La pesca riberaña en problemas y sin apoyo

Jueves 24 de Septiembre de 2020 16:48

Escrito por Muralsonorense.com

+ Presiche Olachea cree que las autoridades caen de nuevo en viejos vicios que afectan a los menos protegidos

GUAYMAS, Son., 24 de septiembre de 2020.- La situación del pescador ribereño, de por sí difícil, se volvió más complicada al surgir la pandemia de Covid-19, pero el problema más grande es que no hay un respaldo oficial para contener esos efectos socioeconómicos para decenas de miles de jefes de familia en los litorales mexicanos, dijo Jesús Presiche Olachea.

El líder social revela que esas complicaciones las enfrentan en todos los estados pesqueros y en Sonora se volvió un drama la caída en las ventas, que llegó al 85%, en tanto que el acopiador comenzó a pagar hasta 40% menos al productor, sin embargo, las grandes cadenas comerciales “dispararon los precios hasta 30 y 40 por ciento arriba”.

Está desprotegido el sector social de la pesca, lamentó, pese a la importancia de su labor al aportar alimentos nutritivos a la población mexicana.

Ahora, el precio de camarón, cuya temporada de captura inició hace unos días, enfrenta una caída de precios pero el principal insumo en sus tareas, la gasolina, es “la más cara del mundo y la tenemos en Guaymas”.

“Nos han puesto ante un panorama tal, que ahora ni con subsidio vemos un futuro para la actividad”, dijo Presiche Olachea.

Respecto al problema principal, dijo que “es lo hemos expuesto, pero si me preguntas quién los provoca, son los funcionarios de la Comisión Nacional de Pesca y Acuicultura y el Instituto Nacional de la Pesca, junto con empresarios pesqueros que acuerdan en “lo oscuro” cuándo y cómo pescar o no”.

En pocos días el esfuerzo pesquero para capturar camarón terminará, describe, porque inicia captura la flota mayor y termina la pesca selectiva del ribereño, para enfrentar la del barco camaronero, cuyas labor de arrastre acusó, genera un efecto depredador.

Pide un debate  público y al gobierno federal tener una mejor actitud para reducir la situación de hambre, incluso, del pescador ribereño, a partir de mejores acuerdos, cesar actos de corrupción vigentes y hacer ver al presidente Andrés Manuel López Obrador la urgencia de aplicar programas que mejoren las condiciones de un sector que aporta mucho a la economía y al la alimentación del país.