GUAYMAS, Son.- Sorprende que al menos en este puerto de tan mala experiencia tresañera en marcha, no se han desbordado ánimos como en el pasado y las llamadas “campañas negras” no aparecen.
No las descarto, pero prefiero ver lo bueno que dejan, al convencerse –hasta ahora, repito—los aspirantes de que deben proponer, antes de agredir. Eso significa programas útiles al electorado. Al pueblo pues.
Veo a Manuel Aguilar con su fundación haciendo el bien con medicina carísima o asistencia para mejorar la vista, para gente que jamás podrá pagar esa atención; a Toño Astiazarán resaltando el programa que reducirá el costo de la energía eléctrica, ante un Gobierno Federal omiso a la necesidad de la gente del desierto.
Marcos Ulloa, raza como es, deja que su corazón desborde su pecho y gasta lo poco que tiene para la campaña, dejando algo a la gente que nada tiene, plausible actitud de bonhomía.
Claro que está el contraste del desertante alcalde guaymense César Lizárraga, refugiado en búnkers de alto costo donde sus asesoras –prefiere que haya mujeres— siguen engañándolo sin tomar en cuenta el elevado rango de negatividad que proyecta en el electorado, al financiarse una campaña en busca de la impunidad.
Qué bueno que hay aspirantes como Ernesto Gándara, de blindaje moral a prueba de balas; Claudia Pavlovich, bien apoyada por “El borrego” en su aspiración por el Senado, aunque tienen dura prueba al enfrentarse a Francisco Búrquez y Florencio “El chito” Díaz, reconocidos y sensibles a las necesidades de los sonorenses, lo cual los ha puesto en la antesala, por ejemplo, de la gubernatura, donde estarán de nuevo en un par de años, ya verá.
Este dueto conocido como “Panchito” (Pancho y Chito), en Guaymas, hablarán de sus proyectos a sus muchos seguidores. Lo harán en un lugar amplio, pero se anticipa, será insuficiente para recibir a tanta gente que quiere acercarse a ellos.
Salvo los negritos del arroz pues, hay buenos candidatos. Ojalá sigan ese camino y se den cuenta que, como ocurre en el país, las campañas negras nos cansaron y los puede hacer perder la elección si viran hacia esa prácticas que en el 2006 agredió a la democracia y encareció la vida de los mexicanos.
Fermín sí, pero
Fermín Trujillo Fuentes es un hombre que refleja disciplina. Su cuidada figura física, su forma de expresarse, su libro La Forja, donde habla de campo, familia, pueblo, lo muestran sensible, gente de pueblo.
El maestro tiene todo para ser un buen candidato, pero es raro el procedimiento que lo llevó a buscar la diputación federal por el 04 Distrito. Tuvo que pasar sobre Israel Quiroz, quien no garantiza triunfo ni por así tantito, pero era candidato con votos.
Luego, se impone a Leslie Pantoja, registrada en lugar de Israel, mediante la línea que no es tal, de que los panistas voten por él, no por quien aparecerá en las boletas. Leslie de todos modos será diputada.
Puede ser cuestionable si le ponemos la lupa de la moral y la ética, pero Adrián Espinoza dice que el fondo de la política es servir a la gente; el de un partido, ganar elecciones. El secretario general del PAN me dejó boquiabierto con su magistral exposición del fondo, donde el panismo cede su posición de privilegio para hacer ganar a un personaje que garantiza gran trabajo a favor de la educación, algo en lo que México falla.
Trabajarán juntos, dice Adrián, para esos fines y se aplaude. El joven dirigente nacido en Guaymas y llevado a temprana edad a Puerto Peñasco, demostró tablas en la presentación de Fermín, superando la prueba de alto grado de dificultad que eso significa.
El urense destacado en el magisterio no tiene fácil el camino, pues aunque ya desconvencieron a Israel Quiroz de su alianza con Marcos Ulloa, la gente no es fácil de convencer.
Luego, hay oferta en otros partidos y siendo locales, tienen queja de haberse ido un tiempo de Guaymas, donde se logran los votos que hacen ganar, así que como fuereños son extraños y los rodea una pléyade de líderes que saben de lo electoral, pero la gente los ubica como parte de un sector que ha dañado al país precisamente donde duele, en su educación.
De salida, mensaje al PRI de Empalme: allí son tercera fuerza. No se equivoquen y convenzan en lugar de amedrentar y algo lograrán.