WASHINGTON, Octubre 02 de 2010.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió disculpas y expresó hoy a su colega guatemalteco, Álvaro Colom, su “profundo pesar” por los experimentos que infectaron intencionalmente a personas de ese país con sífilis y gonorrea en los años cuarenta.
Obama llamó hoy por teléfono a Colom para comunicarle personalmente ese mensaje y pedir disculpas a todos los afectados, informó la Casa Blanca.
En la conversación, el mandatario estadunidense expresó el “compromiso inquebrantable” de su país para garantizar que los estudios médicos actuales cumplan todos los estándares éticos y legales internacionales.
Obama también “subrayó el profundo respeto de EU por el pueblo guatemalteco y la importancia de la relación bilateral”, según el comunicado.
Previamente, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que el experimento “es algo chocante y condenable. Es trágico y EU, desde luego, se disculpa ante todos aquellos afectados por esto”.
Y la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, se disculpó ante Guatemala en un comunicado conjunto con la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, y anunció una investigación sobre lo ocurrido.
Clinton calificó de “antiético” el estudio estadunidense de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se desarrolló durante dos años en Guatemala, entre 1946 y 1948, durante el Gobierno de Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951).
“Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación”, señala el comunicado.
En los experimentos, liderados por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en la administración de Harry S. Truman (1945-1953), se estudiaba el desarrollo de las enfermedades en periodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados.
Las prácticas han salido a la luz gracias a un estudio de la investigadora de la Universidad de Wellesley Susan Reverby, que afirma que infectaron a 696 personas, muchas de ellas pacientes internados en instituciones para enfermos mentales.
Clinton y Sebelius se mostraron “indignadas de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública” y aseguraron que “no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala”.
De acuerdo con el estudio de Reverby, los experimentos trataban de determinar si la penicilina podía prevenir, y no sólo curar, una infección de sífilis.
Los sujetos fueron infectados mediante visitas de prostitutas que tenían la enfermedad e inoculación directa, y a muchos de ellos se les alentó a que contagiaran a otras personas, según la investigadora, que no pudo determinar si los pacientes fueron curados o tratados más adelante.