+ El alumno, único afectado por la huelga de la UNISON; crece el lío triguero en el sur de Sonora; de nuevo exhiben el desorden urbano en San Carlos; se equivocaron marinos al usurpar funciones de inspectores de Pesca; sugiere corrupción actitud de líder magisterial
GUAYMAS, Son.- Por supuesto que solo un buen acuerdo pondría fin en la Unison a la huelga de maestros y trabajadores, para dejar de afectar al estudiante, principal víctima del choque entre las partes en pugna.
Ningún lado antepone lo que el gobernador Alfonso Durazo llamó “el derecho innegociable a la educación de las y los estudiantes universitarios”, al pedir esos acuerdos. Confirmó que mediará hasta donde sea posible por una solución y que el Estado destinó más dinero que nunca para este objetivo.
El monto es histórico, para citar el término utilizado por el gobernador. Ha ofrecido más que nunca y ni así, maestros y trabajadores, ceden, por eso está en riesgo el resultado en el plan de estudios del alumnado.
Pero el gobernador tiene límites al hacer gestiones, por aquello de la autonomía universitaria que, eso sí, no pone obstáculos cuando se habla de recibir recursos que por lo pronto representan más de 100 millones de pesos para solventar ese litigio. Sí, el apoyo más grande en la historia del estado que haya recibido la Universidad de Sonora.
Urgen los acuerdos, porque la oferta a los paristas allí está, aunque para ellos no es suficiente. Y tampoco quieren que el gobernador emprenda lo que ellos consideran campañas mediáticas o en redes, contra la huelga, pues eso “no abona a la solución” y niegan sea asunto de mucho dinero, pues “solo” se trata de resolver estos puntos:
Cubrir las 250 plazas vacantes por fallecimiento o jubilación de maestros, ya presupuestadas; promover vivienda para profesores jóvenes que no la tienen; convenio para modificar su ISR; modificación del Estatuto Personal Académico; y prestaciones donde sobresale el 10% de aumento en su ingreso.
Hay asegunes en cada caso. Se tendría que poner lupa a eso de la vivienda, pues todo nuevo trabajador batalla para obtenerla, no es asunto del Estado; y entender eso del Estatuto Personal puede dar sorpresas, como lo del ISR. Es asunto interno, sí, pero viendo los toros desde la barrera, eso indicaría que el plazo del paro se va a extender, y eso no es justo para los estudiantes.
Y si el estado metió sus manos, ojalá acelere soluciones y no repita el error de meterse en el problema de los productores trigueros del sur de Sonora, que ahora se lo endilgan exigiéndole la solución cuando eso no es correcto.
Malamente los asesores de Durazo lo metieron en un problema de paridad peso-dólar, exportaciones o precios de garantía. Quizá solo buscaban colgarse medallas y ahora no encuentran la salida.
Eso, como las agitaciones que ahora se viven y hasta invasiones cuyo origen estaría en la provocación política, es tema de la Federación y desde allá se debe manejar. El estado solo debe ofrecer coadyuvancia y listo. No le busquen.
SAN CARLOS: PAREN EL DESORDEN
La reportera Claudia Alejandri resumió bien en el diario Expreso de julio Luebbert, el problema típico de San Carlos: cada quien hace lo que le da la gana apoyado por funcionarios irresponsables o ineptos, por eso invaden suelos, construyen, amplían o modificar sin respetar reglas o bases del desarrollo ordenado.
Dio, Claudia, en el clavo al describir el impacto negativo de esto, principalmente en la plusvalía buscada por el inversionista.
El único muro existente para no estar peor, es el de los desarrolladores tradicionales, negados a sumar sus suelos a proyectos cortoplacistas de efecto material inmediato, pero grave daño en el corto futuro, pero siempre hay quien logra convencer a algún funcionario para saltarse leyes y reglas de Protección Civil, Desarrollo Urbano, Vialidad, etc.
Aquí es donde termino de entender el mensaje de la alcaldesa Karla Córdova hace unos meses, cuando le armaron un “movimiento social” que tomó la carretera Teta Kawi, en este destino turístico, por familias exigían servicios.
“Es un asunto de particulares”, les dijo la alcaldesa, y por eso no se podía entrometer. La cara que pusieron los representantes del desorden, esos que venden y venden y vuelven a vender, por encima de cualquier reglamento, cuando comprobaron que había terminado aquel tiempo del plantón y la extorsión política como presión para que el dinero público resuelva los problemas sociales creados por ellos, por esos que tienen nombre y apellido perfectamente identificado.
Vamos a ver si los ministerios públicos y los jueces ya entendieron eso.
DE PESCADORES
El comandante de la VI Región Naval Militar, vicealmirante Alfredo Hernández Suárez, debe poner atención en el conflicto que sus oficiales le están creando, al asumir funciones encomendadas a inspectores de la Comisión Nacional de Pesca.
Hace unos días detuvieron a pescadores del tradicional barrio pesquero de La Cantera y los despojaron de sus redes porque estamos en veda camaronera. No sabían nuestros valientes Infantes de Marina ni sus comandantes, que esas redes son para capturar pez sierra y la arribazón dura pocos días, así que en menudo lío metieron a los hombres de mar para llevar el pan de cada día a casa.
Los inspectores de Octavio Almada sí conocen la diferencia entre las artes de pesca y a los pescadores mismos. Los marinos no, así que no los dejen solos en esa tarea.
OTRA DE LÍDERES MAGISTERIALES
En la Secundaria Técnica “Francisco I. Madero” se convocó a maestros para ocupar una plaza.
La ganó Wendy “N”, pero no se la hicieron buena. Desde el 16 de febrero nadie hace el obligado trabajo y el alumnado es el afectado.
Se supone que el sindicato ha intervenido para imponer a Israel “N”, quien impugnó el resultado aprobado por todos los sinodales calificados por la autoridad educativa.
Wendy se desencantó y se dio por vencida, porque ni el director, José Burciaga, ni el representante sindical, Arturo Lomelí -- ¿Será el regidor que ocupó la Secretaría del Ayuntamiento con Sara Valle?— pudieron hacer nada por ella.
Bueno, pues ahora la maledicencia pública acusa “mano negra” para favorecer a Israel, concuño de Arturo Lomelí. ¿Seguirá el SNTE con las mismas prácticas corruptas del aún cercano pasado?