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No hay ley en la frontera con Guatemala

+ WikiLeaks exhibe el control del `narco´ en esa zona, publica El País

          CD. DE MÉXICO, 11 de diciembre de 2010.- En la frontera del sur de México hay un paraíso para narcotraficantes y contrabandistas de armas, donde acampan sin ningún impedimento, llegan y salen avionetas cargadas de cocaína en pleno día y no es raro enterarse de la colusión policíaca y cárteles de la droga, principalmente con "Los Zetas".

El control del crimen organizado es tal que la población resolvió aceptar la protección de estos grupos, según revela un nuevo cable de EU expuesto por WikiLeaks y que hoy publica el diario español El País.

Se detalla la nula vigilancia y ninguno de los países "trabaja seriamente para que se cumpla la ley". También, que mientras los 3 mil kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México es cuidada por 30 mil elementos estadounidenses, México sólo tiene 125 agentes para cuidar mil kilómetros de la frontera sur.

"Desafortunadamente", dice el despacho de los Estados Unidos, la visita a los 3 pasos fronterizos entre Guatemala y México: Playa Grande, Cobán y San Marcos, revela serios problemas de seguridad y cumplimiento de la ley.

"Los limitados recursos también socavan los esfuerzos: mientras hay 30 mil oficiales de EU en las 1.926 millas (3 mil 99 kilómetros) de frontera Mex-EU, sólo 125 oficiales de inmigración mexicanos controlan las 577 millas (928 kilómetros) de frontera con Guatemala".

"Los oficiales mexicanos confirmaron repetidas veces que ellos no tienen los recursos humanos para dirigir los esfuerzos de manera efectiva a lo largo de la frontera sur".

"En Playa Grande, al oeste de la frontera de México", se explica en un telegrama, "las unidades del ejército de Guatemala no tenían los recursos suficientes para combatir a los narcotraficantes que utilizan la zona como un punto de tránsito".

La visita se produce en octubre de 2009 y se apreció que "las comunidades locales alrededor de Playa Grande estaban siendo pagadas por los narcotraficantes e impedían el acceso a los policías y militares".

Pequeñas aeronaves de 1 ó 2 motores vuelan regularmente a Guatemala, principalmente desde Venezuela, llevando más de mil 200 kilos de cocaína. Los narcotraficantes aterrizan en pistas clandestinas y descargan en aproximadamente 7 minutos. Camiones ya situados en la pista de aterrizaje transportan la droga directamente a México y a los Estados Unidos".

Los cables de la embajada describen la visita de su personal a la base militar de Playa Grande, al noroeste de la ciudad de Guatemala: "Carece de los recursos más básicos". El comandante de la base les explica que sólo dispone de 2 camionetas pick-up y 1 camión.

"La cooperación con la policía y los fiscales es difícil ya que hay solamente 5 oficiales de policía y 3 fiscales para cubrir toda el área".

Sobre el narcotráfico, el informe cita que "han invertido mucho en infraestructuras públicas, demostrando capacidad para traer mejoras a zonas remotas del país, suplantando al Estado. El comandante de la base señaló que la población local ha empezado a rechazar a policías y militares. Cree que los locales están pagados por los narcos para mantener la presencia del Estado fuera de la zona".

La Embajada constató que patrullar zonas fronterizas "es una hazaña casi imposible". Un alto mando local explicó que existen 43 pasos "no oficiales"; grandes camiones cruzan fácilmente de Guatemala a México sin ser detectados. De los 8 pasos fronterizos, 4 están controlados por oficiales de frontera. "La falta de recursos en Playa Grande", finaliza el informe, "es alarmante".

En Cobán, analiza otro cable, hay similar situación: "Lo que está ocurriendo allí es típico de muchas áreas rurales de Guatemala. Las fuentes nos dicen que la policía es corrupta y está relacionada con los traficantes, y a veces incluso les proporcionan escolta".

Jueces y fiscales temen hacer su trabajo. Otros están ligados a los traficantes, al alegar que la seguridad no es de su competencia y se hacen de la vista gorda a la violencia del narco en las calles de Cobán. La culpa, según los diplomáticos, la tiene el cártel de Los Zetas, paramilitares que han desplazado a la zona un centenar de sus sicarios.

Según el informe, el cártel llegó por una invitación expresa de uno de los principales narcotraficantes locales, Walter Overdic Mejía, en su intento de asociarse con los mexicanos para ampliar el negocio, pero no le fue bien en su proyecto.

Los Zetas, tras separarse del cartel del Golfo, decidieron trabajar por su cuenta y le disputó la plaza a Mejía: "Están comprando tierra para formar un corredor hacia la frontera de México. Se han reunido con los productores locales de palmera africana para decirles qué tierras pueden comprar y cuáles no". "También se cree que Los Zetas operan un campo de entrenamiento en la zona", finaliza el informe.