CD. DE MEXICO.- Comentábamos la semana pasada que a consecuencia de la crisis económica mundial, iniciada a finales del 2007, se movilizó nuestro Colegio Nacional de Economistas, en coordinación con los colegios estatales, para promover cambios de fondo en la política económica implantada por la Administración Federal, ya que nuestro país estaba cayendo en creciente desempleo, más pobreza, y una economía anémica, que no daba mayores signos de crecimiento.
Pero, lamentablemente, vemos que nuestras autoridades ejecutivas no se mueven para cambiar sus formas, mientras que el mundo que nos afecta, o puede afectar, entra cada día más a fondo en el hoyo de la crisis.
En Europa las cosas se ponen peores. La semana pasada hubo pasos adicionales para apoyar al enfermo principal de ese continente, Grecia, pero todos los analistas coinciden en que no es lo suficiente, además de que los propios griegos se pusieron en pie de guerra, en oposición a las condiciones establecidas para el rescate. Por lo tanto hay dudas de que políticamente puedan cumplir sus compromisos.
Luego también están los otros dos enfermos graves, España e Italia, de los que todavía tenemos que oír. España, por ejemplo, tiene un feroz nivel de desempleo, casi tres veces superior al nuestro.
¿Qué tanto tiempo podrá su gente aguantar la aplicación de la medicina tradicional, que es esencialmente una política terriblemente restrictiva de ingresos, mandatada por su afán de seguir bajo la moneda única --el Euro--?
Por su parte, Italia, con su “simpático” Jefe de Estado, parece no haber todavía dado el golpe a la seriedad de su situación económica, menos grave que la española y la griega; pero de todas maneras, delicada. Además puede hacer crisis en los equilibrios económicos europeos.
Luego, los Estados Unidos nuestro mercado preponderante y principal, con su crisis que sigue en camino de la desaceleración económica, por lo que está enfrentando una rebelión de su gente --el contagio del movimiento de los “inconformes”--.
Toda esta evolución mundial ya nos está impactando, y se manifestará en los efectos que pronto veremos reflejados en nuestras cifras: de un menor ritmo de crecimiento, más pobreza y mayor desempleo.
Y mientras tanto, el gobierno federal actúa autista: --“aquí no pasa nada”-- y con las elecciones federales del 2012 tan cerca, parece haber decidido agacharse, apretar la mandíbula y el cinturón y aguantar el temporal. Prueba de ello, fue su proyecto de finanzas públicas para el próximo año, presentado al Congreso de la Unión, en el que propuso eliminar totalmente el déficit, para pintar un cuadro “bonito” a su club de neoliberales.
Pero la verdad es que si alguna vez necesitábamos un mayor gasto público y un déficit fiscal moderado, como el de este año, era ahora. De ahí que todos los partidos políticos, entre ellos el PRI, el de la principal representación en la Cámara de Diputados, dimos la batalla en Comisiones para revertir ese planteamiento.
(*) Presidente de El Colegio Nacional de Economistas