+ Relevo generacional al revés; Marcial Bazúa quiere volver a ser alcalde; el Carnaval, un éxito; el congreso de Sonora hace su trabajo; las paredes con “Otto Guaymas”
GUAYMAS, Son. – El fin de semana charlé con ese viejo lobo de mar de la política que es Julián Luzanilla, cuya carrera como representante ha sido brillante y mal haría su partido en desaprovecharlo.
Lleno de anécdotas interesantes, le platico una: el líder campesino y varias veces diputado local y federal por Sonora charlaba con Manuel “El meme” Garza, recordado por sus muchos dichos de sabiduría popular durante su larga carrera política, cuando brotó el tema de los yerros de la “chamacada” que había tomado el poder.
Recuerde, Carlos Salinas fue presidente de México a los 39 años, edad que tenía Manlio Beltrones cuando llegó a la gubernatura; Carlos Armando Biébrich fue gobernador a los 33 años y qué decir de la efebocracia de Luis Echeverría, con Porfirio Muñoz Ledo secretario del Trabajo a los 39.
O “El Niño verde”, Jorge Emilio González, senador a los 28 años previa modificación constitucional, pues debía tener 30 para eso y ya había sido diputado a los 22. Y sigue siendo, siempre por listas. Pero volvamos con “El meme” y Luzanilla:
El eterno desastre sexenal hacía reflexionar a los líderes campesinos con esta conclusión del tamaulipeco: “Compañero Julián, definitivamente, necesitamos un relevo generacional”.
El abogado y productor rural nativo de Pueblo Yaqui lo miró con gesto aprobatorio, pero antes de cualquier expresión, “El meme” espeta: “necesitamos volver los viejos”.
Volvieron, según veo. Note quién nos gobierna, desde López Obrador hasta el derribador de sistemas Manuel Bartlett, pasando por Alfonso Durazo y larga lista que seguirá, pues viene de nuevo Manlio y muchos más de esos muy familiarizados con los recintos del poder por su repetitiva representación “popular”.
Creo que, por eso en Empalme, donde Luis Fuentes ha vuelto a unificar a las familias por su actuar humano y fraternal como alcalde, se animó a anunciar su aspiración de volver a la alcaldía, el excontratista Marcial Bazúa Vizcarra, quien ocupó el cargo entre 1979 y 1982 rompiendo el monopolio tricolor que existía a través del sindicato ferrocarrilero.
Bazúa enfrentó líos legales en Estados Unidos y, cuando cumplió su deuda con la sociedad, volvió a la política acercándose al panismo de Guillermo Padrés; en 2021 saltó al morenismo, pero el camino rumbo a su nueva meta es a través del Partido del Trabajo, donde manifestó su intención de ser nominado por la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, con Morena y el Verde Ecologista.
Es bien recordado como alcalde, quizá por ello se convenció, mientras cumple una encomienda como responsable de área en la Comisión Estatal del Agua, tras breve paso por la delegación de Bienestar. Repite, pues, caminos, como pretende hacer en la alcaldía, 45 años después, para seguir con ese relevo generacional sugerido por dicharachero y ya desaparecido “Meme” Garza.
EL CARNAVAL, QUE ÉXITO
Desde el jueves se intensificó la actividad carnavalera con los eventos llenos de luz y color, que seguirán hasta este martes, cuando la “Reina de corazones”, Alejandra Guzmán, nos brinde ese espectáculo que la ha hecho triunfar en México y el extranjero.
Todo ha ido bien. Eso es bueno, para mantener el ritmo de la recuperación emprendido por el actual trienio, luego del desastre previo que nos heredó la administración petista, cuando creíamos que el panismo de Lorenzo Decima nos había llevado al extremo.
El principal logro del Carnaval, la principal fiesta de los guaymenses y sonorenses, es que logra la unificación y convivencia general, que volvamos a sentir la confianza de salir a la calle y olvidar la violencia que nos caracterizó aquellos años que, sin haberse ido del todo, ojalá no vuelva.
HACE SU TRABAJO EL CONGRESO
En un ejercicio de Parlamento Abierto, se presentaron diversas propuestas para considerarse en los análisis que hacen nuestros diputados locales. Enumero algunas que nos hacen pensar que están trabajando nuestros representantes:
Sancionar a quienes destruyen las banquetas, elaborar un padrón para conocer a compradores de material robado como chatarreras y casas de empeño, clasificar como delito grave el robo de material propiedad de los municipios, considerar en el delito de encubrimiento a quienes compran material robado y establecer en la ley un programa para cuidar los bienes municipales.
La diputada Rebeca Irene Silva Gallardo se congratuló por las propuestas y se comprometió a analizar cada una en la Comisión de Presupuestos y Asuntos Municipales, para su dictaminación.
Este Parlamento fue en Ciudad Obregón y el alcalde Javier Lamarque presentó la propuesta para que se consideren mobiliario los postes de alumbrado público y el equipamiento deportivo. No son, increíble. Quizá por eso salieron libres los ladrones de postes que detuvo su policía en diciembre pasado y por eso los daños otra vez, los volverá a pagar el pueblo, no los dañistas.
Lo bueno es que se trabaja en corregir dicha omisión y la diputada Silva ya presentó desde septiembre, ante el Pleno del Congreso, la iniciativa para reformar la Ley de Gobierno y Administración Municipal, y el Código Penal del Estado de Sonora. Apúrenle.
Es que toda autoridad ha planteado una problemática recurrente por el robo de objetos que forman parte del equipamiento y mobiliario urbano municipal; y ni se diga la destrucción de propiedades que, por la necesidad de dejarlas solas, sus dueños ven como se vandalizan y todos creen que el material sustraído termina en las chatarreras, ante la complacencia de algunas autoridades, y el enojo de otras que carecen de suficiente herramienta legal para proceder.
Si a esto le agrega que quieren meter en cintura a los leperetes que nos cobran por estacionar cuando vamos a comprar en sus negocios –yo no les compro, porque repruebo eso—, cuando debieran cumplir la obligación de disponer de cajones de estacionamiento gratuitos.
Eso dicen los reglamentos, programas, normas técnicas y demás ordenamientos jurídicos, pero como alguien lo hizo alguna vez y nuestros representantes no dijeron nada, ahora todos lo quieren hacer, cobrando por ir a comprarles. Qué bueno que vean eso nuestros legisladores, pues por lo general olvidan toda causa favorable a la comunidad.
Y en Guaymas, aparecen paredes con la leyenda “Otto Guaymas”, después de que Otto Claussen confirmó que buscará ir de nuevo por la alcaldía.