GUAYMAS, Son.- Alfonso Durazo fue admirado auxiliar de Luis Donaldo Colosio, tras cuyo asesinato fue secretario particular del ex presidente Fox, y luego ha andado por allí, entre retirado y no exponiendo ideas políticas que lo identifican con el movimiento de Andrés Manuel López Obrador.
Con él vino a Sonora en la pasada gira y confirmó no ser el mismo. Lo ratifica su convocatoria al citar a empresarios a una reunión el miércoles, poco divulgada, quizá porque ya esperaban el resultado.
Fueron algunos, pero de representatividad relativa porque van a todas. Vieron los seguidores de López Obrador, que Durazo no arrastra multitudes; y Durazo, que los escogidos aquí para esa tarea, son están él.
Por supuesto, declara a favor de quien hoy estuviera terminando su sexenio y niega capacidad a quienes le disputarán esa alta representación en julio próximo, llámense Peña Nieto o Vázquez Mota.
Por la reunión, comparten eso cercano al fracaso, el candidato de la izquierda a diputado federal por el 04 Distrito, Marcos Ulloa, y el aspirante a alcalde por esa fórmula de chile y de manteca, Librado Navarro.
Lo rescatable se debió a Sergio García Rascón, quien prestó su hotel y no cobró el café. Es él quien debió recibir la confianza para promover algo a favor de la izquierda. Sergio se fue del PRI junto con Marcos Ulloa, pero a él nadie le ofreció candidaturas, su hartazgo fue espontáneo.
Se hunde el barco
Dalia Laguna pidió al alcalde liberarla de lo que hoy representa una pesada carga: ser funcionario en el Ayuntamiento. Como la aprecia, quien pronto desertará también, arma lo necesario para convertirla en su jefa de campaña por la diputación local, lo cual hizo renunciar a Iveth Guerrero como responsable del control interno del Ayuntamiento, a donde llega el capaz Carlos Cortés.
Iveth será la Particular y quedará listo lo que sigue: el alcalde negociará licencia ante los regidores de Alonso Arriola y “Pío” Ponce, para que lo dejen ir y acepten en su lugar Mónica Marín, la Síndico, enemigo la dama de los saltimbanquis que no terminan el cargo para el que la gente los eligió, hasta ahora que brota su interés personal.
Mónica propuso hace 10 años al Congreso estatal legislar contra “los chapulines”, lo cual la acercó a una diputación local hasta que Carlos Navarro la puso quieta prefiriendo intelectualidad antes que pasión. Ahora, olvidada la importancia de cumplir la responsabilidad actual, promueve que se vaya Lizárraga y ser alcaldesa, y a ver qué resulta, porque hoy todo se improvisa.
Respecto a la campaña cesarista, tendrá problemas, pues que Dalia Laguna la coordine tendrá como base la manoseada información que se ofreció al PRI, PRD y PAN, pero el único que la pagó fue el Ayuntamiento, en efectivo, de la Tesorería, lo cual podría explicar el oportunista forastero Sergio Alexandres, presunto asesor legal del Ayuntamiento de quien poco se sabe, pero cuesta mucho al bolsillo de los contribuyentes.
Se da el lujo de llegar con fajos de billetes para pagar cuentas de regidores o comunicadores en los que se basa la “red de inteligencia electoral ” de Lizet Ulloa, como ocurrió en conocido restaurante donde ya no quieren más firmas de funcionarios municipales, pues les da vergüenza que no haya dinero en la Tesorería para mejorar la ciudad y tiren mucho dinero en el onírico proyecto cesarista.
El deseo es que a Guaymas no le vaya tan peor como pinta la cosa, mientras evolucionan las campañas donde afortunadamente ven políticos de veras, por ejemplo Antonio Astiazarán, quien donde llega deja agradable impresión. No es raro, ésto es para políticos.
Cuando fallan, les ocurre lo que a José Luis León Perea, el retirado militar de espada virgen, quien se perdió en el centro del país cuando debía andar respondiendo a quienes le dieron el voto para ser diputado federal. Ahora que lo han olvidado, hace berrinche y reclama la candidatura a alcalde donde no le ve ni el polvo a Otto Claussen, y la opción es la de diputado local, o se va a la izquierda.
Cuidado. Ya se vio lo rebasado del proyecto del oftalmólogo que prefirió sus fines de semana en lagos del Estado de México que atender las muchas deudas que tiene con su gente.