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El cáncer no debe ser el fín

+ Una historia para aprender: autoexploración, clave para una segunda oportunidad

          HERMOSILLO, Son., Octubre 23 2011.- Para Marcela Patricia Guerrero Rodríguez, maestra de primaria jubilada de 47 años, la rutina de explorar sus senos le dió la oportunidad de salvar su vida.

“Lloré mucho cuando me enteré, me puse muy triste, me preocupé, pensé que era sinónimo de muerte, pensé que no iba a haber oportunidad para mí y se me vinieron en cascada muchos sentimientos”, expresó la ahora sobreviviente de este mal que aqueja a las sonorenses y que cada día mata a más mujeres.

“Finalmente pensé que antes de morir tenía que vivir y que si mi doctora le estaba echando toda las ganas, yo no tenía por qué estar negativa, mi familia me decía que en la manera que yo estuviera con ánimo iba a darle células buenas a mi cuerpo”, señaló.

Y es que es tan simple explorarse los senos, que las mujeres no deben tener pretextos para no hacerse chequeos en sus mamas regularmente, sostuvo.

“Yo siempre acudía a hacerme mis mamografías y chequeos cada año como lo indican los médicos, yo siempre me realicé mis exploraciones mamarias y en octubre de 2010 me salió una bolita que no me gustó”, relató.

“Al sentirme la bolita en el seno no sentí nada, no me asusté porque pensé que era normal y que a todos nos podía salir, en realidad no me preocupaba bastante, cuando ya me empecé a inquietar es cuando noté que esa bolita empezó a crecer en tamaño y en forma, y que era dura”, recordó la maestra jubilada.

Todo cambió cuando llegó el diagnóstico, las cosas fueron diferentes y el miedo llegó, la desesperación, la angustia y después las ganas de salir adelante.

En familia

“El diagnóstico que me dieron se originó porque coincidentemente a una hermana en marzo de este año le detectaron cáncer de mama; yo me inquieté mucho, me dije: ¿qué pasa?, aquí algo pasa si yo también tengo una bolita tal vez pudiera ser cáncer”, destacó, “entonces me inquieté mucho, me dio miedo y vine con el médico otra vez y le dije: Tengo una hermana con cáncer de mama y a mí me sigue creciendo la bolita de la cual le platiqué”.

La reacción del médico de ISSSTESON fue rápida y mandaron a hacer todos los estudios, la biopsia y el quiste fue extirpado, mencionó, fue cuando llegó el diagnóstico.

“Primero me hicieron una biopsia, dijo que había que extirpar el tumorcito y analizarlo parte por parte y que iba a tener una operación prácticamente ambulatoria para quitarme el tumorcito, cuando me lo quitaron y lo mandaron a analizar resultó que sí era maligno y se tuvo que tomar la determinación de hacerme una cirugía radical para quitarme uno de mis senos”, externó.

Como fue detectado a tiempo, el cáncer fue atacado de raíz y con un tratamiento farmacológico, la vida siguió su curso con una nueva oportunidad para cuidarse y promover con otras mujeres la importancia de conocer su cuerpo y detectar cambios en las mamas.

“Que se exploren, definitivamente al explorarnos al tocar y sentirnos la más mínima de las bolitas debemos de saber que esa es ya una llamadita de atención para que nosotros chequemos nuestro cuerpo, para que acudamos de inmediato a un profesional, que no lo estemos dejando al tiempo o digamos que a mí no me va a pasar, porque yo jamás espere esta enfermedad ni la llame hacia a mi sola llegó”, recomendó.

Finalmente la maestra jubilada agradeció la creación en octubre de 2010 de la Clínica para la Atención Integral de la Mujer de ISSSTESON en Hermosillo donde la atención es especializada y el trato más humano y más rápido para las derechohabientes que lo necesitan.