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Despiden a obispos pederastas en Chile

+ El papa ofrece disculpas por no atender denuncias en su pasada gira; “He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”, dijo; acusó la iglesia chilena de destruir evidencias y de trasladar a obispos acusados de un lado al otro


altROMA, Italia, 12 de Junio de2018.- El diario New York Times recordó en una publicación que destaca hoy, que en enero, el papa Francisco ofendió a los sobrevivientes de abuso sexual eclesiástico y puso en entredicho sus promesas de combatirlo cuando defendió a un obispo chileno de la supuesta “calumnia” de víctimas.

Este lunes, Francisco aceptó la renuncia de ese mismo obispo, Juan Barros, de la diócesis chilena de Osorno, y otros dos obispos es un cambio de opinión a destacar porque hace 6 meses parecía que el escándalo del abuso sexual en Chile podría socavar la credibilidad del papa.

El diario neoyorquino resume que las víctimas de ese abuso y sus defensores, tienen la esperanza de que “empiece una época en que la jerarquía de la Iglesia católica tenga que rendir cuentas por ignorar o, en algunos casos, encubrir esos abusos”.

Una de las víctimas chilenas más que más ha hablado sobre el tema, Juan Carlos Cruz, celebró la decisión en sus redes sociales, donde escribió que “Se van tres obispos corruptos y seguirán más. Emocionante por tantos q han luchado para ver este día. La banda de obispos delincuentes @episcopado_cl se empieza a desintegrar hoy!

Cruz fue víctima del sacerdote Fernando Karadima, clérigo chileno acusado por el Vaticano de pederastia y quien era mentor de Barros. Este obispo fue testigo de los abusos pero no hizo nada al respecto die el señalante.

El papa aceptó también las renuncias de Cristián Caro Cordero, obispo de Puerto Montt, y de Gonzalo Duarte García de Cortázar, obispo de Valparaíso, ambos de 75 años, la edad obligatoria de jubilación para obispos. Barros, tiene 61.

El retiro de los obispos sería parte de más despidos de obispos chilenos, predicen observadores eclesiásticos; toda la conferencia presentó su renuncia en mayo, aunque la dimisión del resto aún no ha sido aceptada.

Francisco designó en 2015 a Barros a la diócesis de Osorno; esa decisión desató enojo entre los católicos locales y las víctimas de Karadima. El parlamento encabezado por socialistas intentó bloquear la instalación de Barros y Francisco declaro: “Piensen con la cabeza y no se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos”, en referencia al gobierno de izquierda.

Lo siguió defendiendo en enero pasado durante el viaje oficial que hizo a Chile, donde afirmó que nunca vio pruebas en contra del obispo, pero la presión que enfrentaba Francisco aumentó cuando yuya había regresado al Vaticano.

Hasta entonces aceptó enviar a su investigador de delitos sexuales, el arzobispo de Malta Charles Scicluna, a entrevistarse con las víctimas de Barros. El enviado habló con 64 personas y entregó un reporte de 2 mil 300 páginas, cuyo contenido obligó al papa a emitir una disculpa.

“He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”, dijo el representante del catolicismo. Habló de remplazar a los obispos y acusó a la jerarquía eclesiástica chilena de destruir evidencias y de trasladar a obispos acusados de un lado al otro.

Otros obispos que han sido acusados de encubrir abusos incluyen al cardenal Ricardo Ezzati, de Santiago, y a Alejandro Goic, quien hasta hace unas semanas presidía el Comité de Protección para la Infancia de la Conferencia Episcopal chilena.

El jueves pasado, en Ginebra, activistas en contra del abuso sexual eclesiástico anunciaron la formación de un nuevo grupo internacional, End Clergy Abuse, y demandaron que Francisco retome los planes para establecer un tribunal vaticano que haga rendir cuentas a obispos en caso de encubrimiento o cuando no detienen los abusos.

En Australia, varios prelados enfrentan cargos, en diócesis estadounidenses ha habido redadas y en Inglaterra hay una gran investigación; los expertos notan que las autoridades civiles ya no ven como intocables a los líderes eclesiásticos y ahora quedan dudas sobre cómo lidiará el Vaticano con su propia estructura y si Francisco seguirá actuando en el mismo sentido, termina diciendo el influyente medio estadounidense.