+ Ricardo y Ernesto vuelven a ser uno; es “para que Sonora gane”, dice el cajemense al dimitir; MC debe nombrar otro candidato; se confirman dos fuerzas en un ambiente político enrarecido por la violencia
GUAYMAS, Son.- Ricardo Bours Castelo fue muy claro al señalar hasta dónde llegaría en su intención de alcanzar la gubernatura de Sonora: “Hasta donde tope”.
Ya topó. Nos lo dijo ayer a los sonorenses a través de los mismos medios que utilizó para describir su muy buena campaña, junto con un anuncio que a muchos no nos sorprendió: se suma a Ernesto Gándara. Al “Borrego”, su amigo, lo cual debió hacer desde el primer día.
Lo hizo, afirma en su carta, “para que Sonora gane”, y será “un factor de unidad alrededor de la candidatura de Ernesto Gándara Camou”. Pero sostuvo que no es una declinación, sino un acuerdo de unidad “en el que ambos hemos convenido para que Sonora, en unidad recupere la seguridad y la prosperidad que las y los sonorenses se merecen”.
Platicaron ambos y buscaron que sus propuestas se complementen, no se enfrenten; caminar en el mismo sentido y dar curso a un gran acuerdo entre todas las regiones y todos los sectores. Y persiste en su insistente objetivo para Sonora en esta expresión con la que convoca a todos y, juntos, avanzar “para vivir sin miedo, para vivir en la seguridad y la prosperidad que Sonora merece”.
Habla de sumar proyectos y propuestas para tener lo mejor de ambos, de experiencia para asegurar un mejor porvenir para la entidad y llamó a los sonorenses a sumar su adhesión a Gándara, porque no quiere que Sonora quede “en manos de intereses ajenos a las y los sonorenses”.
La misiva que saturó las redes contiene una aclaración a lo que vendrá: este acuerdo no es un cheque en blanco porque el continuará señalando y denunciando lo que vaya en contra del interés general de las y los sonorenses.
Pero la decisión fue personal, no de partido, y así lo hizo ver Movimiento Ciudadano al aclarar que seguirá en la contienda “como una señal de respeto a las y los ciudadanos que han confiado en nosotros”, así que deberá escoger un candidato que sustituya al dimitente.
Infaltable la opinión del candidato de Morena, Alfonso Durazo, quien así tuiteó su posición: “Nada nuevo. Anuncian unión los que jamás estuvieron separados. Los intereses de siempre que buscan permanecer. @r_rbc y @EGandaraC demuestran que quieren continuar con el Sonora de unos cuantos. Pero dos malas propuestas no hacen una buena en ningún lado”.
Ernesto Gándara, beneficiario de este paso, por supuesto que celebró la decisión, afirmando que “en tiempos de crisis, las y los sonorenses sabemos construir la unidad”, al opinar que sí se puede lograr la unidad y construir cosas buenas para Sonora.
Reconoció en Ricardo Bours a “un hombre de bien, de familia, marido, padre, empresario, servidor público, pero sobre todo ciudadano de bien con el que, a partir del día de hoy, estamos consolidando una suma un esfuerzo y proyecto juntos por Sonora”.
Así la historia de quien, hace meses vez entrevisté y otras charlé en ambientes informales, dejándole ver mi duda sobre el límite de su mira electoral, pues lo lógico era apoyar a su amigo Ernesto, pero me convenció su respuesta: “yo ya le di mi apoyo (en 2015, por ejemplo), ahora le toca a él dármelo a mí”.
Se fueron por separado y ahora se hace la mar de interesante este paso, porque a su explicación de que debe evitarse la imposición de un modelo centralista en Sonora, agrega la falta de un proyecto “de unidad verdadera y genuina a favor de los sonorenses”, por eso este acuerdo “en el que ambos hemos convenido para que Sonora, en unidad, recupere la seguridad y la prosperidad que las y los sonorenses merecen”.
Cedió pues, Ricardo, ante las presiones que vive el Estado y porque Sonora “no puede quedar en manos de intereses ajenos a las y los sonorenses”. Finalmente lo que podía visualizarse a distancia hace meses, llega, a favor de ambos, sin duda, pero en el fondo queda la duda de otras posibles causas, como aquella que tensa a Sonora por la falta de respeto al marco legal de grupos criminales cuya tarea nos mantiene en titulares nacionales y mundiales, como zona convulsionada por la violencia.
El paso reduce a dos las fuerzas que unen a grupos poderosos. Esperemos que el Estado supere la prueba a la que nos someterán estos grupos el próximo 6 de junio, porque parece imposible marcarles un alto y si se le pide freno ante los riesgos, seguramente anteponen el criterio de la cita histórica atribuida al monarca francés Enrique IV, cuando debía decidir su sometimiento a Roma: París bien vale una misa.
Pedir a los grupos moderarse aquel día no funcionará, pues Sonora bien vale una misa.