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Carnaval, mediocridad y corrupción

+ Hasta el alboroto político se opaca

          GUAYMAS, Son.- En un pueblo cuya dinámica es severamente afectada por la crisis mundial, no queda más que hablar de la grilla, normal de tiempos políticos, donde las pasiones calientan mentes y ya hay diferencias por el quién le va a quién.

Hay quien me dice que no es la crisis mundial, sino la propia, la de Guaymas, la del talento ausente, la que afecta, pues increíblemente una pelea de aspirantes a rey feo del Carnaval es capaz de regir la agenda Municipal. Incluso de dejar esperando una hora a regidores y casi suspender una sesión.

Pero entremos al tema con los priístas listos para escoger candidato a diputado federal en convención el martes entrante y si vamos a las cuentas, el trabajo de campo haría ganar a Marco Antonio Ulloa, a quien solo le hace sombra Carlos Zataráin tras retirarse de la carrerea otro ex alcalde, Antonio Astiazarán, quien ya juega en política de altos vuelos.

Ese resultado alejaría los chismes de los últimos meses que han enrarecido el ambiente tricolor, donde debe ganar el mejor político, no el mejor golpeador.

En el PAN, antenoche hubo un “zipi zape” calmado por el dirigente Francisco López Lucero, quien firme, señaló que viene una elección, no una guerra, y la unidad no los golpes, sacarán adelante el trabajo.

El chisme fue que corre en los pasillos del blanquiazul, es que hay un operativo que se financiará desde Palacio Municipal, para favorecer a un candidato. Pero alborotó la vitachera la llegada de Santiago Zaragoza, respetado por muchos en ese partido, para decir que nadie tiene por qué ser obligado a votar por nadie y adelantó --¿influenció?—que él votará por Josefina Vázquez Mota, en contra de lo que dicen los de la casa de piedra.

Agárrense pues, porque de paso, colocan a Fernando Miranda, aspirante a diputado federal, en esa “línea” y como ven a su lado a la secretaria particular del alcalde lo creen, sobre todo porque a Dalia Laguna le atribuyen una red de “operadoras políticas” a sueldo (no dicen de dónde el dinero) que hará la tarea este domingo, grupo que por cierto, también estaría haciendo lo mismo con aspirantes priístas. Como han aprendido.

Del resto de los partidos hay poco qué decir, excepto que en el PT el coordinador estatal, Rodolfo Lizárraga, está a punto de hacer berrinche porque desde Hermosillo dirán que  junto con el Movimiento Ciudadano y el PRD, sacarán candidato a alcalde, y sería Librado Navarro Jiménez, con Lino Ruiz buscando la Sindicatura.

Por el PRI, sigue igual todo y Otto Claussen medirá fuerzas en julio contra el empresario y dirigente pesquero Manuel Aguilar Juárez (PAN). El otro de los buenos números, José Luis León Perea, sigue perdido, y hay quien lo ubica en Valle de Bravo y otras regiones turísticas del Estado de México, donde residen familiares. Eso, junto con la expresión de que sólo espera ver si es alcalde para “jubilarse” y trasladar su residencia a uno de aquellos sitios, le está afectando.

El PAN tiene el problema de un papel poco digno dirigiendo al Municipio y contra eso deberá batallar el candidato azul. Tiene a Guaymas sucio, feíto, baches mil, con falta de luminarias y calificación en cero en promoción económica y ni se diga turística. Es lo malo pues, de escoger amigos o pagar compromisos, cuando se nombran funcionarios, negando oportunidad al talento.

Volviendo a lo del Carnaval, sorprende que las pasiones lleguen al grado de echar por la borda la fiesta y solo les apure justificarse con una pachanga. Más aún, la frivolidad de un pleito que le decía antes, detuvo la agenda Municipal; y la tarde de este jueves hasta amenazas surgieron presuntamente dirigidas al escuchado comentarista de radio Ricardo González Palacios, por criticar a los organizadores de eso que queda del Carnaval. Solo en Guaymas ocurre eso. Me pregunto cuándo terminará este circo.

Finalmente, confirmó recepción de datos enviados por el luchador social Víctor Parra, sobre montos que el Ayuntamiento ha destinado a pavimento y rehabilitación de calles, incluyendo toneladas de asfalto que le regala PEMEX.

En resumen, conocidas constructoras –pocas, por cierto—han hecho pavimentos nuevos y arrendado maquinaria manejándose directamente más de 30 millones de pesos, que, ciertamente, no se reflejan en la infraestructura vial, que está pésima. Peor en el campo.