+Ahuyentan plagios, levantones y robos a decenas de alumnos
Veronica Ayala
MONTERREY, 05 Octubre de 2010.- La crisis de inseguridad que se ha agudizado en Nuevo León está golpeando a las principales universidades del Estado, reduciendo su atractivo para muchos estudiantes foráneos, tanto nacionales como extranjeros, y hasta haciéndolos abandonar las clases a mitad del semestre.
En los últimos años, cada semestre son más los alumnos procedentes de otras entidades que optan por no volver o dejar las instituciones locales y continuar sus estudios en sus ciudades de origen o en otros Estados con menores índices de delincuencia.
Estudiantes universitarios señalan que esta situación se observa en varias escuelas, como la UANL, la UDEM y la UR, pero que el impacto es mayor en el Tec, pues históricamente es el de más matrícula de alumnos foráneos.
Es en esta última institución donde se ha dado el más reciente fenómeno de éxodo estudiantil.
Fuentes estudiantiles del Tec aseguraron que, en las últimas semanas de septiembre, decenas de alumnos, principalmente de Sonora y Sinaloa, abandonaron el Campus Monterrey y la Ciudad en pleno semestre.
De acuerdo con los mismos estudiantes, más de 40 jóvenes se fueron en el último mes.
Fuentes cercanas al Tec Campus Monterrey, que pidieron el anonimato, aseguran que los casos son sólo unos cinco o 10.
Sin embargo, Víctor Gutiérrez Aladro, director del Campus Guadalajara del Tec, reveló que unos 130 alumnos de distintas carreras han salido del Campus Monterrey para evitar la inseguridad.
Gutiérrez señaló que, en el semestre iniciado en agosto, llegaron a Guadalajara 30 estudiantes de transferencia provenientes de Monterrey por motivos de seguridad.
La reciente salida masiva de estudiantes de Sonora y Sinaloa se debió, principalmente, a que varios alumnos de esos Estados fueron víctimas de levantones, secuestros y robos.
"Se están dando de baja del Tec y, por ejemplo, todos los primos de esa gente, todos los familiares que estaban aquí, dejan las casas (y) se dan de baja del Tec", contó un joven de Sonora que prefirió omitir su nombre.
"Los que pueden se transfieren al Tec de Culiacán o al DF", añadió, "y los que no, ya nada más las materias que puedan llevar en línea las llevan... y se toman el semestre sabático".
Armando Bahena Vigna, director de Crecimiento y Comunicación en el Campus Guadalajara, corroboró que entre los alumnos que llegaron de transferencia desde Monterrey había varios de Sinaloa.
Aunque la primera señal de un éxodo de alumnos se dio tras la muerte en marzo pasado de dos estudiantes, abatidos por las balas en un tiroteo entre sicarios y militares a las puertas del Campus en Garza Sada, la situación se ha agravado ahora.
Entre los casos de inseguridad que propiciaron la más reciente salida de estudiantes en el Tec destacan tres, siendo el primero hace casi un mes.
En esa ocasión, un alumno originario de Culiacán fue levantado cuando se dirigía a un concierto y lo liberaron días después, luego de que su familia pagó un rescate.
Una semana después de este incidente, otro estudiante de Culiacán sufrió un hecho similar en la zona de la Huasteca, en Santa Catarina.
Según compañeros, el joven habría sido confundido con un integrante de un grupo del crimen organizado por traer placas de Sinaloa y fue torturado durante cuatro días antes de su liberación, para la cual también se pagó dinero.
"Traía (el estudiante) un carro con placas de Culiacán y, entrando a la Huasteca, se le fueron encima, lo levantaron", dijo uno de sus mejores amigos.
"A ése sí lo golpearon, porque pensaron que era de un cártel (y) lo tuvieron cuatro días torturándolo.
"Pero él no tenía idea de lo que le preguntaban... y sus jefes (papás) se movieron y lo soltaron".
Un par de días después, confirmaron los estudiantes y personas allegadas a la institución, un alumno procedente de Guaymas también fue secuestrado y golpeado por delincuentes, de quienes consiguió escapar.
Este incidente, ocurrido afuera de un restaurante en Avenida Lázaro Cárdenas, en el sector de Valle Oriente, fue el detonante de una psicosis entre el alumnado foráneo y los padres de familia.
El impacto fue tal que, según versiones extraoficiales, el Tec debió intervenir para evitar una fuga masiva de foráneos.
La situación provocó que los estudiantes que optaron por quedarse para completar el semestre cambiaran su estilo de vida, por lo que muchos ya no acostumbran salir de sus casas más que para lo indispensable.
Otros pretenden terminar el semestre y no regresar en enero.
"Siempre había estado el rumor de la inseguridad, pero nunca como que a nadie cercano de nosotros (le había pasado algo), nunca en nuestro círculo había pasado nada", comentó un joven, de cuyo grupo de amigos sólo quedan cuatro de 20 en la Ciudad.