GUAYMAS.- Con el nuevo siglo, el PAN ganó por segunda vez el poder municipal y aunque hizo un papel aceptable, Bernardino Cruz siempre batalló con su secretario, un médico mexiquense a quien se le recuerda no por su qué hacer, sino por su cita recurrente: “no pasa nada”
“El muñeco”, Francisco Sánchez, controlaba, dicen, todo negocio de esos que no requieren contabilidad, ganando fuerza para allegarse regidores y funcionarios con quienes bloqueó aspiraciones del “bueno”, Israel Quiroz, para figurar él en la papeleta del 2003.
Israel hizo pasó el examen y además traía la bolsa de dulces, cual llaman a la oficina de Desarrollo Social –“regala” tinacos, “Oportunidades”, cemento, etcétera--, sin embargo, se despistó lo despistaron para `inventar´ a José Ilizaliturri como el que los azules clamaban y el índice azul lo eligió, solo para caer aplastantemente ante Carlos Zataráin.
Hoy existen semejanzas. El señor Arriola insiste en que “no pasa nada” cuando le dicen que falta empleo, que el índice de pobreza crece, que la Policía ya no haya qué hacer con tanto malandro que roba ropa en una tienda o cable de cobre de algún bulevar dejándolo a oscuras o que los hoteleros reclaman sin éxito el dinero de promoción que le entregan a “Red Ryder”, como ahora conocen al tesorero municipal. Que no haya dinero para la tarea diaria de Guaymas, donde tan buena tarea hace René Zayas pese a que lo traen con una mano atrás y otra adelante, tampoco pasa nada… aunque pase.
Alonso Arriola sería el punto de quiebre que, cual en 2003, despiste al azul y arroje por el caño la buena intención de Manuel Aguilar Juárez, entregando el mando al PRI, que en Otto Claussen tiene una planadora, la verdad.
La última de Arriola, quien ya no recibe a nadie, menos a la prensa, es que con Irma Campillo, del opaco Instituto de Festividades --¿Y las cuentas del Carnaval, que siempre ha dejado millones?—, querían cerrar con feas láminas el malecón, para vender cerveza y todo lo demás, ahora que se presentara el grupo juvenil Viva la gente.
Cuando le dijeron que no, porque la organización tiene otro objeto social que busca precisamente alejar a los jóvenes del vicio, de nuevo surgió su “No pasa nada”. Pasó. La institución se retiró y prefirió ir a una conflictiva comunidad arropada por el vicio en Empalme, que servir a los intereses de quienes ven la tempestad y no se hincan.
Arriola parece no darse cuenta de su alrededor, ni siquiera del mensaje clarísimo del jueves por la noche, cuando mil y pico de panistas cenaron en la explanada de la marina de FONATUR en la bahía, en apoyo a Manuel Aguilar para que sea alcalde.
O quizá sí se dio, por eso fortalece su torpedeo contra todo lo que huela a triunfo azul en 2012, cuando si no es por el PAN iría por el PRD, previa compra de siglas que le prometió José Ordaz, el constructor de los pleitos inmobiliarios, a quien ya tiene en la mira el dirigente del PRD, José Guzmán, para decir “el que sea, menos él”.
Aquel jueves hubo destapes claros. Se vale, era fuera de horario laboral y solo panistas, así que apuntaron a sus preferidos: José Inés Palafox y Florencio Díaz Armenta, para el senado; Fernando Miranda Blanco, para la federal del 04; César Lizárraga Hernández, para la local guaymense; y Manuel Aguilar Juárez, para la alcaldía.
Entre todos intercambiaron loas, pero si faltase contundencia a las expresiones, sépanse, panistas, que dos cosas resaltaron en el evento: reiteran respaldo a Francisco López Lucero porque el PAN debe ser dirigido por alguien con fuerza, y que el mensaje principal lo dio un joven político de grandes vuelos llamado Roberto Romero López, ni más ni menos que secretario Técnico del jefe del Ejecutivo del Estado.
Y el jefe del Ejecutivo se llama Guillermo Padrés Elías, carismático, buen hombre, pero firme a la hora de mandar mensajes y ni se diga a la hora de cambiar su mano izquierda por la derecha, como ya se ha visto ante tanto miura rival que le han arrojado los perversos de siempre, los que no quieren que gobierne para todos, pues hacerlo, les deja menos ganancias en lo particular, sin darse cuenta que el Gobernador que tiene ahora Sonora no pide para él, sino para todos. (Tomado de EXPRESO)