+ Tardan, pero por fin confirman obras portuarias; Semar vía Asipona agregará 243 MDP para rescatar vialidades; oficinas de puerto “limpiarán” el ambiente frente a la bahía; Sebastián Orduño promete castigo por irregularidades de la playa incluyente
GUAYMAS.- En julio comenzaría a fluir la inversión para la expansión del puerto, que agrega mejorías a las principales vialidades de la vieja ciudad para recuperar el Centro Histórico.
El propio presidente López obrador lo anunció y reiteró al confirmar que van por más mercados de la cuenca del Pacífico y, ahora sí, captar algo que caiga de la mesa de los saturados puertos californianos.
Hasta llegar septiembre se pudo hablar de licitaciones, tras la reunión que López obrador encabezó en la oficina de la Administradora del Sistema Portuario Nacional, donde dio luz verde para develar proyectos que no son todos nuevos, aunque ahora amplían metas para ayudar a Guaymas.
Rogelio Bello Aguilar, contralmirante en retiro devuelto a la burocracia como administrador de esta empresa, soltó detalle de lo que también el gobernador Alfonso Durazo resalta con entusiasmo para, desde aquí, relanzar el crecimiento económico de Sonora.
Infaltable al lado, el jefe comercial, Guillemo Von Borstel, experto en lo que ocupa el puerto de altura, agregando explicaciones que los titulares no aprenden por la constante rotación, con quien recordamos metas planteadas por décadas. Incluso cuando Enrique Peña Nieto anunció –lo firmó como promesa-- inversiones por 12 mil millones de pesos en 2012.
No se cumplieron, aunque al puerto le fue bien por el trabajo sobresaliente de José Luis Castro Ibarra como titular de la exApiguay, quien amplió espacios para carga y atrajo empresas trasnacionales que duplicaron los negocios.
Hoy, Bello Aguilar hizo aflorar la esperanza de los guaymenses que sí quieren a Guaymas y desean verlo como lo mira el gobernador Durazo: la plataforma del relanzamiento económico.
La condición actual del puerto no refleja ese potencial, porque fallaron los representantes locales en su meta y eso nos llevó al desastre del que ahora el esfuerzo conjunto debiera sacarnos. El jefe de Asipona explica cómo crecerá el negocio portuario y describe cómo participarán en mejorar la ciudad.
Porque habilitar espacios en el recinto portuario es rutina, como es el dragado; construir un muelle es proyecto viejo, pero ahora sí se hará; el tablaestacado para fortalecer muelles está en la agenda de mantenimiento, como almacenes y plataformas o la red ferroviaria interior.
Mala noticia es que no hay cruceros turísticos como los que promovieron con éxito el gobierno estatal de Eduardo Bours y municipal de Antonio Astiazarán, junto con el diputado y luego titular de Puertos con muchos afectos en Guaymas, Patricio Reyes Roel, en la primera década del siglo. La atractiva Terminal Internacional de Cruceros ahora será muelle de carga general.
El proyecto del frigorífico para revisión aduanera es nuevo, gestionado para ganaderos y agricultores regionales, como son las nuevas oficinas para Asipona en avenida Serdán, donde el Fonatur incumplió y convirtió el suelo, donado por el Estado para su mercado de artesanías, en hábitat de gente de la calle rodeado de estanques de agua pluvial cuando llueve, y aguas negras todos los días.
Otra novedad que entusiasma son los primeros 120 millones de pesos para drenaje y alcantarillado, hoy una amenaza a la salud debido a que la Comisión Estatal del Agua fue omisa en su mantenimiento.
Y la rehabilitación del bulevar Porfirio Hernández que el propio puerto destruye con sus pesados carros de carga, al que seguirá la avenida Serdán.
Asipona tiene 2,302 millones de pesos para invertir en 2022 y 23, más 1,624 para sumar recursos a la carretera a Chihuahua. Muy buenos.
Pero nos han dicho que rehabilitar el drenaje cuesta 1,600 millones de pesos y 600 las vías señaladas, y solo arrancará con 243. A menos que hoy, mañana, Estado y Federación agreguen cirugía y “quimios” a la aspirina con la cual se busca acabar con el cáncer que extingue a la ciudad.
Sin embargo, hay ya algo para comenzar y eso crea esperanza inexistente hasta el año pasado, cuando no había autoridades para resolver problemas de la comunidad, sino los suyos propios y de quien los puso en esos cargos. Por eso está así la ciudad.
Y por eso también hay desesperanza de muchos ciudadanos que, al conocer los proyectos confirmados por el almirante Bello y el capaz escudero institucional Von Borstel, sueltan el “a ver si es cierto”, “a ver si se hacen” y no falta el materialismo de quienes opinan, no deben hacer nada en ese sitio porque “ya se murió ese lugar”, o “no hay viabilidad”.
No entienden. Se va a rescatar el lugar de la contaminación social y material, ayudar a damnificados de la ruina en la que sumieron el área. Son vidas humanas, no negocios.
SEBASTIAN VA EN SERIO
“Ni perdón ni olvido”, dice Sebastián Orduño al exigir castigo por irregularidades --eufemismo de ladronadas— al construir la playa incluyente en San Carlos, a quienes desaparecieron 8.4 millones de pesos que, si le rascan tantito, subirían a 14.
La explicación de Sara Valle por tal estafa no convenció al ISAF y ahora debe procederse al castigo por los desvíos realizados con un cinismo típico de confianza en la impunidad en la que vive.
A ver cómo le va al nuevo contralor Municipal, a quien “ni pelan”, y a Memo Noriega, el contralor estatal a quien parece que sí “pelarán” si pide acciones al fiscal Anticorrupción y al ministerio público.
El diputado Orduño lo dijo en campaña, ratificó al asumir y hoy confirma: van por cuentas claras. Eso es lo que Guaymas y sonora, siempre han querido.