TIJUANA, B.C., 16 de julio de 2020.- La Comisión Estatal del Agua (CEA) de Baja California, ha decidido cancelar el proyecto de la desaladora que nacía en Playas de Rosarito.
Así lo ha comunicado al consorcio Aguas de Rosarito la Junta del Distrito de Agua de Otay, en California, a través de Mark Robak, miembro de la Junta del Distrito.
"La CEA informó a Aguas de Rosarito, (consorcio) creado para entregar el agua desalada de mar, que se terminaba el contrato realizado desde agosto del 2016", tuiteó hoy el funcionario del organismo, quien divulgó un documento en el que se exponen las causas de la cancelación, entre ellas que el proyecto no es financieramente factible debido a aumentos en los costos de construcción, operación y financiamiento, a lo cual se agregan cambios negativos en las tasas de interés y de cambio de divisas, lo cual presionará para aumentar las tarifas de agua.
"Obliga al gobierno estatal a cubrir los déficits de costos, evitando así el gasto en inversión o programas sociales. Afecta negativamente el interés general", dice la carta, que también pidió un inventario de activos del proyecto, incluidos 24.2 millones de dólares en propiedad y costos de derecho de paso.
El Distrito de Agua de Otay, proveedor público de agua, agua reciclada y servicio de alcantarillado en Estados Unidos, ubicado en la zona colindante con Tijuana, esperaba que México le vendiera el líquido, a través de la desaladora y tenía su propio comité de seguimiento.
En una memoria de una reunión en diciembre de 2017, se expone que la junta del organismo debería esperar hasta 2020 para ver el curso del proyecto, "después de las elecciones presidenciales del 2018 y las elecciones para gobernador del 2019", indica la minuta y se hace referencia a una tubería aprobada por el Gobierno de Estados Unidos en mayo de 2017 para importar agua.
El pasado 2 de julio, el Secretario para el Manejo, Saneamiento y Protección al Agua del Estado, Salomón Faz Apodaca, informó que el Gobierno de Baja California revisaría este mes si seguiría el proyecto de la planta desaladora.
Apenas el 29 de marzo de 2019, el ex Gobernador panista Francisco Vega solicitó una actualización del presupuesto original para el proyecto, que se dio a conocer públicamente en 2015, y el 7 de noviembre pasado, el actual Gobernador Jaime Bonilla, quien presidió el Distrito de Agua de Otay por varios años, expresó que el estado no podía pagar 158 millones de pesos mensuales.
BUSCARÁN ALTERNATIVAS
Salomón Faz Apodaca, dijo que queda abierta la opción a hacer un proyecto de menor tamaño, que cumpla con las necesidades de agua de Tijuana. Y que "ya se iniciaron los procesos de notificación a la empresa Aguas de Rosarito sobre la recisión del contrato; ya lo están viendo áreas con miras a negociar la no continuación del proyecto".
"(Se canceló) por el tamaño del proyecto y el impacto en las finanzas públicas del estado, fundamentalmente ese fue el tema que nos llevó a esa decisión", agregó, y precisó que se necesita una nueva propuesta con un tamaño adecuado para Tijuana, que necesita para los siguientes años hasta un metro cúbico por segundo para una holgura de 10 años por delante.
Finalmente dijo que "en esa figura de asociación público privada, en el que entramos como socio, si vamos pagando el metro cúbico y la planta para que sea del estado, pues tiene impacto en las finanzas públicas, y fueron recibidas muy comprometidas en gasto, con deudas con maestros y proveedores".
Tijuana debe tener la seguridad de agua a largo plazo; a corto plazo son pozos y el acueducto (desde el Río Colorado, en Mexicali) está llegando al 100 por ciento, pero “vamos a terminar obteniendo agua de mar como una alternativa de mediano y largo plazo para el desarrollo de la zona”, reconoció.