar a Estados Unidos sin lograrlo, decide radicar en la zona, provocando graves problemas sociales.
Ante ello, sugirió la aplicación de políticas de desarrollo e integración por parte de la Federación y de los propios gobiernos de la zona norte, para atender problemas de desintegración, desempleo, desigualdad social y educación.
Gustavo Córdova, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en ecología, centró su ponencia en el problema de la falta de agua en la frontera, debido al crecimiento poblacional, la sobreexplotación de pozos y rezagos en la prestación del servicio.
Y por ello, destacó la necesidad de que el gobierno federal participe en la solución de esa problemática, ya que no existe descentralización de recursos y urge financiar proyectos de infraestructura en la región y aumentar los fondos federales.
Por su parte, Ismael Aguilar Barajas, maestro del Tecnológico de Monterrey en la cátedra de asuntos fronterizos, apuntó que los principales retos que enfrentan los estados fronterizos son la apertura a la inversión extranjera y mayores apoyos a la industria maquiladora, propia de la región.
Los puntos negros que subsisten e impiden un desarrollo económico y social equilibrado, son el narcotráfico, el lavado de dinero, y el tráfico de personas y armas.
Carlos Welti Chanes, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, economista y sociólogo, al tocar el tema de la cohesión social señaló que todos los municipios de la frontera norte sufren rezagos sociales muy profundos, como el desempleo, la migración, la deserción escolar y la inestabilidad familiar.
Aunado a ello, presentan un crecimiento desigual de la informalidad, ya que la población tiene expectativas de corto plazo. La problemática que enfrenta la juventud local es el desempleo y la falta de una educación que ofrezca alternativas de trabajo inmediato y con seguridad, subrayó.
Por su parte, el alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, destacó que la inseguridad es quizá el problema que más afecta a la sociedad de la región norte, además de la falta de infraestructura y desarrollo urbano y la alta migración.
Ante ello, estamos promocionando junto con el sector privado de la entidad, la denominada zona económica estratégica, para crear empleos, impulsar el turismo y captar la inversión extranjera.
Se trata, agregó, que tanto los inversionistas nacionales como extranjeros participen en el desarrollo económico de la región, aprovechando el intercambio y negociaciones que existe entre Tijuana con ciudades norteamericanas, sobre todo con San Diego, California.
Al evento asistieron los senadores Lázara González Aguilar y Antonio Badía, de Acción Nacional y Fernando Baeza Meléndez, del PRI, así como el alcalde de Nogales, Sonora, José Hernández Barajas, Presidente de la Asociación de Alcaldes de la Frontera Norte.