Banner

Sonora camina al progreso

GUAYMAS, Son.- Celebro la caballerosidad de la ley al obligar a los partidos a dar la mitad del pastel a las damas, para hacer efectiva la equidad de género y haya así representantes femeninas parejito con los varones.

Avanzamos en materia de leyes, a favor de un mejor futuro, aunque crecen mis dudas cuando por el canal del Congreso se me ocurrió ver un debate de senadores empeñados en modificar el artículo 24 de la Carta magna, en una actitud que envidiaría Gabino Barrera, aquel que no entendía razones.

Innecesariamente los representantes se meten en el conflicto obvio de cuando los derechos humanos se ven amenazados. Perderán, de veras. En esa materia no debe darse un solo paso atrás. Cada retroceso sale caro al país y aplasta luchas de nuestros padres y abuelos.

Pero volviendo al tema de la mujer, tiene sus asegunes. Un amigo enfermo de política de varios que tengo, explicaba en alguna ocasión sobre una reunión de 23 personas activas en tareas de partido, donde se exigía por las tres mujeres presentes, la equidad de género.

Es decir, si había 20 puestos, 10 serían para 3 mujeres y 10 para 20 hombres. Se acabó la equidad de género ¿no?

La moraleja es que la equidad invocada no está presente porque a la mujer le falta participar más, ganar, no recibir obsequios. Mi amigo del cuento cedería su espacio pero la dama beneficiaria tendría que ganarlo con capacidad y participación, no solo por las faldas.

Eso le ocurrió a varios priístas. Eso hoy o mañana podría ocurrir a Israel Quiroz, candidato del PAN a diputado por el 04 Distrito, a quien ya se la hicieron de agua en 2003 cuando quiso ser alcalde con el apoyo mayoritario pero los azules inventaron a un desconocido para suplirlo.

Aún cuando Israel está muy tranquilo, no se le ve “power” y parece que no ganará, lo cierto es que es el candidato y debe respetársele. A menos que la ley, con el criterio de la venda en los ojos y la espada en la mano, termine desplazándole para darle el paso a la falda, no al trabajo y a la capacidad.

La otra es que el panismo haya visto las orejas al lobo y no encuentre una forma amable de decirle a Quiroz que no levanta y no podría derrotar al Goliat tricolor en el que se ha convertido Antonio Astiazarán con su abrumadora campaña, basada en sus cartas credencial como representante y funcionario, político formado y pantalones puestos para impulsar programas realmente útiles a la región.

Para muchos azules, es poco entendible lo que ocurre, más cuando vieron bajarse del caballo a Alberto Albín Cubillas, candidato a diputado local, para despejar el camino a César Lizárraga, el alcalde que tarde o temprano tendrá que enfrentar a Contraloría y al largo y pesado brazo de la ley, por eso gasta sus “ahorros” buscando impunidad.

Aparte, lamentable los hechos violentos del lunes donde un joven agente del Ministerio Público fue asesinado. Lo bueno es la respuesta de la autoridad; demuestra que Sonora no tolerará esos hechos queden impunes.

Sonora se fortalece

Guillermo Padrés Elías se vio seguro, decidido, con rostro de quien se sabe en el camino del buen resultado en su meta de hacer bien las cosas. Y que mejor cuando se hacen para cumplir con los demás como gobernador de esta entidad pujante, que crece, como es Sonora.

El mandatario presentó resultados de 900 días de trabajo en ese esfuerzo de reconciliación que comenzó en julio de 2009 y ahora, alejado de la prepotencia y del uso perverso del poder, alcanza plausibles logros para todos cantando su “dicho y hecho”.

En menos de tres años avanza notablemente en la construcción de un nuevo Sonora con fortaleza, certidumbre económica y con el ciudadano convertido en centro de todas las cosas.

Su mensaje fue bien recibido. Lo sabía, por eso su rostro reflejaba el deber cumplido, como lo mostraba su esposa Iveth, su principal apoyo desde el primer momento al despertar cada mañana, para diseñar la faena que agregará el eslabón a la cadena exitosa formada en estos dos años y medio de trabajar para todos.

Le aplaudo a don Guillermo, por esa que llamó su boleta de calificaciones que pone números positivos a un Gobierno humano, sensible, cercano a los sonorenses; de hechos, no de dichos, confirmados por la seguridad, la inversión y el empleo generado. (Tomada de EXPRESO)