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Columnas

Los ‘narcojuniors’ de Michoacán

El escándalo internacional por la violencia en Michoacán alcanzó la semana pasada al presidente Enrique Peña Nieto que, tras huir más de un año del tema y tener un discurso ausente de la realidad en el país, finalmente se vio obligado a hablar de la inseguridad en México y en tierras michoacanas nada menos que en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.

Capitalismo sí, abuso no

MONTERREY, N.L.- Queridos amigos:

Cuando hace ya casi dos años acepté ser candidata al Senado por la llamada "izquierda", una de mis principales motivaciones fue, como lo digo en mi libro "Perfume y pólvora", la "esperanza para incidir en...el aparato neoliberal de los últimos 30 años, productor de injusticias mediante el cual unas cuantas familias de empresarios nacionales y extranjeros, líderes sindicales corruptos y por supuesto de gobernantes, se benefician extraordinaria e impunemente a costa de la miseria de millones".

Quienes se extrañaron de que con mis apellidos asumiera un discurso de apoyo a las víctimas del neoliberalismo, no entendieron que mi visión acerca de la generación y distribución de la riqueza viene del capitalismo que conocí a través de mis abuelos y padres, emprendedores que al crear compañías importantes buscaban, además del obvio beneficio económico, hacer un aporte al bienestar social de su ciudad y su país, ya que en su ideología quedaba claro que es imposible lograr un sano crecimiento económico si en éste está ausente la justicia social y las oportunidades de desarrollo real para los trabajadores y sus familias. Aquellas personas que conocen la historia de la industria en Nuevo León, sabrán a qué me refiero.

La humilde lucha que busqué dar con mi debut y despedida en la política fue motivada por el horror que sentía, y aún siento, ante el esquema neoliberal que ha puesto a nuestro país y al mundo entero al borde del colapso económico, ecológico y humano; ese esquema depredador que ha olvidado los fundamentos propios del capitalismo que conocíamos hasta hace poco, y ha puesto a la ganancia y el lucro como motores únicos de la actividad económica, o peor, como fines en sí mismos; de lo cual es un magnífico ejemplo la cruda y controvertida película "El lobo de Wall Street", que está ahora mismo en cartelera.

Es por estas razones que me impactó mucho el documental que ahora les comparto, "Los cuatro jinetes", en el que se retrata la ruta apocalíptica en la que las corporaciones multinacionales nos han envuelto, en su afán de crecimiento y acumulación sin límites.

A propósito, en estos días Enrique Peña Nieto presume haber "logrado" "traer" de la cumbre económica de Davos, 7 mil 350 millones de dólares de inversión para México, de los cuales, 5 mil provienen de PepisCo, que como sabemos, se especializa en la producción y venta de bebidas y alimentos chatarra, los cuales vendrán a agravar los de por sí serios problemas de salud pública que ya padece nuestra población, en medio de un sistema de seguridad social quebrado e inoperante.

Igualmente "presume" el inquilino de Los Pinos, que con esa inversión en los próximos años PepsiCo generará 4 mil puestos de trabajo, lo cual equivale a ¡1 millón 250 mil dólares por cada empleo!, y habrá que ver qué salarios corresponderán a quienes obtengan estos puestos, en una industria altamente automatizada. ¿Esta es una inversión para ayudar al desarrollo de México, o es un capital que viene a explotar a su población?
Recomiendo mucho tomar nota de los especialistas que dan sus puntos de vista en esta cinta, ya que todos ellos son reconocidas autoridades en la materia, tales como Noam Chomsky, en primer lugar, o John Perkins, quien trabajó como "sicario financiero" para el gobierno de Estados Unidos, chantajeando o amenazando de muerte a diferentes presidentes centroamericanos.

Otro de los participantes en este brillante documental nos devuelve la esperanza al decir: "La crisis que enfrentamos hoy fue creada por humanos, y lo que es creado por humanos puede ser cambiado por humanos. Todos podemos transformar el mundo", y el realizador concluye con estas fuertes palabras: "Entender realmente algo, es liberarse...el mayor enemigo de un capitalista depredador, y el mayor aliado de la humanidad, es el individuo auto-educado, que ha leído, comprendido, posterga su gratificación y camina con los ojos bien abiertos".
Este es un video largo, pero que bien vale la pena, si es que aspiramos a ir por este mundo "con los ojos bien abiertos".
Me dará mucho gusto conocer la opinión de todos ustedes.
Un abrazo sincero,
Cristina Sada Salinas.

¿Conoces a este "Sr."?

¿Conoces a este “Sr.”?

HERMOSILLO, Son.- Como el galardonado lector, la multipremiada lectora de El Zancudo lo saben, hace años que esta columna viene otorgando objetiva y desinteresadamente, el reconocidísimo Premio Holanda a personajes de la vida pública que hayan hecho suficientes méritos durante el año en curso, para hacerse acreedores al mismo.

Esos méritos tienen que ver, fundamentalmente, con su documentada vocación para quedar mal ante el respetable público, quien determina si “o la anda cagando aquí o la anda cagando allá, pero siempre la anda cagando”, y de allí el nombre del Premio.

Bueno, pues más recientemente, un grupo de presuntos expertos en marketing, pero que más bien acreditan sobrada experiencia en el incomprendido arte de pasar por la vida chingando gente incauta y/o bastante deseosa de famas efímeras, tuvieron a bien inventar algunos galardones entre los que destaca el así llamado Premio “Tlatoani”, palabra náhuatl que significa “gobernante” y que es otorgado año con año a “los mejores Gobernadores, Senadores, Presidentes Municipales, Diputados, Síndicos, Regidores, Secretarios y Directores de los Gobiernos”.

Como se ve, el mercado cautivo es inmenso, ya que en México hay 32 gobernadores, 500 diputados federales, 128 senadores, más de mil diputados locales, 2 mil 445 alcaldes, igual número de síndicos y directores de Gobierno, así como una cantidad de regidores que fácilmente rebasa los 30 mil.

Pues ahí tienen que, para gloria del bello puerto y ciudad de Guaymas, Sonora, de ahí es originario el señor Galo Walterio Limón, presidente del así llamado Instituto Mexicano de Evaluación, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente, pero a juzgar por la fotografía que aparece en su página web, o es un leperazo de siete suelas, o qué desperdicio de cara.

El modus operandi de este ‘instituto’ es muy sencillo: giran oficios a cuantas presuntas víctimas calculan que estarían muriéndose por hacerse acreedores a sus premios; les tiran un ‘rollo frijolero’ del tipo:

“Nos es grato informarle que el IMDE a través de la comisión de evaluación y selección del premio nacional TLATOANI 2014, ha realizado con estricto rigor metodológico el análisis de carácter nacional que observa su contribución al desarrollo político, mismo que sustenta el comunicarle que:

Usted ha sido nominado a recibir el premio nacional TLATOANI 2014 como “Mejor diputado”. (Según sea el caso del cargo que ocupe la incauta víctima).

Posteriormente montan una especie de subasta cuyo precio base es de 17 mil 500 pesos, pero que puede llegar hasta los 35 mil pesos, mismos que el ‘galardonado’ deberá pagar. Obviamente, hasta hoy no se conoce un solo caso de funcionario público que haya pagado esa cantidad de sus bolsillos, sino que usualmente se dispone del erario para comprar tan preciado galardón.

El señor Galo Walterio Limón, guaymense de origen pero guanajuatense por residencia, según reza su currículum, a través de su instituto se echa anualmente a la bolsa varios milloncitos de pesos, envolviendo con su ‘choro mareador’ a no pocos incautos que le creen cuando les dice que su instituto es “de la sociedad civil que forma, evalúa y reconoce lo mejor de los Gobernantes para promover mejores prácticas de Gobierno”, o que la visión del mismo es “Ser la Institución con mayor honorabilidad y prestigio que entrega Premios a Gobernantes”.

Con tan convincentes palabras, no son pocos los que caen en su telaraña pegajosamente demagógica.

Acá en Sonora ya se le había otorgado ese premio a varios funcionarios y legisladores, sin que hubiera mayor trascendencia al respecto, a pesar de que una de las mentirillas con las que los convencen, es que con ese premio sus bonos subirán como la espuma y su carrera política ascenderá meteóricamente, pudiendo incluso ponerlos en condiciones de competir por los más altos cargos de elección popular.

Y como el jodido a todas va, pues ya ve usted que no falta quien les crea.

Decíamos que acá en Sonora todo iba bien, hasta que el mencionado premio se le ‘otorgó’ a la hasta hace unos meses directora del Instituto Sonorense de la Mujer, Dolores Alicia Galindo Delgado, mejor conocida como Dolisa Galindo, que en tres años al frente de esa responsabilidad dio al traste con el ISM (http://noticiasmujersonora.blogspot.mx/2013/12/entra-en-funciones-notaria-de-ex.html ).

Cuando el IMDE premió a la peor directora que ha tenido ese instituto, como la mejor, todo mundo se fue de espaldas. Y todos voltearon a ver de qué se trataba el famoso premio Tlatoani. Y lo que se descubrió es que es basura pura.

A Dolisa no le sirvió para buscar una candidatura, pero sí para que el gobernador Guillermo Padrés la premiara con una Notaría Pública en su natal Nogales, aunque eso no se debió al galardón, sino a su cercanía con el Ejecutivo y su condición de hermana del diputado federal Cuauhtémoc Galindo, otro incondicional del padrecismo.

Fue así que se descubrió que otros personajes de la vida pública, con más o menos ingenuidad, como el diputado perredista Carlos Navarro López, el secretario de Educación y Cultura, Jorge Luis Ibarra Mendívil, el director del Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa, Luis Felipe Romero López, entre otros, sucumbieron a los encantos del porteño vendedor de ilusiones llamado Galo Limón y sus secuaces.

Claro, difícil resistirse a esos encantos, cuando les presentan un currículum como el siguiente:

Director de la empresa Marketing México y Consultor Centro FOX

Se ha desempeñado como: Asesor en númerosas (sic) campañas políticas del PRI, PAN y PRD a gobernador del Estado, presidentes municipales y diputados al Congreso.

Asesor Político de la Secretaría de Gobernación.

Asesor del Gobernador del Estado de Guanajuato y de la Coordinación General de Comunicación Social.

Asesor en materia de Comunicación de la Rectoría y Coordinador de Eventos Especiales de la Universidad de Guanajuato.

Asesor del Canal 4 de televisión.

Director Comercial de los Puertos de Veracruz, Guaymas y Chiapas.

Pero si todo eso se le hace poco, el señor es

Autor de los libros:

“Política con Sentido Común” La mejor manera de entender la política.

Y “Marketing Hídrico” Para influir en la mente de los usuarios.

¡Para influir en la mente de los usuarios! ¡Me quiero morir!

Lo cierto es que en numerosas publicaciones en diferentes estados del país, el señor Galo Limón ha sido evidenciado como un mercachifles, un aprovechado y un vivales.

Y cómo no, si además de transar con los ‘Tlatoanis’, el señor tiene otras modalidades para andar por la vida chingando incautos. Por ejemplo, el “Premio Nacional Tonantzin” (palabra náhuatl que significa ‘nuestra madre’ y que no alude a la que el señor les mienta a los galardonados después de chingarlos con una lana) y que se entrega (es un decir) a los mejores Presidentes y Directores de los Sistemas de Desarrollo Integral de la Familia de la República Mexicana, por su contribución al desarrollo de las familias mexicanas.

También el premio “Yecatl”, que en náhuatl significa “Agua potable” y que se otorga a los mejores Presidentes y Directores de los Organismos de Agua Potable, saneamiento y alcantarillado de la República Mexicana, por su contribución al manejo responsable del agua.

La cosa no se queda en el ámbito nacional. El señor Limón también tiene los premios internacionales “Maya”, que se otorga a los mejores servidores públicos de Iberoamérica por su contribución al desarrollo de su país, a través de una buena gestión pública, y el premio internacional “Pablo de Tarso” que se otorga a los mejores gobernantes de Iberoamérica por su contribución al desarrollo de su país a través de una buena gestión pública.

Colofón

Los premios del IMDE y el señor Limón, sin embargo, cada día quedan más evidenciados como un fraude.

Apenas ayer, el diputado local Próspero Ibarra recibió una carta del IMDE en la que le informaban el alto honor de hacer sido nominado para recibir el premio Tlatoani. La respuesta del diputado huatabampense, ya bastante curado de espantos, fue ejemplar.

En su cuenta de Twitter escribió:

Me encuentro muy emocionado!!! Me gané un Tlatoani!! Gracias!! Muchas Gracias! (Léase el sarcasmo)

Sí claro! Voy corriendo en este momento a depositar los 30mil pesos que te piden!

Alguien tuvo la buena idea de hacer negocio con los egos políticos, hay reconocimientos que no cuestan dinero, sino trabajo.

Jefa @michelleriveraa te vendo mi Tlatoani! Bara, Bara! Jajaja saludos

"El mejor Diputado" jajaja

Aguanta Jefa, ando acabalando los 30mil pesos que me piden! Jaja

muchas gracias pero no gracias, premio vendido es premio no merecido.

Total, que por esta única ocasión, el Premio Holanda 2014, éste sí gratuito y sin compromisos, se entrega al guaymense Galo Walterio Limón, por decisión unánime e inapelable de este sí, prestigiado premio de El Zancudo.

También nos puede seguir en:

Twitter @chaposoto

El Zancudo.com.mx

El PRI engañó al pueblo

CD. DE MEXICO.- Luego de los logros del Pacto por México como la reforma hacendaria, los firmantes PAN y PRD se dicen “arrepentidos por haber creído en el PRI, por haber confiado en su palabra”.

Ante esto no se han cruzado de brazos, unidos –los enemigos del sexenio pasado-- metieron un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia para revertir la reforma y están a la espera del fallo.

Mientras tanto, lo único que les ha quedado a los legisladores panistas es quejarse amargamente, como es el caso del diputado Marcelo Torres y del senador Alfonso Robledo, quienes encabezan la lucha.

“El PRI se burló de México porque no sólo engañó a panistas y perredistas con reformas que no beneficiarían al país, sino que engaño a todos los mexicanos”; expuso el legislador de Coahuila Marcelo Torres, quien trae todos los pelos de la burra en la mano sobre los daños económicos que traerá en la frontera la reforma fiscal con la homologación del IVA.

El caso es que mientras los diputados panistas manifestaban su desengaño en conferencia, durante la sesión de la comisión permanente en la Cámara de Diputados; asesores priistas en el lugar con libreta en mano para  anotar y luego informar a sus jefes que las simpatías para con el PRI ya no son completas a un año del gobierno de Peña Nieto, tiempo que ha bastado para darse cuenta que el partido Revolucionario Institucional le sigue dando atole con el dedo a los mexicanos y ahora también a los partidos políticos a través de un “Pacto por México”.

El pleito de los panistas

Aunque, claro, como versa un famoso dicho de “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” el PAN no tiene cara para reclamar el atraco al pueblo de México, ya que las corruptelas al interior del partido azul también son por todos conocidas; y últimamente se han multiplicado en pleno proceso de renovación de la dirigencia nacional.

Pero eso no es todo, al parecer el PAN aprendió muy bien las malas mañas del PRI y las puso en práctica cuando gobernó y hasta la fecha recurren a estas prácticas cuando se trata de defender la corrupción por parte de los suyos.

De tal suerte que la senadora Marcela Torres defendió las corruptelas  del coordinador de los diputados del  PAN, Alberto Villarreal, denunciadas durante las negociaciones del presupuesto 2014 por alcaldes, quienes por temor a represalias se mantuvieron en el anonimato y aseguraron que se les exigió el diezmo para contar con recursos para sus gobiernos municipales; mismas corruptelas que fueron confirmadas por el senador Ernesto Cordero a través de una llamada telefónica interceptada.

La senadora de clase alta exigió pruebas a los denunciantes sobre la supuesta corrupción de Villarreal, para poder aplicar la ley, de lo contrario no se puede actuar a partir de rumores; en vez de considerar, al menos, se investigara el caso, pues no sólo hubo denuncias públicas de afectados sino que además fue confirmado por otro senador del mismo partido.

Salirse por la tangente fue el mejor viraje que halló la senadora panista al exigir castigo para los que interceptaron la conversación del senador Cordero, donde confirma las corruptelas al interior del Partido albiazul. Vaya modo de buscar la justicia y la transparencia.

La reforma hace debatir a intelectuales

CD. DE MEXICO.- Dos influyentes editorialistas se enfrentan epistolarmente a través de sus columnas en los diarios Milenio y Excelsior: Carlos Puig y Leo Zuckermann.

Sus textos,para comparar sus criterios, útiles en el análisis que los lectores deben hacer respecto al trascendente –y a la vez ignorado paso por parte de los mexicanos--, se exponen a continuación en este espacio:

1.- Carlos Puig:

Creo firmemente que lo mejor para los consumidores es que en un mercado, en este caso el de hidrocarburos o el de la electricidad, participen múltiples jugadores, sin importar si son nacionales o extranjeros. Lo creo para el petróleo y lo creo para las telecomunicaciones, la televisión, los periódicos, las hamburguesas, las marcas de automóviles o los bancos. Creo también que la manera en que hemos explotado nuestros recursos energéticos es ineficiente, cara y se ha prestado a una corrupción obscena.

Pero soy también un pesimista crónico. Soy realista.

La industria de la energía es una de las más poderosas del mundo. Es una gran productora de empleo, generalmente mejor pagado que el promedio, y excelente detonadora de industrias paralelas. Es también, por la naturaleza de su actividad, una de las más depredadoras en relación con el medio ambiente, de alto riesgo para sus trabajadores. Es, según los expertos, una de las que más y mejor regulación necesitan.

Y en mi país no sabemos regular ni supervisar absolutamente nada.

Cuando medio sabíamos regular elecciones decidieron acabar con el IFE.

Cuando la Cofeco tomó un par de tibias decisiones que afectaron a alguien, la cambiaron por otra. No veo a los bancos temblando frente a sus reguladores.

Las telefónicas han hecho lo que se les pega la gana y cuando el Ifetel afectó medio interés de medio actor del sector, lo destruyeron.

Cuando el IFAI se organizó para que supiéramos un poco más de quienes nos gobiernan, lo hicieron pedazos.

Cuando Tv Azteca se robó una señal, nadie en el gobierno se dio por aludido.

Las investigaciones de nuestra Auditoría Superior de la Federación no han metido jamás a nadie a la cárcel.

¿Alguien sabe qué hace, dónde está, o de qué sirve la Comisión Reguladora de Energía, a quién ha regulado en su historia?

¿Cuántos amparos por hora interpondrán las empresas petroleras contra cualquier intento de regulación?

Seamos honestos: no sabemos meter en orden ni al transporte público concesionado. Si no podemos con unos taxis, cómo le vamos a hacer con Exxon o Shell o BP.

No es lo óptimo. Seremos igual o más pobres, pagaremos gasolina y luz caras y malas… Pero al monstruo burocrático, corrupto, ineficiente llamado Pemex ya lo conocemos.

En el país que de por sí gobiernan los fácticos, para qué invitamos más.

2.- Leo Zuckermann:

Se equivoca Puig al estar en contra de la Reforma Energética

Una de las críticas más fuertes en contra de la Reforma Energética es la incapacidad del Estado mexicano de regular a empresas poderosas. Esta preocupación, y no las bobaliconas acusaciones de “traición a la patria” de nuestra izquierda, merece una discusión de fondo. Estamos hablando de un peligro real: que, al abrir el mercado al capital privado, las empresas capturen a la autoridad encargada de cobrarles las regalías y se pierdan miles de millones de dólares de renta petrolera.

El argumento lo explica muy bien Carlos Puig en su columna de ayer en Milenio, aunque llega a la conclusión equivocada. El periodista está a favor de la economía de mercado “pero soy también un pesimista crónico. Soy realista. La industria de la energía es una de las más poderosas del mundo (…) Es, según los expertos, una de las que más y mejor regulación necesitan. Y en mi país no sabemos regular ni supervisar absolutamente nada”.

Puig menciona varios casos para ilustrarlo: “Cuando medio sabíamos regular elecciones decidieron acabar con el IFE. Cuando la Cofeco tomó un par de tibias decisiones que afectaron a alguien, la cambiaron por otra. No veo a los bancos temblando frente a sus reguladores. Las telefónicas han hecho lo que se les pega la gana y cuando el Ifetel afectó medio interés de medio actor del sector, lo destruyeron. Cuando el IFAI se organizó para que supiéramos un poco más de quienes nos gobiernan, lo hicieron pedazos. Cuando TV Azteca se robó una señal, nadie en el gobierno se dio por aludido”.

Tiene razón: en México no hemos acabado de transitar de un Estado interventor a uno regulador. Antes el gobierno manejaba directamente muchas empresas. Era dueño del monopolio de la telefonía, de los bancos y de la segunda televisora. En los ochenta se privatizaron. El Estado pasó a regularlas para resolver fallas tradicionales de mercado o concentraciones monopólicas que afectaran a los consumidores. Pero las nuevas autoridades se tardaron en aprender a regular y cuando empezaron a hacerlo bien, vinieron las amenazas.

Se trata de un fenómeno común en todos los países. Los entes regulados siempre tratan de capturar a los entes reguladores. Es por eso que se necesita un Estado con la autonomía y capacidad necesaria para que funcionen las instituciones. Ese es el reto que enfrentan todas las naciones incluyendo a México.

Pero esto no significa que, como aquí lo hacemos mal, debemos renunciar a hacerlo. He ahí donde se equivoca Puig al concluir: “Si no podemos con unos taxis, cómo le vamos a hacer con Exxon o Shell o BP. No es lo óptimo. Seremos igual o más pobres, pagaremos gasolina y luz caras y malas… Pero al monstruo burocrático, corrupto, ineficiente llamado Pemex ya lo conocemos. En el país que de por sí gobiernan los fácticos, para qué invitamos más”.

Es una conclusión tristemente conservadora: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Es como si en los años ochenta hubiéramos dicho: “Como no sabemos regular elecciones mejor quedémonos con ese monstruo burocrático, corrupto, ineficiente llamado PRI que ya conocemos”. ¡No! Mejor invirtamos los recursos necesarios para desarrollar las instituciones como el IFE que nos permitió transitar a la democracia. Construyamos una autoridad reguladora petrolera que tenga la autonomía y capacidad para enfrentar a empresas poderosas.

Y aprendamos de nuestros errores. Al IFE comenzaron a matarlo en 2007 cuando los partidos optaron por un modelo de hiperregulación electoral que acabó haciendo del Instituto una burocracia cada vez menos concentrada en el objetivo de organizar elecciones limpias. La prioridad de la nueva regulación petrolera debe ser maximizar la renta de la extracción de hidrocarburos. Esto significa privilegiar esquemas jurídicos fáciles de administrar y fiscalizar. He ahí la gran virtud de las concesiones (aunque quieran llamarlas “licencias”) versus los contratos de utilidad compartida que quería Peña. Los primeros son fáciles: el gobierno mide en la boca del pozo cuántos barriles se extrajeron y la empresa paga las regalías e impuestos sobre éstos.

Los segundos son una pesadilla que genera corrupción: cada contrato es diferente; la empresa puede pedir poca utilidad, pero, con la colusión de las autoridades, infla los costos.

Si nos sumamos al pesimismo de Puig incluso podemos llegar a una conclusión todavía peor a la de él: como el Estado ha regulado tan mal a Telmex, los bancos y TV Azteca, mejor volvamos a estatizarlos y que el gobierno los opere.

¿Qué opinas?, querido Carlos.