Teatro de la República, Querétaro, 5 de febrero del 2012.- El Presidente Calderón encabezó la conmemoración por el XCV aniversario de la Constitución de 1917.
En su discurso, recordó que los Constituyentes plasmaron en la Carta Magna principios, libertades y derechos de los ciudadanos, además de establecer un sistema democrático con pesos y contrapesos entre poderes. Señaló que, como Presidente, es su obligación constitucional cumplir y hacer cumplir la ley, por lo que, con ayuda de las fuerzas federales, el Gobierno Federal enfrenta el desafío del crimen organizado. Aseguró que, en la lucha por la seguridad de los mexicanos, la consolidación institucional ha sido fundamental, pues en la fortaleza de las instituciones reside el pleno cumplimiento de la ley. Agregó que el esfuerzo debe incluir a todos los órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal.
Tras mencionar que se han aprobado reformas históricas, como la reforma al sistema de justicia penal, la reforma constitucional en materia de Amparo o la reforma en materia de derechos humanos, entre otras, el Jefe del Ejecutivo aseveró que aún quedan muchos pendientes. Asimismo, urgió a que se discutan y aprueben la Ley de Mando Único policial, la Ley contra el Lavado de Dinero y la Ley de Seguridad Nacional pues afirmó que, si bien los tiempos de los criminales pueden ser indefinidos, los tiempos de los gobiernos y las legislaturas son limitados. Añadió que los mexicanos no pueden esperar más para contar con leyes e instituciones que los protejan de la amenaza del crimen organizado.
Antes de finalizar su discurso, el Primer Mandatario sostuvo que sólo con instituciones fuertes es posible alcanzar un Estado de derecho que haga de México un país más seguro, justo y próspero. Adicionalmente, apuntó que el Estado de derecho permitirá a la sociedad mexicana gozar plenamente de sus libertades, forjar una nación con igualdad de oportunidades, y tener una economía competitiva y generadora de empleos.
Por último, el Presidente afirmó que la Constitución ha sido, es y debe seguir siendo el mecanismo rector del sistema político, y que debe orientar el esfuerzo todos los buenos mexicanos.