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Escándalos legislativos

CD. DE MEXICO.- Lejos de lo que se pudiera pensar de que en la Cámara de Diputados todo está en calma, luego del fin de sesiones y porque los diputados y su gente andan en campaña; no es así, sino todo lo contrario.

Resulta que hoy jueves se ventiló un “intento” casi consumado de fraude por 108 millones de pesos para modernizar el recinto legislativo y en particular el tablero electrónico de votaciones, a unos meses de que se vayan a sus casas los diputados de la LXI Legislatura.

Ante las acusaciones del diputado Gerardo Fernández Noroña (PT) contra los coordinadores del PAN, PRI, PRD, PT, MC, PVEM y NA, quienes firmaron la gestión del recurso del ramo 23 ante la Secretaría de Hacienda para obtener 108 millones de pesos por concepto de mantenimiento y mejoramiento de las áreas de la Cámara de Diputados; los legisladores evitaron enfrentar al petista y por ello cancelaron momentáneamente la conferencia de prensa que aclararía este tema.

La intriga sembrada por el diputado petista –que hace unos meses rompió relaciones con el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador—fue su aclaración de que es una práctica común y costumbre también, que en transacciones de obra pública, de las que no se firma documento alguno, corresponde al político que gestionó y autorizó la obra el 10% de la operación. De tal modo que en este caso, la ganancia para un legislador sería de 10 millones de pesos.

En conferencia de prensa celebrada esta tarde de jueves en San Lázaro, la escena escandalosa la dio el vice-coordinador de la bancada del PRI, José Martel y Gerardo Fernández Noroña, quienes forcejearon para ganar el micrófono y gritar muy alto cada cual su verdad.

El priista dijo que hay fallas en los elevadores y que se repararían con el recurso para el mantenimiento; lo que desmintió Noroña, quien entregó el documento de las obras de reparación donde no aparecían los elevadores.

La defensa de los coordinadores de las fracciones del PAN, Alberto Pérez Cuevas se basó en que su imagen y su prestigio como político no iba a mancharla con una operación fraudulenta; y la modernización del tablero atendía a su tiempo de vigencia que concluyó hace cuatro años y la existencia de una partida presupuestal para modernizarlo. Además, pidió pruebas de los dichos de Noroña y el nombre del supuesto legislador que se beneficiaría.

Por el PRD, Mari Telma Guajardo, presidenta de la Junta de Coordinación Política y coordinadora de la fracción perredista en San Lázaro, dijo que no permitiría difamaciones y que metía las manos al fuego por sus compañeros en la Jucopo que agrupa a los siete coordinadores parlamentarios que firmaron la gestión.

Y exigió al diputado del PT no difamar el honor de los diputados, y que dijera el nombre del legislador que ganaría 10 millones de pesos con esta transacción. Respuesta que no encontró en el acusador; quien al concluir la rueda de prensa, dijo en corto que no podía decir nombres, no había mucha claridad, pues no se dejan pruebas de operaciones fuera de la ley.

El caso es que en la Casas de las leyes, como en todas las áreas de la administración pública, la corrupción ha crecido agigantadamente y se halla incrustada desde hace ya muchos años una práctica que ya es común.

Y es que los proveedores otorgan el 10 por ciento del costo total de los servicios contratados, a los políticos que hicieron posible la operación. Y al parecer, a decir de Fernández Noroña, este caso no es la excepción en la Cámara de Diputados.

Desbandada del PRD hacia el PRI

En los últimos meses se ha informado de la incorporación de algunos de los mejores cuadros del PRD a las filas del partido tricolor. Ruth Zavaleta, ex presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara baja, quien cuenta con simpatías importante en número en la delegación Cuauhtémoc, se pasó al PRI, luego de varios intentos por conciliar intereses en el partido del Sol Azteca.

El controvertido senador de la República René Arce, con una estructura social formada desde hace muchos años en la delegación más poblada de la capital del país, Iztapalapa; también brindó su voto útil al abanderado del PRI para la presidencia, Enrique Peña Nieto.

A la vez, Emilio Serrano, actual diputado federal, cambió de camiseta para unirse a los trabajos de campaña del Partido Revolucionario Institucional; y en las siguientes horas se sabe que otros personajes que tienen arraigo con la ciudadanía y que cubren ahora cargos públicos, se pasarán al PRI, al no encontrar afinidades ya en el PRD.

Esta desbandada de líderes y sus simpatizantes hacia el PRI se ha visto como actitudes convenencieras. Y pude ser que exista mucha razón en esa percepción. Lo cierto es que para ayudar a la gente no se necesita militar en un partido político en particular. Con voluntad se logra.

Y en el caso de Ruth Zavaleta y Emilio Serrano es justo decir que se han distinguido en particular por un trabajo constante con la comunidad. Y pueden ir de partido en partido hasta que no se aprueben en la ley las candidaturas ciudadanas. Mientras a unirse a las filas de cualesquier partido que garantice acuerdos que permitan mantener un trabajo con la sociedad.