+ Los deja fuera de su designación como terroristas
LOS ANGELES, Cal., 8 de febrero de 2025.- Estados Unidos intensificó su estrategia contra el crimen organizado transnacional con el oficio emitido por la Fiscalía General que inicia una ofensiva contra los principales cárteles mexicanos y pandillas hispanas como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, la Mara Salvatrucha y el Tren de Aragua, hacia quienes dirigirán esfuerzos represivos.
Pero se generan reacciones encontradas. Expertos en seguridad lo ven como un paso necesario para combatir el narcotráfico y la violencia asociada, pero también visualizan un sesgo racial y político en la estrategia, pues solo enfoca estructuras criminales hispanas y dejan fuera a organizaciones estadounidenses igual o más peligrosas.
La administración de Donald Trump etiqueta como terroristas a los cárteles mexicanos y pandillas latinas, pero grupos criminales de supremacistas blancos siguen operando al interior de ese país sin estar incluidos en esa categoría.
Destacan “Hells Angels”, temido grupo de motociclistas que trafica drogas, armas y extorsiona, con amplio historial de violencia; y Aryan Brotherhood (Hermandad Aria), supremacistas blancos cuya estructura altamente organizada opera en las prisiones estadounidenses y tiene entre 15 mil y 20 mil miembros activos, involucrados en narcotráfico y asesinatos por encargo.
También son conocidos otros clubes de motociclistas vinculados al crimen organizado, traficantes de metanfetaminas y generadores de violencia en el país, como “The Outlaws” y “The Bandidos”.
DEA VE RACISMO
La jefatura de Operaciones Internacionales de la Administración de Control de Drogas (DEA) criticó la política de Trump, pues el enfoque solo refuerza el racismo en la lucha contra el crimen; nunca menciona a las pandillas supremacistas blancas y jamás se escuchará a Trump decir algo en contra de esos grupos.
Oficiales de la DEA y del Buro federal de Investigaciones (FBI) cuestionan la efectividad de esas agencias, centradas hoy en detener migrantes en lugar de investigar a profundidad a esos grupos criminales.
Designar a los cárteles como organizaciones terroristas autoriza al gobierno de EU a aplicar sanciones más estrictas, pero se advierte que esto podría generar efectos colaterales en la relación con México, país que ha rechazado esta clasificación al argumentar que permitiría intervenciones militares extranjeras en su territorio y afectaría a ciudadanos mexicanos, ya que cualquier vínculo con un grupo así designado implicaría restricciones migratorias más severas.
La estrategia de seguridad de Estados Unidos, resumen, se enfoca en la represión, no en la prevención, dejando fuera inteligencia y cooperación bilateral más efectivas, por eso mientras algunos ven en esta medida una herramienta para frenar el narcotráfico, otros advierten que no ataca el problema de raíz y se usa la designación terrorista con fines políticos.
HASTA EXTERMINARLOS
Sinaloa es de nuevo el ojo del huracán luego de esa declaración de guerra del gobierno de Donald Trump: “hasta exterminarlos, borrarlos de la faz de la tierra”, sentencia emitida por el fiscal general contra los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, “principales productores de la producción y exportación de fentanilo”.
El fiscal no aclaró donde se desarrollará está guerra, por eso la presidenta Claudia Sheinbaum, al referir que el comunicado “no está muy claro”, conminó a las autoridades de Estados Unidos a que “empiecen por su país” y cuestionó: ¿Qué no hay carteles y delincuencia organizada allá?, ¿Cómo cruza la frontera y como se distribuye en las calles?.
La presidenta de México prefiere hablar de coordinación y reitera su defensa a la soberanía de México, donde “nosotros haremos nuestra parte”.
Preocupa sin embargo, que el llamado zar de la frontera ha declarado que no se descarta incluso la intervención del ejército estadounidense en suelo mexicano, lo cual remarca la especulación sobre una guerra frontal del gobierno de Donald Trump contra los gobiernos de Morena.