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Discutible, pero Pacquiao gana

+ Otra vez le regalan el triunfo, según cronistas y 18 mil aficionados

          Las Vegas, 13 de noviembre de 2011.- Manny Pacquiao sigue siendo campeón del mundo, pero para quienes acudieron a la arena donde tuvo lugar el tercer enfrentamiento de estos gladiadores, ya no debería serlo.

Los cronistas latinos expresaban igual su enojo y hasta el ex campeón mundial Julio César Chávez, en ese papel para una cadena de televisión, gritó el ¡Robo! Que habían cometido los jueces.

Márquez (52-6-1, 38 KO) y Manny Pacquiao (54-3-2, 38 KO), dieron una buena pelea, muy fuertes y con muchos recursos, pero el mexicano dio una exhibición de destreza y resistencia, más golpes y más sólidos y abrió el rostro del filipino.

Pero los jueces del Garden Arena dijeron que el ganador era `Pacman´Pacquiao por una decisión mayoritaria y la rechifla no se hizo esperar. Decepcionado, Márquez movió su cabeza y al lado de sus asesores en la esquina reflejaba impotencia.

La polémica decisión fue de 113-115, 114-114 y 112-116. Uno dio empate, pero dos dieron decisión amplia al asiático y confirmaron haber visto una pelea que no era la de estos contendientes. Así, el filipino conserva artificialmente su título welter de la Organización Mundial de Boxeo.

Juan Manuel Márquez propuso un combate a distancia, de pronto entraba en corto y esquivaba con cintura para terminar colocando sus puños en el rival que sin embargo, no fue fácil y mostró su velocidad con su letal zurda en sus jabs.

Pacquiao no descifró nunca la esgrima del guerrero azteca y solo su recto de derecha le arrojó dividendos, pero los contraataques del mexicano terminaban por desconcertar más su intento de ir más allá y en el quinto round ya reflejaba en su rostro la marca de ese desconcierto.

En el sexto round el campeón soltó sus volados arriba pero un muy veloz Márquez los hizo perderse en el aire mientras encontraba con su izquierda rápida la zona hepática y remataba el rostro con derechas, provocando la reacción de aficionados que entonaban "Cielito Lindo" con todas sus fuerzas.

Titubeó Márquez cuando el filipino lo metió en su juego corto y el intercambio fue parejo, pero el entrenador Nacho Beristain le llamó la atención en el descanso para no cometer ese error que podría dejarlo en la lona, ante el formidable rival.

Aunque en el octavo reflejó cansancio, Márquez retomó ritmo en el noveno y similar resultado en el décimo; no había manera de que el campeón tomara el mando y en el mismo décimo hubo un resbalón que así calificó el réferi, pero fue en el 11 cuando el poder de Márquez estalló en la frente de Pacquiao, abriendo una herida que sangró el resto del pleito.

La pelea terminó con el recital de boxeo del mexicano nunca descifrado por el filipino que estuvo mucho tiempo a la distancia y sus incursiones en corto se perdían en el aire, aún cuando el final le dio varias satisfacciones.

La campana marcó el final y Márquez levantó el puño y sonrió ampliamente. Pacquiao y su esquina estaban sombríos. Todo mundo esperaba el resultado que le daría al mejor boxeador que tiene México en estos momentos, el título de campeón mundial de los welter de la OMB.

Pero todo el mundo y la pelea misma fue insuficiente para los jueces de Las Vegas: le preservaron el cinturón a Pacquiao, como ya había ocurrido una vez, sin importarles exponerse a la crítica general tras los gritos señalando el fraude y un cuadrilátero lleno de objetos lanzados por los iracundos y decepcionados aficionados.